Borja arrancó su segundo proyecto en A Coruña en el medio de las exigencias y de una apuesta continuista que tuvo que lidiar con una mala primera parte en Riazor ante la Balona. El técnico sabe por donde pisa, pero ese conocimiento también puede generar desgaste ante los reveses o malas fases de juego. Todos se conocen, hay menos paciencia. La grada mostró su malestar en el descanso con algún pito, una situación que no preocupa al técnico. “No nos ha fallado nunca, no sentí que nos fallase. De momento, no tengo esa sensación. Para lo bueno y para lo malo partimos con un año de bagaje. No me preocupa ni lo he percibido aún. Entiendo que la gente estuviera descontenta con el resultado al descanso. Al final, el público es soberano. También tienen mucho poder de influencia en lo que ocurre los domingos”, analiza normalizando ese malestar transitorio de la grada.

El técnico remarca que el listón de exigencia ha subido por la configuración del grupo, pero sabe cuál es el objetivo ineludible. “Tenemos muy claro que nuestro ADN nos lleva a tener que ganar cada siete días, independientemente de que juguemos fuera o en casa; así se lo hemos transmitido a los jugadores. Ya el año pasado lo hicimos y en este hemos hecho mucho hincapié en la importancia de sumar puntos fuera de casa. Y el primero es en Mérida y vamos a intentarlo”, razona antes de desgranar qué debe hacer su equipo en el estadio Romano José Fouto. “Independientemente de dónde juguemos, hay que dominar, aunque fuera cuesta más. Debemos ser muy reconocibles. El otro día en la segunda parte hicimos bastantes cosas bien cerca del área en la segunda parte. Defendimos alto y la circulación fue buena. Encontramos buenas situaciones por fuera y en el remate. Si hacemos muchos partidos como esos 45 minutos, estaremos más cerca de ganar que de perder en muchos campos”, sostiene.

Esa dificultad implica igualdad y también que se amplía el abanico de candidatos. Borja pone nombres a los que considera sus contrincantes directos. “El Castilla quiere ser campeón y está firmando para serlo. El Racing mantiene la base, se ha reforzado bien y ya el año pasado hizo una segunda vuelta buenísima. Están los dos descendidos y el Córdoba, también las inversiones del Algeciras con buenos jugadores. De los ocho que jugamos play off, si quitas a los ascendidos, estamos todos en el grupo y también los dos sextos. Aumenta la dificultad. Hay muchos que van a querer ser campeones. Querrán ser cinco o seis”, razona.

Borja cree que a Pablo Martínez le llevará aún alguna semana ponerse a punto, ya que llega sin pretemporada, no así Svensson y Zalazar. Quien tampoco se va a descabalgar de la cita de Mérida de Narro, al que ve prácticamente listo. Mientras no llega el central francés al nivel óptimo, Borja deberá buscar soluciones dentro a los problemas con los centros laterales, a los que, de paso, resta importancia. “Todos los equipos tienen debilidades. La gran mayoría de esta categoría sufren con ellos. Son situaciones cercanas al área y es habitual. No nos preocupa, aunque, como en todas las facetas, intentamos mejorar. Sabemos de nuestras virtudes y defectos y donde podemos sufrir más. Hay jugadores que utilizas para atacar y defender y te llevan a hacer mejor y peor unas cosas y otras”, justifica.