La Opinión de A Coruña

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Raúl Carnero Lateral coruñés del Deportivo

Raúl Carnero: “Debemos meternos en la cabeza que no hay que ir 4-0 en la primera parte”

Del Raúl que debutó con 19 años “quedan las ganas” y que Riazor aún le “pone la piel de gallina al pisarlo”

Raúl Carnero, en Riazor Casteleiro/Roller Agencia

Raúl García Carnero (A Coruña, 1989), ese lateral zurdo de Santa Lucía que tocó el primer equipo por la lesión de Filipe Luis, ha vuelto a casa doce años después. Se fue un niño, regresa un veterano, al que una dura lesión le ha hecho querer “vivir el fútbol de una manera más sentimental” y, por eso, le dijo a su agente que llamase al Dépor para cerrar su vuelta, aunque tenía contrato en Primera con el Valladolid. Ese calor que ha vivido como aficionado en la grada de Riazor es el que le ha llevado al césped, pero como profesional apuesta por “la mente fría” ante las primeras dudas y el reto que tiene su equipo por delante.

¿Qué queda de aquel Raúl que debutó en Riazor con 19 años? ¿Qué es lo que no ha cambiado?

Las ganas. Tengo ahora las mismas que cuando debuté, ese sentimiento, esos nervios de pisar Riazor, que se te ponga la piel de gallina. Todo eso sigue ahí, aunque, claro, tengo un mayor bagaje y una madurez que con 20 años no tienes.

¿Pensó que volver iba a ser un sueño que quedaría por cumplir?

Pues ya no lo tenía en la cabeza. Nunca coincidíamos. Al principio, el Dépor estaba arriba y yo formándome y quizás me faltaba ese punto para Primera. Luego di el paso y empiezan los años malos en el Dépor con los descensos. Todo esto ahora me pilla en una etapa de mi vida en la que tenía muchas ganas de volver a casa y lo pongo en conocimiento del Dépor. Se abrió una puerta en el mercado y yo no quería dejar pasar la oportunidad.

“El derbi es ante el primer equipo del Celta. A ver si sigo por aquí y se da”

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¿Partió entonces de usted la idea, al igual que pasó con Ibai Gómez?

Pues sí. Le digo a mi representante que tengo muchas ganas de volver. Llevaba muchos años fuera de casa y la lesión que viví te hace ver las cosas de otra manera. Me apetece disfrutar del fútbol, pero de una manera más sentimental, de estar en casa, de volver a ver a la familia... A partir de ahí, se le dice al Dépor y, con el paso de las semanas ya es el club, cuando ve que puede haber esa opción, el que nos llama.

En A Coruña el Dépor pasa de padres a hijos y tendría ya ganas de que los suyos le vieran en el césped con la camiseta, no en la grada...

Sí. Claro. Ya estuvieron en los partidos de Riazor, tienen sus camisetas, sus carnets. Ya eran socios antes, en realidad. Para mí es muy bonito inculcarles ese sentimiento que cada uno mama desde bebé, cuando tus padres te llevan al estadio a ver a los jugadores, y ese ambiente y ese sentimiento que transmite el Deportivo. El mayor, además, ahora se va dando cada vez más cuenta. En el cole le preguntan, en el parque... Siempre es especial.

Raúl Carnero, en Riazor Casteleiro/Roller Agencia

¿Todo ese sentimiento, pasión y cercanía puede convertirse también en un peso por la responsabilidad?

Estoy disfrutando mucho. Al salir de aquí me voy a comer con mis padres, recojo al niño en el cole y lo llevo al parque con sus primos, te vienen a ver los amigos al fútbol, te mandan mensajes... Evidentemente, hay un peso de que estás en el Dépor, un equipo centenario, con títulos, con muchos años en Primera y, claro, pesa que hay que devolverlo a donde tiene que estar. Pero ese peso tiene que llevarte a una motivación, a un querer trabajar cada día a una máxima intensidad, no a unos nervios, ni a algo que haga que te puedas cohibir o que baje tu rendimiento. Mentalmente me encuentro muy bien para vivir esta situación, para afrontar este reto y este nuevo camino. Estoy disfrutando mucho.

Viene de años difíciles con las lesiones y se ha apostado fuerte por usted. ¿Cómo se siente?

Cada vez mejor. En mi carrera nunca había tenido lesiones musculares, solo una en Vitoria, pero a raíz de la rodilla, surgieron varias al empezar a volver. Es que estuve tres meses sin apoyar la pierna y se quedó como un palo. Esta es la primera pretemporada completa que hago tras la lesión y cada vez me voy encontrando mejor. Pero aún me falta para llegar a mi nivel y espero lograrlo.

“Hay un peso por devolver al Dépor donde merece, pero no debe cohibirte”

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Debutó como un niño y vuelve como un veterano. ¿Se pisa el vestuario de otra manera cuando llegan los malos momentos, como ha ocurrido en los últimos días?

Sí, te da más calma. Haber vivido tantas temporadas, haber visto tantas cosas te hacen tener la mente más fría. La afición es la parte caliente y nosotros, la fría. La grada nos trasmite mucho, nos da muchísimo. De hecho, en el primer partido parte de la remontada es suya y en el segundo, casi. Pero tenemos mucho margen de mejora. Hubo muchos fichajes y seguimos acoplándonos. Sabemos que hay un objetivo final y tenemos que ir por ese camino. Llevamos pocos partidos y es un proceso durante la temporada. Lo importante es que el rendimiento vaya en aumento y cuando llegue a ese pico máximo, mantenerlo ahí, que no caiga.

¿Son futbolísticos o mentales los problemas del equipo?

Puede ser un poco todo. La cabeza es la que mueve todo y si no funciona, el resto... El otro día en la primera parte tuvimos prácticamente el control y llegamos muchas veces, pero nos faltó esa finalización en ese último cuarto de campo. Mentalmente tenemos que meternos un poco en la cabeza que en la primera parte no podemos ponernos 4-0, que es lo que querríamos todos, claro. Aunque vayamos 0-0 en el minuto 70, hay que seguir con la misma calma y trabajando y seguir buscando el gol. En la segunda parte provocan un saque de esquina y hay una melé que no la damos sacado. Quizás ahí el equipo se metió ciertas dudas en la cabeza y ellos las aprovecharon. Son situaciones de las que hay que aprender.

El coruñés Raúl Carnero celebra su gol, el de la victoria del Deportivo en Mérida. | // LOF Eugenio CobAS

Toca jugar en Balaídos, pero no ante el equipo que le gustaría...

Cierto. Es que el derbi es contra el primer equipo, no contra el filial. Ahora estamos en esta situación, por desgracia, y trabajamos para salir de ahí y estar donde tenemos que estar, pero aún así son partidos que motivan por lo que pasó la temporada pasada. Tienes siempre ganas. He jugado muchas veces contra el Celta en mi carrera, pero no con el Deportivo. ¿Quién sabe? A ver si sigo por aquí en un futuro y se puede dar.

¿Aún tiene tiempo para dedicarle algún rato a la fotografía o a la pintura, que siempre le han gustado?

Con la pretemporada, no, pero ahora sí que ya empezaré poco a poco. Hace dos días empecé un curso de pintura. No tengo ni idea, pero le pillé el gusto en la pandemia y, al final, son cosas que también te hacen desconectar porque no puedes estar las 24 horas pensando solo en el fútbol. Te vuelves loco si lo haces. Ya me pasó alguna vez y no es bueno. Aprendes que hay momentos y momentos. La familia ya te aguanta el fútbol o los malos días y no puede ser. Son hobbies que te ayudan, que me gustan. Con la fotografía hay días que no puedes por la carga del entrenamiento, pero pintar, sí. Claro, si has entrenado fuerte no puedes coger la cámara y andar cinco kilómetros, pero en cambio, la pintura te sientas en casa y te pones a pintar.

“Cuando pueda iré otra vez a hacer fotos por A Coruña. Con esta ciudad...”

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¿Lo veremos entonces de nuevo por A Coruña y sus alrededores con la cámara al hombro?

Sí, me gustaba mucho la verdad, siempre me gustó. En Vitoria, pero sobre todo en A Coruña, es donde más fotos he hecho. Es que con la ciudad que tenemos...

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