La Opinión de A Coruña

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Ana Valles, de la portería al despacho

La exportera del Dépor Abanca aparca su carrera futbolística a los 25 años para centrarse en la abogacía ä “No lo quiero llamar retirada; es un paréntesis”

Ana Valles, en el despacho junto a su socio Jesús Vázquez Forno. | // CARLOS PARDELLAS

Ana Valles (Gijón, 1997) aterrizó en el verano de 2021 en A Coruña para defender la portería del Deportivo Abanca. En una temporada marcada por el ascenso frustrado a Primera División, logró afianzarse como titular y acabó como la menos goleada de la categoría. Un año después, hace el camino en sentido contrario a Abegondo y ya no entra a la ciudad deportiva por la zona reservada a las jugadoras, sino que utiliza la puerta del público cuando se acerca a ver los partidos del que hasta hace unos meses era su equipo. “Sigo viviendo en el mismo sitio que antes, lo que pasa que ahora en lugar de ir hacia la ciudad deportiva lo hago hacia Coruña”, resume sobre su nueva rutina.

Ana Valles, la temporada pasada con el Deportivo Abanca. | // RCD

La joven jugadora asturiana ha cambiado el césped de los campos de Abegondo por un despacho en la avenida de Alfonso Molina, donde ha cristalizado Rivalles Abogados. “Estaba con el máster de la abogacía y surgieron unas prácticas. Los acontecimientos fueron avanzando, empecé a hacer contactos y acabé en este proyecto que fue cogiendo forma según fue avanzando el año. Ni mucho menos vine a A Coruña con esa idea, pero la vida funciona así. Muchas veces nunca sabe por dónde te va a llevar”, reflexiona.

Valles decidió este verano a los 25 años aparcar su carrera futbolística para centrarse en la abogacía y en un proyecto laboral que considera incompatible con el fútbol profesional. Por eso habla de paréntesis en una carrera que la llevó a Primera División en las filas del Rayo Vallecano y el desaparecido Tacón.

“No lo quiero llamar retirada porque soy muy joven, tengo 25 años y en el momento que acabé de jugar me encontraba muy bien, pero es una decisión por una oferta de trabajo. Es un paréntesis, luego no sé si volveré o no, pero como la vida da muchas vueltas tampoco me gusta sentenciar”, resume.

La decisión sorprendió debido a su juventud y a la importancia que tuvo la campaña pasada en el equipo deportivista. “Venía en un estado de forma envidiable, había quedado Zamora, la temporada había sido muy buena, jugué casi el 90 por ciento de los partidos..., pero es que me muevo por el corazón”, explica.

Valles entendió que debía escoger porque no le sería posible compaginar el fútbol y el proyecto en el despacho. “Ser tan drástica en mi decisión viene porque creo que no hubiera podido compaginar los dos trabajos. Si estuviera segura de poder hacerlo, desde luego que seguiría jugando al fútbol e intentando hacerme un hueco en el mundo de la abogacía, pero con la profesionalización del fútbol femenino, que tiene que ser así, los entrenamientos por las mañanas y el descanso que requiere, no sería posible. Estaría haciendo mal ambos, tanto dedicarme al fútbol como querer abrir un despacho y dedicarle el tiempo que necesita. No tendría horas en el día y fui honesta”, asegura.

Toda elección lleva aparejada una renuncia y la suya era aparcar una carrera con la que alcanzó la máxima categoría del fútbol femenino español y rozó la selección absoluta. También dejar pasar una oferta para continuar en el Deportivo Abanca, que le había propuesto renovar meses de que tomara la decisión de hacer un paréntesis en el fútbol.

“La idea la tengo en mente más o menos un mes antes de acabar la competición y se lo comunico al club porque desde diciembre del año pasado tenían intención de llegar a un acuerdo de renovación y me parecía justo comunicarles que no iba a continuar para que pudiesen buscar un recambio en un puesto tan importante como la portería”, señala. “Se lo debía al Deportivo en sí porque para mí fue un año muy bueno en todos los sentidos. Mucha gente sigue sin entender que lo haya dejado porque llevo jugando al fútbol de manera profesional muchos años. Es una decisión en la que puse todo en una balanza y en este momento de mi vida el corazón me decía que me lanzara a ello. Creo que, cuando no estás dando el cien por cien en algo, vale más apartarte. Llevo un mes en esto y los comienzos son duros, por lo que no sé si irá bien o si el fútbol me dará una segunda oportunidad”, añade.

La suya es también una decisión que refleja la evolución del fútbol femenino en los últimos años. La profesionalización creciente le impide compatibilizar ambas carreras. Así debe ser, sostiene, pero hasta no hace mucho no era posible e incluso supone una barrera a superar para las mujeres deportistas. “La mujer que se dedica de manera profesional al fútbol y lo compatibiliza con otros trabajos al final lo hace por una cuestión económica. Si con el sueldo pudieras llegar a final de mes te aseguro que ninguna jugadora tendría que trabajar a media jornada o hacer malabares para poder compatibilizar todo. Lo bueno es que el fútbol femenino va progresando y ha dado pasos de gigante”, razona.

El fútbol representa ahora una afición para ella, a pesar de que se acumulen los recuerdos cuando acude a ver los partidos del Dépor Abanca en la ciudad deportiva. Afloran también viejas costumbres, aunque su sitio ya no está en la portería sino en la grada. “Las sensaciones, los olores... todo vuelve y más estando en Abegondo. Sigo sintiendo que llevo el Deportivo dentro y me salió el ímpetu de ponerme en la banda y dar indicaciones a las compañeras. A mí como portera me gustaba mucho estar en constante comunicación, era mi manera de estar metida en el partido. En cuanto me encuentro en la grada me sale el instinto de intentar ayudar. Me gustó mucho ir a Abegondo y seguro que volveré a ir”, garantiza.

Su decisión guarda además un capricho del destino, porque su despedida coincidió con la llegada al banquillo del Dépor Abanca de Irene Ferreras, exentrenadora suya y “amiga”. “Tengo la gran suerte de que la puedo llamar amiga. Cuando me dicen que Irene es la nueva entrenadora del Deportivo, pienso: ‘Lo que es la vida’. Me llena de orgullo porque es muy buena entrenadora y tiene las cosas muy claras. Lleva dos años esperando su momento y voy a muerte con su idea y la forma que tiene de transmitir el fútbol”, proclama.

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