Ian Mackay quiso hablar públicamente esta mañana para “tranquilizar” a todo el mundo tras la indisposición que sufrió en su casa el pasado jueves mientras estaba cenando y por la que fue baja para el partido del pasado domingo contra el Rayo Majadahonda. Tuvo que pasar una noche en el hospital, en observación, por un “episodio de desmayos”, pero todo queda en “un susto” después de que el cardiólogo le diera “permiso para hacer vida normal” una vez que comprobó que todas las pruebas están “correctas”.

El coruñés se siente “al 100%”, listo para reaparecer el domingo en Riazor contra el Linares, aunque reconoce que “fue un susto”. “No voy a mentir. Es una cosa que no me había pasado nunca pero me hicieron bastantes pruebas y todo está bien”, relató el portero, “fastidiado” por no haber podido ayudar al equipo en el Cerro del Espino. “Quería ayudar al equipo pero los médicos decidieron que hasta tener los resultados y que todas la pruebas estuvieran bien, no me dejaban, como es lógico”, relató antes del ensayo matinal de hoy en Abegondo.

Sobre la nueva etapa con Óscar Cano en el banquillo, Mackay considera que se trata de un técnico con “una línea clara”. “Esperemos que de aquí al domingo podamos coger todos los conceptos que él quiere para poder plasmarlos. Lo que quiere la gente es que hablemos en el campo”, dijo el coruñés, que reconoció que el equipo “no estaba suelto del todo” en este arranque de temporada antes de agradecerle a Borja Jiménez su “confianza” y desearle “mucha suerte” de cara al futuro.