0-0 | Este Dépor no se cansa de perdonar

Empate contra el Córdoba en Riazor en un partido de alternativas en el que los blanquiazules tuvieron las mejores oportunidades | La falta de acierto en el área vuelve a condicionar a los deportivistas

Marcos Otero

Marcos Otero

Perdonó el Dépor al Córdoba en un partido en el que quizá mereció algo más. Ya van unas cuantas veces esta temporada que deja escapar a un rival, y eso que el de ayer no era un cualquiera, ni más ni menos que el líder del grupo, que protestó un tanto anulado en la primera parte por un fuera de juego muy ajustado. A los puntos hubiera ganado el Deportivo, pero el conjunto blanquiazul pagó de nuevo su falta de claridad en el área contraria. Segundo empate consecutivo en Riazor, mitigado por el consuelo de que el equipo parece haber hallado una línea a seguir.

Óscar Cano ha encontrado una alineación sobre la que desarrollar una idea, o más bien la que mejor se adapta a las características de sus jugadores. Cualquier planteamiento, insiste el técnico, debe partir de aquello que pueden ofrecer los futbolistas entre ellos. Ya hay poco espacio para la sorpresa en los onces del entrenador deportivista, que ayer volvió a apostar por la fórmula que empleó en los dos compromisos anteriores. Hay una tendencia en este Deportivo plagado de centrocampistas, hasta cuatro se juntan, por buscar la fluidez entre sus jugadores a través de la pelota, pero ayer tenía un reto ante sí con la visita del Córdoba.

No estuvo cómodo el Dépor en un primer tramo de partido en el que el líder del grupo le propuso un partido mano a mano, atrevido en un escenario exigente y sin demasiadas precauciones. Apretó arriba siempre que pudo para entorpecer la salida de balón deportivista y por momentos el rival se juntó casi al completo en terreno blanquiazul.

Sufrió el conjunto de Cano en ese tramo inicial del encuentro, incapaz de encontrar una respuesta a lo que le proponía el Córdoba. Buscó alternativas para paliar la escasa participación de Isi Gómez, Olabe y Rubén Díez, sobre todo a través de los lanzamientos en largo. No pareció una manera de sacudirse los problemas que le generaba esa presión adelantada visitante, sino que más bien era una consigna. En el fútbol, generalmente, la reducción de espacios en una zona del campo lleva aparejado que se multipliquen en otras. El Deportivo buscó así aprovechar las enormes zonas vacías que dejaba el Córdoba a la espalda de su defensa, pero no le dio mucho resultado.

Unas veces por la falta de precisión en esos balones en largo y otras por la precipitación que mostraba Svensson en cada uno que lograba cazar. Es todo voluntad el joven delantero y su labor como referencia es impagable para los jugadores ofensivos, sobre todo para un Quiles que puede aprovechar su capacidad para sorprender y filtrarse entrelíneas.

Empezó a mejorar el Deportivo en cuanto el Córdoba rebajó su presión y el equipo blanquiazul pudo recuperar la pelota con rapidez y en zonas comprometidas para su rival. Sufrió el conjunto andaluz cuando le pillaban descolocado, así que trató de rebajar el ritmo en cuanto el Dépor empezó a encadenar ocasiones.

Las tuvo y muchas antes del descanso, pero los de Cano volvieron a exhibir esa falta de acierto que les penalizó ante la Cultural hace dos semanas en la que hasta la fecha haya sido quizá la mejor actuación colectiva del equipo. En casi todas fue protagonista Quiles, de dulce desde que volvió a acomodarse en el costado derecho, desde el que puede aprovechar su capacidad para conducir la pelota y adivinar los espacios. Una cabalgada suya al filo de la media hora desembocó en un remate dentro del área que rechazó con incertidumbre un defensa. El despeje le cayó en los pies a Isi Gómez, que tampoco acertaría con un disparo a bocajarro desviado por Carlos Marín. Antes, mucho antes, Calderón había mandado al palo un despeje defectuoso sobre su propia portería.

En la siguiente jugada insistiría Quiles después de un robo certero en la salida de balón del Córdoba. Isi Gómez filtró un buen pase para el delantero, demasiado escorado ya para poner en aprietos serios al portero visitante. Fueron los mejores minutos de un Dépor que exhibió de nuevo su capacidad para volcar el juego hacia el área visitante, pero con la misma falta de puntería que ha mostrado toda la temporada.

Tampoco acertó Soriano un par de minutos antes del descanso con un remate en plancha de cabeza después de otra aparición de Quiles. Llegó con fuerza, con la posición ganada a los defensas del Córdoba, pero envió el balón a las manos de Marín. No está fino de cara a portería el que hasta hace nada era el máximo goleador de un equipo condicionado por su falta de contundencia en las áreas.

Ayer tuvo más en la propia, pero aún así dejó algún error que le pudo costar caro, como en el gol anulado al Córdoba. No tiró bien la línea en una falta lateral prolongada en el balcón del área y que Jorge Moreno embocó sin oposición. El juez de línea lo anuló por un fuera de juego que pareció muy ajustado.

Se salvó el Dépor, que no aprovecharía el paso atrás del Córdoba en la segunda parte, sugestionado por los resultados de la jornada. Apenas una ocasión clara de un equipo que ayer no se cansó de perdonar.

Suscríbete para seguir leyendo