Deportivo

Óscar Cano, sin bandas ni cambios

Insiste con Villares y Martínez de laterales y ni siquiera con uno menos agota las sustituciones

El deportivista Pablo Martínez, en pugna por el balón.  | // LOF

El deportivista Pablo Martínez, en pugna por el balón. | // LOF / E. Cobas

Diego Villares es centrocampista y Pablo Martínez, central. Pueden jugar de laterales, pero puntualmente, como parches de urgencia. Ahí son capaces de cumplir, pero no pueden ser los laterales titulares de un candidato claro al ascenso como quiere ser el Deportivo. Primero, porque ese no es su sitio. Y segundo, porque reubicándolos el equipo pierde a dos de sus mejores futbolistas en sus hábitats naturales: el eje de la defensa, en el caso del francés, y la línea medular, en el del lucense. Sin embargo, Óscar Cano insiste en esa propuesta reforzando su mensaje de que tanto Trilli como Retuerta, los teóricos recambios de los lesionados Antoñito y Raúl, no le convencen, y de que urge fichar.

Sin laterales profundos el Dépor fue muy previsible a la hora de atacar en Santo Domingo, un rival muy fácil de defender para un Alcorcón al que le bastó con saber juntarse por dentro para enterrar la capacidad coruñesa para filtrar pases interiores en busca del retornado Lucas Pérez, prácticamente el único recurso visitante para tratar de crear peligro.

Cano renunció a las bandas y, como en él es habitual, también a los cambios, que no agotó. Solo tres sustituciones, una de ellas obligada, la entrada de Edu Sousa tras la roja a Mackay. Ni siquiera cuando el partido se puso más feo, tras el 2-1, echó mano de los dos extremos especialistas que hay en la plantilla, Víctor Narro y Yeremay Hernández, en busca de aire fresco en ataque.

Y eso que el Dépor jugó más de media hora con un hombre menos, con el mayor desgaste físico que eso supone. Max Svensson, que entró en el minuto 62, y Kuki Zalazar (m.87), fueron los únicos que salieron desde el banquillo por decisión técnica. Cano confía en un grupo muy reducido de futbolistas y los demás apenas cuentan. Es su manera de gestionar la plantilla y, de paso, de mandar un recado al club de cara al mercado invernal.

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