1-1 | Mackay mantiene a flote al Dépor

Le perdonó la vida al Castilla en la primera media hora y debe dar gracias por el empate tras un ejercicio de resistencia en la última hora de partido por el excelso nivel del filial, a lomos de Arribas | Se comprime la zona alta de la tabla

Carlos Miranda

Carlos Miranda

De tenerlo contra las cuerdas a boquear en la superficie del agua. El Dépor pasó por todos los estados posibles en 90 minutos que parecieron una vida y en los que no acabó sucumbiendo, sobre todo, gracias a un enorme ejercicio de resistencia y a las manos de Mackay. Su primera media hora fue excelsa y el Castilla llegó a deambular por el ring de Riazor, pero en cuanto el filial blanco se asentó, tuvo la pelota y tiró de calidad, se convirtió en muchos momentos en inaccesible para los coruñeses. Duelo de tronío del que el Dépor sale vivo y que le demuestra que nadie le va a regalar nada.

Olía a día grande en las calles de los alrededores de Riazor. No era la Champions, era la Primera RFEF, pero a veces la grandeza está en uno mismo, en cómo encaras lo que viene. Más de 26.000 espectadores. Óscar Cano quería seguridades para trasladar esa sensación de fuera al césped y solo hizo un cambio en el once. Saverio entraba por Quiles, lo inevitable por la baja del onubense. El equipo coruñés es, sin duda, un equipo lleno de confianza, más allá de los resultados o de un empate a domicilio, y supo poner toda esa fe y ese fútbol sobre el tapete. Fue una avalancha en la primera media hora.

Deportivo - Castilla

Deportivo - Castilla / Casteleiro/Roller Agencia

Se mostró el Dépor en ese tramo cómodo en la salida, quizás le costaba profundizar. Eso sí, cuando lo hacía, era mortífero. Su rival, con el refuerzo de Álvaro Rodríguez, no se encontraba. Ni presionaba bien ni tenía la pelota ni contenía a los blanquiazules. Con Arribas maniatado y toda la creación fiada a la media del filial, el Dépor vivía mejor. Así fueron sucediéndose las ocasiones en una fase de juego que recordó al Dépor-Racing de Ferrol de hace meses.

Lucas tuvo la primera en una pelota larga. La parada del meta blanco fue soberbia. Y no sería la única en ese tramo en el que sostuvo a su equipo. Unos minutos después, no pudo hacer nada ante un cabezazo de Pepe Sánchez. Lo que tanto tiempo lleva buscando Pablo Martínez lo lograba el jienense casi a la primera. 1-0, minuto 20. A su seguridad atrás sumaba el primer gol.

Deportivo - Castilla

Deportivo - Castilla / Casteleiro/Roller Agencia

El Dépor fue un torrente incontenible hasta pasada la media hora. Mario Soriano dispuso de una clara. Otra gran mano del meta blanco, Mario de Luis. Pepe Sánchez casi hace el 2-0 en un cabezazo. Con el paréntesis de la oportunidad de Peter por el choque de Olabe, el partido era blanquiazul. Los de Raúl no sabían ni por dónde les venían.

Pero cuando más moribundo parecían estar y cuando el Dépor ya le había perdonado la vida, emergió un Castilla temible. Fueron poco más de diez minutos demoledores que pudieron mandar al Dépor por detrás en el marcador al descanso. Ayudado por los despistes defensivos de los coruñeses, el Castilla logró un gol de Marvel tras un saque de esquina y casi suma el segundo. Lo impidió un fallo impropio de Álvaro Rodríguez cuando estaba solo. El equipo coruñés, aunque algo podría reclamar en el primer tanto por un manotazo a Antoñito, hasta agradecía el paréntesis. Llegaba aturdido a la caseta. ¿Cómo podía haberle pasado por encima al Castilla, pero acabar dando las gracias por no ir perdiendo?

Deportivo - Castilla

Deportivo - Castilla / Casteleiro | Roller Agencia

El Dépor quería darle un viraje al duelo tras esos quince minutos de reflexión. Lo necesitaba, le iba la vida en ello. Le fue imposible en toda la segunda parte. Disfrutó de algún acercamiento al área. Muy pocos, en realidad. No tuvo la pelota. El que debía ser el tramo del partido en el que el peso, la experiencia e incluso la mística de Riazor se impusiesen, se convirtió en realidad en un ejercicio de supervivencia extremo. El grupo blanquiazul acabó reventado de correr detrás de la pelota.

El Castilla, agarrado a un majestuoso Arribas y a unos incisivos Peter y Obrador, descosía al conjunto coruñés jugada sí, jugada también. La pelota era de los blancos. Esta vez el mediapunta, imparable, era capaz de soltarse. Ni con faltas se le podía detener. Debería estar prohibido jugar con un futbolista así en esta categoría, pero estas son las cartas que depara esta Primera Federación.

Así se fueron sucediendo las ocasiones en una segunda parte que encumbró a Ian Mackay. Le sacó un gol cantado a Álvaro Rodríguez y otro a Arribas. Y a donde no llega el meta fue capaz de hacerlo Olabe, que sacó una pelota bajo palos en el minuto 53.

Deportivo - Castilla

Deportivo - Castilla / Casteleiro/Roller Agencia

Cano, poco dado a las intervencionistas drásticas durante el partido, lo debió ver muy negro, porque antes del ecuador puso defensa de cinco. En los primeros instantes pareció sentarle bien el cambio a los coruñeses, a pesar de que el técnico volvió a capar la banda derecha al poner a Villares de carrilero. Yeremay fue una de sus apuestas y tampoco entendió el juego como para saber lanzar a un Lucas solo y frustrado y, después, a Svensson.

El Dépor sobrevivía como podía. El técnico hasta sacó al final a Jaime y a Álex sobre la hora y si hubiera tenido más centrales y más cambios, los habría empleado. Al Castilla, en cambio, el partido se le quedaba corto. Fabricaba ocasiones de manera regular, no decrecía su ritmo, a pesar de que Raúl no hizo ni un cambio. Noel se quedó en el banquillo. Queda la duda de qué hubiera pasado sui el grupo coruñés hubiese dado un paso al frente con las sustituciones. La sensación es que no estaba para descubrirse. Por amenaza del rival, por estado físico, por nivel futbolístico en el día de hoy. El equipo coruñés, eso sí, no quiso dejar de quemar su última nave y hasta hubo un remate de Pablo Martínez para tirar de heroica en el minuto 89. Bastante tenía con seguir a flote, con resguardar el fuerte. El Dépor continúa en la pelea, pero los rivales no son, ni mucho menos, menores.