Un Dépor sin miedos

Un equipo siempre tiene que despejar todas las dudas, no tener miedo. Si un equipo quiere ser grande y ganar algo, si hay dudas nunca lo va a conseguir. El objetivo del Dépor es quedar primero y no puede permitirse eso. Tiene que controlar los partidos, al rival, el juego..., pero ahora tiene una prueba importante contra el Celta B. Se va a ver de qué pasta está hecho el equipo porque la situación empieza a ser complicada.

El rival viene crecido, encaja muy poco y arriba tiene mucho gol. Además sus jugadores tienen experiencia en la categoría. Es un equipo peligrosísimo que va a venir sin presión y que va a intentar trasladársela al Deportivo. Antes del partido el Dépor ya va a tenerla encima porque la situación no es buena y a medida que vayan pasando los minutos y haya desajustes los nervios seguramente crecerán.

Ese nerviosismo viene en parte por la imagen a domicilio. Si un equipo lo hace bien en su casa, en este caso en Riazor, no tendría por qué bajar tanto el rendimiento fuera. Creo que esto ocurre porque el Deportivo en casa desde el primer segundo intenta llevar la iniciativa, es decir, va a por el partido y lo hace sin miedo acompañado del escenario. Eso hace daño al rival y que no sea el mismo.

Fuera de casa, sin embargo, el Deportivo especula. Al equipo le falta iniciativa y lo que hace es esperar a ver lo que hace el rival, cómo se presenta el partido, qué nivel tenemos nosotros mismos... En Riazor no lo hace y puede ser protagonista con balón y sin él. El Deportivo, por las características de sus jugadores no puede quedar a merced de un juego dividido como el del domingo en León, tiene que tener el balón y moverlo con velocidad y ritmo, pero le cuesta muchísimo fuera.