El Deportivo, sin opción para el tropiezo

El Dépor recibe en Riazor a un Celta B lanzado, con toda la presión sobre sus hombros y sin margen de error

La plantilla deportivista, durante el entrenamiento de ayer en Abegondo. |  // VÍCTOR ECHAVE

La plantilla deportivista, durante el entrenamiento de ayer en Abegondo. | // VÍCTOR ECHAVE / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Al Deportivo le espera esta tarde en Riazor (19.00 horas) uno de esos partidos en los que, de ganar, habrá hecho lo que se espera de él. Suele ser así en cada compromiso de los blanquiazules en esta categoría en la que sigue instalado para desgracia de una afición que ha vuelto a casi agotar las entradas para hoy, pero que se ve multiplicado porque a quien tendrá enfrente es al filial del eterno rival. Una temporada más le tocará enfrentarse al Celta B, consciente de que la victoria es obligatoria para ahorrarle más disgustos a una parroquia que no desespera a pesar de las decepciones constantes.

La última fue hace una semana en León, con más de 2.500 deportivistas en las gradas del estadio de la Cultural en el que fue el desplazamiento más numeroso de la temporada, y que se saldó con una derrota que ha encendido los ánimos alrededor del club. Óscar Cano fue el blanco de las críticas por la pobre imagen que ofreció de nuevo el equipo lejos de Riazor y llega al partido de esta tarde ante el filial celeste cuando menos en una situación incómoda.

El presidente, Antonio Couceiro, evitó garantizar su continuidad en caso de derrota, lo que quizá ha añadido una pizca más de presión a un partido en el que el Deportivo tiene poco que ganar y mucho que perder.

A los blanquiazules les acompaña siempre ese papel de favorito en la categoría, por lo que a cada jornada superada de manera positiva le acompaña una sensación de alivio. Cada tropiezo se magnifica, el propio técnico y la plantilla son conscientes de ello, pero es que hoy podría tener efectos impredecibles.

Hacía dos meses que el Deportivo no perdía en partido y su dinámica desde finales del año pasado le había permitido escalar posiciones hasta rozar el liderato, pero la versión del equipo nunca estuvo cerca de ser redonda. En Riazor ha compensado los problemas que padece cada dos semanas a domicilio, quizá por una configuración de plantilla demasiado cerrada, pero contra el Castilla en el último compromiso en casa se sintió muy inferior. La derrota en León ha aumentado las dudas y enfrente tendrá a un rival lanzado que tan solo ha perdido un partido de los últimos trece. De ganar hoy incluso superaría en la clasificación a un Dépor que se descolgaría aún más del liderato y cuyo proyecto se tambalearía.

Óscar Cano no podrá contar con Olabe, sancionado, pero sí con Lucas Pérez, que no se ha podido ejercitar durante toda la semana por un proceso febril. El Celta B llega a Riazor con las bajas de su máximos goleadores, Miguel Rodríguez e Iker losada.

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