Riazor, bálsamo para el Dépor

El Deportivo se acerca al liderato aprovechando su fiabilidad como local - El conjunto blanquiazul es el mejor equipo del grupo en su estadio y solo ha cedido un empate en casa en los últimos siete partidos

Los jugadores deportivistas celebran uno de sus goles al Celta B el domingo en Riazor. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Los jugadores deportivistas celebran uno de sus goles al Celta B el domingo en Riazor. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / M. Otero

Marcos Otero

Marcos Otero

El Deportivo llegaba en un momento delicado al partido del domingo contra el Celta B después de tres jornadas consecutivas sin ganar y sale en cierta medida reforzado. Más cerca del liderato después del tropiezo del Alcorcón, se aleja de un rival de la zona alta de la clasificación que además llegaba lanzado, con bajas, pero en un espléndido momento de forma tras solo una derrota en las últimas trece jornadas. El entrenador blanquiazul, Óscar Cano, salva además un trance importante después de que su figura quedara muy cuestionada luego de la derrota en León y las críticas que tuvo que soportar de la afición. El equipo se agarró a su fiabilidad en Riazor para sacar adelante un partido peligroso e incómodo que tan solo se le puso cuesta abajo con la expulsión de Medrano al filo del descanso.

Líder como local. El Deportivo todavía no ha logrado esta temporada encabezar la clasificación. Estuvo cerca alguna jornada, pero se tuvo que conformar con hacerlo de manera provisional. Ahora lo tiene más cerca, a tres puntos, pero de lo que sí puede presumir es de ser el equipo más fuerte en su estadio. El conjunto blanquiazul suma 34 puntos en 15 partidos y no pierde en Riazor desde el 2 de octubre, cuando cayó frente al San Fernando. Su fiabilidad se manifiesta además en que solo ha cedido un empate en los últimos siete partidos, contra el Castilla hace dos semanas en un partido en el que se sintió inferior por primera vez en mucho tiempo ante sus aficionados. Además solo ha encajado un gol en casa en los últimos ocho partidos, precisamente ese que anotó Marvel para el filial madridista. El domingo contra el Celta B pasó apuros para imponerse, fue más precavido, quizá por la dinámica en la que estaba instalado y la amenaza que representaba un rival de esas características.

Óscar Cano, bajo la lupa. El equipo llegaba entre dudas, pero su entrenador se sabía en el centro de la diana después de que la afición lo señalase por la derrota y la imagen contra la Cultural Leonesa. Ayer volvió a quedar demostrado que una parte de la parroquia deportivista no comulga con el técnico y tuvo que escuchar silbidos cuando se pronunció su nombre por megafonía. Cano era quien se presentaba al partido en una posición más débil y se notó por las precauciones que tomó su equipo desde el planteamiento. El Deportivo no fue ese conjunto agresivo que acostumbra en Riazor y ejecutó un plan más controlador, sin riesgos. La victoria le da aire al técnico, que sin embargo se sabe bajo el escrutinio de la afición durante cada partido y el sábado ante Unionistas se someterá a otro examen, el que debe afrontar cada semana.

Lucas desatasca al equipo. El Deportivo se enfrentaba a un partido muy incómodo. Un tropiezo hubiera tenido consecuencias imprevisibles y desde el comienzo quedó claro que el conjunto blanquiazul no estaba suelto. El Celta B prefirió esperar, en cierto modo especular con un repliegue no demasiado extremo que complicó el ataque blanquiazul. Hace ya varias jornadas que el Dépor se atasca arriba y da la impresión de que no es capaz de generar oportunidades si no es con una sucesión de paredes al borde del área. En toda la primera parte no generó ninguna ocasión y la expulsión de Medrano terminó allanando el camino. Sería Lucas, sin embargo, el que pusiera los cimientos del triunfo con una acción en la que expuso sus virtudes cuando no ejerce de referencia única.

La opción Svensson. El delantero hispano-sueco volvió a contar con minutos y a demostrar que es un recurso más que útil en la plantilla. Svensson es capaz de liberar a Lucas de labores en las que el coruñés se desgasta, especialmente contra rivales que prefieren juntar líneas al borde del área. El joven jugador cedido por el Espanyol es capaz de estirar a los defensas y aporta movimientos de ruptura que desahogan el juego de ataque deportivista, demasiado dependiente en ocasiones del juego posicional y de las asociaciones entre futbolistas como Mario Soriano, Alberto Quiles o Rubén Díez.

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