2-1 | El Dépor se busca su propia ruina

Unionistas aprovecha tres regalos de los deportivistas para remontar un partido que había comenzado de manera inmejorable | Otro chasco con 1.500 seguidores en la grada | Se descabalga en lucha por el ascenso directo

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Otra vez con la grada llena de deportivistas, otra decepción. El Dépor no fue capaz de sobrevivir a sus propias zancadillas para acabar regalándole el partido a Unionistas. Un mal despeje, una segunda amarilla de Olabe evitable y una mala defensa de un centro lateral le pusieron en bandeja la remontada al conjunto charro. Dos exdeportivistas como Mario Losada y Christian Santos fueron los goleadores y ejecutores. Ninguno lo celebró, tampoco nadie en el deportivismo, donde el enfado va in crescendo con el técnico, con los jugadores y con todos los estamentos del club y no se le atisba techo al cabreo. Una nueva derrota fuera de casa, donde es un equipo mediocre. Se descabalga del ascenso y el panorama vuelve a pintar negro. ¿Tercera temporada en blanco?

Las palabras de Óscar Cano en la previa no eran esta vez vacías. Halagaba la versatilidad de Diego Villares y el vilalbés acababa en el lateral para desgracia de Trilli. Admitía sin ambages el mal momento de Rubén Díez, tampoco descartaba el banquillo para él, y ahí acabó. Para un técnico tan poco intervencionista como el nazarí, sentar a uno de sus jugadores fetiche y cambiar el dibujo es lo más parecido a una revolución. Y al Dépor le sentó bien ese matiz táctico en el arranque. 

Unionistas reducía espacios, pasillos interiores, pretendía presionar arriba y estrechar el campo para hacerle la vida imposible. Así salió y así incomodó a un equipo coruñés que mostró cierta soltura para librarse de esos primeros inconvenientes. No estaba a su antojo, pero cuando se libraba de esas acometidas locales, sí que progresaba a campo abierto y hacía daño. Avisó en los primeros instantes y ya en el minuto siete se coló sin preguntar hasta la cocina.

Ledebenko se zafaba de una presión en banda y encontraba liberado a Mario Soriano en una posición centrada, justo la novedad táctica de esta tarde. Su pase encontraba a Lucas en profundidad y la devolución al ex del Atlético en el corazón del área. 0-1, minuto 7. Festejaba una grada atestada de seguidores blanquiazul en un fin de semana de un fútbol vivido de manera diferente. La pena es que luego haya que jugar los partidos.

Se le abría el cielo en esa jugada al Dépor porque marcaba a la primera, porque se encontraba cómodo y porque le metía más dudas a su rival. El camino parecía despejado hasta que el propio Dépor se encargó de cortarse el camino. Un mal despeje de Pablo Martínez y el viento acabaron dejando a Mario Losada sorprendentemente solo ante Mackay. No falló de volea. 1-1, en el minuto 17 cuando Unionistas no sabía ni dónde estaba y cuando ni se había acercado al meta coruñés.

Unionistas - Deportivo

Unionistas - Deportivo / LOF

El gol le dio alas y asentó a los salmantinos y generó dudas en los coruñeses. Los locales ajustaban la presión, llegaban con pocos toques y ponían a prueba a la zaga blanquiazul con pases en profundidad y a balón parado. Era como si el Dépor tuviese que empezar de nuevo de cero y el panorama era mucho peor que al inicio. Estaba tocado. Lo intentaba, no encontraba el camino y no se despegaba de esa tirantez. Un fallo propio lo había echado todo por tierra, le quedaba la segunda parte para solucionarlo.

El descanso ya empezó trayendo la mala noticia de Pablo Martínez. El faro, el guía de la renovada defensa blanquiazul se quedaba en la caseta por una lesión. Hace una semana el equipo coruñés jugaba con él y con Pepe Sánchez y esta segunda parte era para Jaime y Lapeña, justo en un duelo de más a menos, justo en un partido con muchos balones largos y centros laterales.

El choque siguió moviéndose en la igualdad. Trabado. Unionistas se animaba un poco más que los coruñeses. Todo el duelo, sin chicha ni rango, se mantenía en alto por la incertidumbre, no por las maniobras entretenidas o vistosas sobre el terreno de juego. En esa sosería llegó el error de Roberto Olabe. Siempre al límite, el jugador vasco fue fuerte abajo en una falta que no debía haber hecho con tal dureza si ya llevaba una amarilla en el acta. Puede ser discutible si merece la amonestación. La veteranía que se le presupone debía haber evitado tal riesgo.

Unionistas - Deportivo

Unionistas - Deportivo

El Dépor iba a jugar más de media hora con diez, pronto se sucedieron los cambios. En el equipo coruñés para reajustar, en Unionistas para lanzarse a por el duelo. Esa era la teoría, la práctica deparó un choque igualado en el que el grupo de Cano tuvo tantas o más ocasiones que el equipo de Ponz. A Unionistas parecía no sobrarle el empate o en su fuero interno sabía que el Dépor le iba a acabar regalando otra. Tampoco era tan descabellado. Ya le había invitado a dos rondas previas.

Antes del gol de Christian Santos en una mala defensa de un centro lateral, llegó el supuesto penalti a Jaime. Los jugadores del Dépor bramaron, la grada con ellos. El colegiado se desentendió. Las imágenes tampoco son 100% concluyentes, aunque hay razones para reclamar.

La desgracia quedaba para los últimos minutos en una acción en la que Rubén Díez no llegó a despejar y Jaime no se sabía dónde andaba. Los blanquiazules lo intentaron a la desesperada en en el tramo final con corazón y desorden, pero ya no había nada que hacer. El Dépor es su peor enemigo. Le es imposible sobrevivir a sí mismo.