Arsenio ya descansa en Arteixo, su leyenda perdura en Riazor

EFE

El cuerpo de Arsenio Iglesias, el entrenador del Superdépor que falleció este viernes a los 92 años, descansa ya en Arteixo, la localidad en la que nació y en la que se han celebrado las exequias en la más estricta intimidad este sábado. Tras haber recibido la ovación y el respeto de cientos de deportivistas y de personalidades del ámbito del deporte y la política en el Estadio Abanca-Riazor, donde su leyenda perdurará, Arsenio fue despedido por sus seres más cercanos.

Entre aplausos y cánticos con su nombre, el mítico entrenador salió del campo en el que celebró triunfos como el de la Copa del Rey de 1995 y lloró partidos como el de la última jornada de Primera División de 1994, en la que se le escapó el título con un penalti a favor en los instantes finales.

El cortejo fúnebre se dirigió después al pueblo que le vio nacer el 24 de diciembre de 1930 y en el que dio sus primeras patadas al balón, y allí sus familiares y seres más cercanos le despidieron en la intimidad. Su familia pidió que el técnico recibiera sepultura lejos del ruido que le acompañó en Riazor, donde Arsenio ya es leyenda del deportivismo.

Como jugador, militó a nivel profesional en el Deportivo, el Sevilla, el Granada, el Oviedo y el Albacete. Posteriormente, como entrenador, dirigió al Deportivo en cuatro etapas entre 1970 y la década de los noventa, y también al Hércules, el Zaragoza, el Burgos, el Elche y el Almería antes de cerrar su trayectoria como técnico en el banquillo del Real Madrid en la temporada 1995-96, aunque después se hizo cargo de la selección galega y del Deportivo de fútbol indoor.

En 2004 recibió uno de los galardones de la I edición de los "Premios Galicia Deporte", en 2011 consiguió la Distinción al Mérito Deportivo de Galicia (2011), en mayo de 2016 le fue concedida la más alta distinción del Deportivo, la insignia de Oro y Brillantes, y fue distinguido como Lenda Branquiazul (leyenda blanquiazul), en 2017 fue nombrado Hijo Predilecto de Arteixo, su localidad natal y en 2020, el Ayuntamiento coruñés aprobó nombrarle Hijo Adoptivo de la ciudad de A Coruña y dar su nombre a la Ciudad Deportiva de la Torre.