Deportivo-Algeciras

4-0 | De la Barrera prende la mecha del Dépor

El nuevo técnico destapa la mejor versión del equipo con un revolucionario once y recupera futbolistas para la causa | Aplastante victoria ante el Algeciras para asegurar el ‘play off’ e ilusionarse con el ascenso

Un cohete despegó esta tarde desde Riazor pilotado por Rubén de la Barrera, cuya revolución en el once no pudo resultar más exitosa. La cuenta atrás para el lanzamiento duró muy poco, apenas cuatro días para preparar su reestreno, pero el coruñés logró prender la mecha que tanto tiempo llevaba apagada, por mucho que los resultados le acompañaran al Dépor como local durante buena parte de la temporada. No solo ganó al Algeciras. Le pasó por encima, con hechuras de equipo grande de verdad, lo que se le presupone al Deportivo en una categoría como la Primera RFEF. Cuatro goles, y pudieron ser algunos más. Hay mimbres. Los había. Algunos desperdiciados hasta ayer, como Trilli, Álex o Yeremay, recuperados para la causa del ascenso vía play off. Ese es el destino y hacia él despegó el Dépor. Tarde, en la penúltima jornada, pero a tiempo si al final es capaz de cumplir con ese objetivo.

Deportivo -Algeciras

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De la Barrera buscaba un cambio radical, una reacción inmediata, y agitó el árbol desde el inicio introduciendo hasta siete novedades con respecto a la alineación de Linares, la última confeccionada por su antecesor, Óscar Cano. Algunas especialmente llamativas, como las de Trilli, Álex y Yeremay, los tres con un papel testimonial hasta ayer, sobre todo el lateral derecho. Junto a Villares y Lucas, que volvían tras lesión, Lapeña y Lebedenko completaron el septeto de altas en el once. Otros compañeros que venía jugando regularmente, como Jaime, Olabe o Isi, se quedaron en el banquillo en el estreno de Rubén de la Barrera, que dotó al equipo de nuevas herramientas futbolísticas pero también de más intensidad y frescura.

Una propuesta valiente y vertical la del nuevo técnico, que desde el primer día trató de reactivar a todos, a los que ya estaban jugando y también a los que no estaban contando para Cano, algo fundamental no solo para tumbar al Algeciras sino también con vistas a ese inminente play off en el que el Dépor se lo jugará todo. De la Barrera agitó su coctelera mezclando algunas apuestas con certezas absolutas como la de Álex Bergantiños. “En cuanto lo llamas, ahí está”, había dicho el técnico en su presentación sobre la importancia del centrocampista de la Sagrada Familia. Y vaya si estuvo Álex, a su manera, sin hacer ruido, pero equilibrando la medular y aportando ese oficio imprescindible en cualquier equipo que aspire a ascender, independientemente de la categoría.

Cambio de piezas y también de dibujo, con Lucas ligeramente caído a la derecha, liberado de tener que ser la principal referencia ofensiva, y con Soriano de mediapunta a la espalda de Svensson, donde más cómodo se siente y más rinde el madrileño. Por la izquierda, la magia de Yeremay, un futbolista distinto, el más diferente de la plantilla, pero que tuvo que esperar al retorno de De la Barrera para disputar su primer encuentro liguero como titular con el Dépor. En definitiva, un clásico 4-2-3-1, con dos mediocentros, Álex y Villares, en vez de los tres que venían jugando habitualmente a la vez.

Deportivo - Algeciras

Deportivo - Algeciras / Casteleiro | Roller Agencia

Le sentó bien al Dépor este nuevo esquema y, sobre todo, el hambre con el que salieron al terreno de juego sus futbolistas, todos enchufados desde el pitido inicial en busca de inaugurar el marcador lo antes posible. Apenas un minuto tardaron los blanquiazules en fabricar la primera ocasión clara, pero el remate de Svensson se encontró con la mano salvadora del portero Miño. No perdonó el catalán la segunda que tuvo. Lucas disparó con la derecha y el rechace de la defensa se convirtió en una asistencia perfecta para el canterano del Espanyol, que solo tuvo que empujar el balón para anotar el primero cuando apenas pasaban unos segundos del minuto 3.

El Algeciras respondió de inmediato con un remate de Roni, pero apareció Mackay para evitar el empate con demostrando sus reflejos con una parada felina. Fue la mejor de los andaluces en toda la primera parte, de dominio total del Deportivo. No levantó el pie el equipo coruñés pese a la ventaja en el marcador. Quiso más y pronto lo encontró, en el minuto 11. Buen desmarque de ruptura de Yeremay y deliciosa definición, de auténtico crack. Un lujazo, más propio de otra categoría. El canario arrancó en fuera de juego, pero su gol, golazo, subió igualmente al marcador para el disfrute de la afición blanquiazul, con muchas ganas de tener algo que celebrar después de tantas decepciones seguidas.

Guion perfecto para De la Barrera y sus jugadores, aplicados no solo en ataque, también en defensa. Inmejorable puesta en escena para recuperar confianza y autoestima de cara a lo que viene. Parecía otro equipo el Dépor, más vertical, más alegre, más enérgico, con y sin balón. Solo así se explica la fe con la que Soriano presionó a Miño en la acción del tercero. Error grande, grosero, del meta visitante, pero también mérito de Mario por apretar. Minuto 33 y partido sentenciado.

Tras la reanudación Lucas y Pablo Martínez pudieron ampliar la goleada antes de que Elejalde acariciara el tanto del honor para el Algeciras, que no se descompuso en la segunda parte pero que igualmente acabó encajando el 4-0 en una gran asociación entre Yeremay y Lucas culminada por Svensson (m.68). Fiesta total en Riazor, a la que se sumó David Mella, con tiempo para hacer de las suyas desde la banda izquierda. Todo buenas noticias. Tres puntos, play off asegurado y esperanza, mucha esperanza, de cara a lo que viene.