Riki, Lucas y Quiles, goles enmascarados: "Era un coñazo jugar así"

El exdelantero deportivista revive la experiencia de jugar con máscara protectora que afrontan ahora los goleadores blanquiazules

Riki, Lucas y Quiles, con sus máscaras protectoras.

Riki, Lucas y Quiles, con sus máscaras protectoras. / CARLOS PARDELLAS / CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Marcos Otero

Marcos Otero

A Coruña

Lucas estrenó sobre el campo el sábado contra el Algeciras la máscara que probablemente le acompañará hasta el final de la temporada para proteger su rostro de la fractura por la que tuvo que ser operado. A la espera está Quiles de hacer lo mismo, con la esperanza de que su reaparición se produzca este fin de semana en Pontevedra tras ser intervenido también en la cara del golpe que se llevó en Córdoba. Dos delanteros en una situación atípica, la de verse condicionados por un elemento poco habitual.

Por algo parecido pasó hace unos años otro goleador deportivista, Iván Sánchez-Rico, Riki, al que una fractura en los huesos de la nariz le obligó a ponerse una máscara en el tramo inicial de la temporada 2012-13. Su lesión no era la misma que la de Lucas y Quiles, pero sí la incomodidad de jugar con la protección.

“Antes de que me la hicieran de carbono, de estas más modernas, estuve con unas gafas muy raras, parecían un esnórquel. Era muy incómodo y no veía nada, así que me hicieron aquella a medida y la verdad que me apañé bastante bien, dentro de lo que es jugar con una máscara. Es incómodo, pero una vez que estás jugando te adaptas”, recuerda el exdelantero blanquiazul.

Fue poco tiempo, apenas un par de semanas, y tan solo un partido, el que disputó el equipo contra el Sevilla en Riazor en la quinta jornada después de que un choque con Diego Mainz le provocara la fractura en la nariz en Granada. La incomodidad era demasiada para el madrileño, que prefirió asumir el riesgo de jugar sin protección en el siguiente partido, contra el Real Madrid en el Bernabéu, donde marcó.

“Estuve poco tiempo con ella y al final preferí jugar sin la máscara. Aunque los huesos todavía no estaban soldados, no podía jugar así. La verdad es que era un coñazo, hablando así de claro. Me exponía a un salto, a un codazo, a un balonazo..., pero eso también te puede pasar teniendo el tabique bien. Afortunadamente no volvió a dar problemas, pero lo importante es que tanto Lucas como Quiles tienen ganas de jugar y van a hacer todo lo posible por ayudar al equipo”, expone Riki.

El exdelantero lo recuerda como una experiencia incómoda que ahora deberán atravesar también Lucas y Quiles para estar disponibles. “Ahora me imagino que serán más sofisticadas y menos latosas, pero entonces perdías un poco de visión. No lo notas demasiado con el tema del peso en la cara, porque al final la fibra de carbono es muy ligera, pero a la hora de girar la cabeza no tienes la misma libertad. Era incómodo”, explica.

Como en su caso hace diez años las ganas de ayudar al equipo son las que más influyen en estas situaciones, y más con el Deportivo jugándose un ascenso. “Estoy seguro de que tendrán muchas ganas de jugar, sobre todo Lucas por todo lo que significa para el Deportivo, aunque también Quiles porque se le ve muy comprometido con el equipo. Los dos son piezas fundamentales para que el Dépor consiga ese tan ansiado ascenso”, apunta el exblanquiazul.

“Sigo al Deportivo siempre que puedo, ha marcado mi carrera deportiva”

Instalado en Granada tras aparcar en Guadalajara en 2016 una carrera que le llevó por Getafe, Granada y, sobre todo, por el Deportivo, Iván Sánchez-Rico, Riki, se mantiene al corriente de lo que sucede con el equipo blanquiazul, aunque menos de lo que le gustaría. La categoría en la que milita el Dépor y la falta de opciones audiovisuales para poder seguir los partidos, le condicionan cada fin de semana. “Lo sigo siempre que puedo, aunque al Dépor es más difícil por el tema audiovisual y de las plataformas. Me gustaría poder verlo, pero no siempre es posible, aunque estoy atento y todas las semanas me entero cómo le ha ido. De momento van a tener que jugársela en el play off, ojalá pueda acabar tercero”, expone el que fuera delantero deportivista durante un total de siete temporadas. “Con Manuel [Pablo] mantengo el contacto. La última vez que estuve por allí, que fue antes del COVID, en las navidades de 2019, estuve con él y también con Filipe [Luis]. Tengo amigos por allí, pero ya nos vamos haciendo mayores todos, unos se retiran, otros cambian de equipo... De mi etapa también siguen los doctores Lariño y Barral. Es importante que siga esa gente que quiere al Deportivo y que busca lo mejor para el club”, añade sobre las amistades que mantiene de sus años en A Coruña. El que fuera delantero blanquiazul todavía se sorprende del apoyo que mantiene el equipo a pesar de la situación que atraviesa y de las decepciones que ha ido encadenando en las últimas temporadas. Lo que más le marcó de su etapa en el club fue la afición, que no deja de superar sus expectativas. “Solo hay que ver cómo responde la afición del Deportivo, que mínimo van 20.000 personas al campo. Eso es impresionante”, subraya. A eso se le suma la decisión de Lucas Pérez, al que elogia por regresar a comienzos de año para ayudar al club. “La gente tiene que estar orgullosa de él, en el sentido de que sacrificó dos categorías para poder ascender con el equipo de su vida. Para él supongo que es un aliciente poder ascender al equipo a pesar del sacrificio económico que supone”, reflexiona Riki sobre el paso que dio el coruñés para poder volver al Deportivo en el mercado de invierno.

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