El “paso al frente” de ‘Súper Max’

Svensson ha aprovechado la oportunidad que se le presentó con la lesión de Quiles y se ha convertido en un jugador importante para Rubén de la Barrera - Su técnico en el Espanyol B repasa su evolución

Max Svensson golpea el balón en el partido contra el Castellón del domingo en Riazor. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Max Svensson golpea el balón en el partido contra el Castellón del domingo en Riazor. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA / M. otero

Marcos Otero

Marcos Otero

Max Svensson se ganó durante su etapa en el Espanyol el sobrenombre de “Súper Max”, en parte por su afición a la Fórmula Uno y en especial al piloto neerlandés Max Verstappen, y en parte por esa energía sin límite que transmite sobre el campo. Consciente de que la ausencia de Alberto Quiles le obligaba a dar un “paso al frente”, tal y como reconoció ayer, su técnico, Rubén de la Barrera, lo ha saludado como un jugador “fundamental” en sus planes. Decisivo con su gol el domingo para poner en ventaja la eliminatoria contra el Castellón que se resolverá este fin de semana, en el Espanyol no pueden estar más satisfechos con la evolución mostrada por el hijo del mítico portero de balonmano Tomas Svensson, aunque los comienzos no fueron sencillos.

Max apenas tuvo participación con Borja Jiménez, que no le encontraba utilidad en esa estructura de juego posicional que empleaba en su Deportivo. Fue Óscar Cano quien empezó a valorar sus cualidades. “Está con nosotros desde la etapa juvenil y concretamente conmigo llevaba unos cuantos años”, expone Luis Blanco, entrenador del Espanyol B y quien moldeó al joven delantero hispano sueco en el filial. “Hemos seguido su evolución y es un chico con condiciones para el fútbol profesional, lo que pasa que no se adaptan mucho al juego asociativo”, añade sobre esos problemas iniciales que sufrió para encontrar un hueco en sus primeras semanas en A Coruña.

Las condiciones de Max, sin embargo, comenzaron a aflorar con la llegada de Cano, que lo vería como un delantero capaz de amenazar a través de sus rupturas. La llegada de Lucas volvería a frenarle, pero la lesión de Quiles le abrió una oportunidad que no ha desaprovechado —dos goles contra el Algeciras y uno contra el Castellón— y cuenta con la bendición de Rubén de la Barrera. “Es un jugador que amenaza mucho, con instinto y muy trabajador tanto a nivel defensivo como ofensivo. Es súper dinámico y es un muy buen futbolista de equipo, que aporta mucho. Aunque no tenga una capacidad goleadora alta siempre ayuda y eso para los entrenadores es muy importante”, subraya Luis Blanco.

“Siempre ha sido un delantero centro, aunque también le ha gustado muchas veces jugar escorado a la izquierda. Es una situación ideal para él porque sabe sacar provecho de su golpeo desde esas zonas. Esas cualidades también son importantes porque no es un punta referencia con las condiciones de fijar o de dar continuidad al juego, aunque puede hacerlo. Es un jugador que va más al espacio y ha ido evolucionando en esa faceta”, describe el entrenador del filial espanyolista sobre la evolución de Max en los últimos años.

En el Espanyol, con el que firmó un contrato de larga duración en 2021, interpretaron que su cesión al Deportivo le permitiría dar un paso adelante en su formación y probarse en un entorno más exigente. “Su evolución ha sido buena”, sostiene el técnico del Espanyol B. “Al final en estos años que ha pasado con nosotros ha ido evolucionando también y se hizo importante dentro del club. Decidimos que tenía que terminar de foguearse en otras situaciones distintas y el contexto del Deportivo era idóneo para él, un equipo con mucha exigencia y en el que cada dos fines de semana iba a estar jugando ante 15.000 o 20.000 personas, con unos objetivos muy claros. Para su etapa formativa era ideal”, expone Luis Blanco.

Su personalidad también ha sido clave en esta temporada en la que ha vivido su primera experiencia lejos de su entorno más familiar. “Tiene muchas ganas. Aquí con nosotros el rol es distinto. El que puede tener en el Deportivo es muy diferente al de un filial porque se tiene que adaptar a otras situaciones. Tengo la sensación de que en ese contexto de exigencia, al lago de gente con mucha experiencia, que sabe de lo que va esto del fútbol, se ha adaptado perfectamente. Eso es muy bueno para él y para su crecimiento. Él aquí comparte experiencias con gente de la misma edad o gente incluso más joven, eso es muy diferente a hacerlo con jugadores que ya conocen el fútbol profesional y llevan muchos años”, argumenta Luis Blanco sobre su crecimiento.

Rubén de la Barrera ha encontrado en él una fuente inagotable de esfuerzo para la presión. Esa energía que transmite ha conectado también de manera extraordinaria con la grada. El propio Svensson es consciente de ese cariño. “Le doy las gracias a la afición, desde que participé en mi primer partido me siento bastante querido”, admitió ayer. “Es un jugador que amenaza constantemente y que sabe buscarse su espacio en las zonas de arriba y que no para de dar y dar al equipo. También tiene una buena finalización en situaciones óptimas con ambas piernas. Seguramente en equipos donde se busca esa amenaza encaja perfectamente. No solo es lo que da a nivel ofensivo, sino también a nivel defensivo por esa energía brutal que tiene siempre. Esa es una de las principales cualidades”, relata el técnico del Espanyol B sobre el esfuerzo que siempre muestra el delantero.

Parte de ese ímpetu también necesita ser controlado y quizá sea una de las tareas pendientes de Svensson para dar el salto definitivo hacia el fútbol profesional o asentarse en un club como el Deportivo. “Esa energía también hay que saber canalizarla y en un club como el Deportivo lo tiene que hacer. Ha pecado siempre de que esa energía que tiene algunas veces no la canalizaba bien. Si encuentra los momentos óptimos y adecuados es un jugador que va a poder estar jugando en la elite”, garantiza Luis Blanco sobre el delantero antes de la cita decisiva del domingo en Castellón.

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