El Fabril logró un merecido triunfo tras remontar ante la Arandina y hacer vibrar a Abegondo en una segunda parte emocionante en la que Jairo terminó logrando el triunfo. Diego Gómez, figura goleadora, se echó al equipo a las espaldas para alcanzar la primera victoria de la temporada.
El punto de penalti empieza a ser el de partida para un Fabril que volvió a adelantarse desde los once metros. Replicando los últimos dos guiones, esta vez fue Diego Gómez el encargado de anotar una pena máxima después de que Vilán cayese arrollado en el interior del área. Fue el pistoletazo de salida a un encuentro a los golpes en el que el primer tiempo fue parejo y el segundo claramente local. El filial blanquiazul se sumió en un guion que favoreció a los visitantes, más directos y efectivos. Los de Gilsanz necesitaron hacer demasiadas cosas bien para encontrar el gol, mientras que, con poco, le siguen haciendo demasiado daño.
Para el Fabril, parte del partido pasaba por la circulación interior. Su rival, que no se hundía y buscaba presionar y situar la defensa bastante alta, cedía espacios que los pupilos de Gilsanz no terminaron de explotar. Llegaron numerosas ocasiones que, en realidad, fueron pocas para lo que un equipo con un punto extra de confianza podría haber logrado. A Brais Val le sobraba siempre un toque y Rubén López, liberado en salida de balón, parecía en ocasiones invisible para sus compañeros. Andrés González aprovechó un libre directo para empatar la contienda tras una de esas faltas leves que se pagan caro cerca del área.
No se amilanaron los fabrilistas, superiores en muchas facetas, pero incapaces de plasmarlo en el marcador. Los visitantes caían con facilidad en la equivocación cuando su circulación abandonaba el balón largo y ahí al Fabril le faltó colmillo. Roberto, cancerbero local, sacó una mano impresionante a Vilán tras un rebote en el interior del área que dejó solo al extremo. Pero en ese ida y vuelta al Fabril le volvió a salir a pagar. Al filo del descanso, un centro de Ceesay sin oposición provocó un error de Marotías. El zaguero no midió bien y Serrano remató con facilidad en el interior del área para poner el 1-2. Necesitó diez minutos el Fabril para desperezarse tras el descanso, pero a los 53 minutos, un gol anulado por fuera de juego a Mati Castillo encendió a Abegondo y a los deportivistas, que se volcaron en busca del empate.
El partido se convirtió desde muy pronto en un asedio blanquiazul sobre la portería de Roberto con una Ciudad Deportiva que vibró en cada acción. “Va Diego, va a salir”, indicaba Gilsanz desde una esquina. El Fabril llegaba una y otra vez, pero se atascaba en el remate o en el último pase. El Arandina, mientras, realizaba tímidos ataques impulsados por los envíos largos de su portero, alguno terminando en susto. Los cambios dieron un impulso al Fabril y Tim Caroutas dejó dos centros maravillosos que Kevin no consiguió transformar. A la tercera fue la vencida y esta vez conectó con Diego Gómez en el segundo palo. El mediapunta anotó un merecido gol tanto para el equipo como por su actuación individual.
No se quedó ahí el equipo local, que siguió buscando con ahínco y encontró el premio de la victoria. Diego Gómez volvió a inventarse una ocasión tras una cabalgada por banda izquierda. Levantó la cabeza y encontró a Jairo en el área. El diez fabrilistas detuvo el tiempo en el interior del área y coló con la puntera un tímido remate que hizo justicia en el marcador.
Para los de Óscar Gilsanz, un premio al esfuerzo tras 90 minutos de ritmo frenético, personalidad y valentía que encaminan el inicio de temporada.