Diego Gómez vive una semana idílica en blanquiazul. Tras debutar en Riazor con el Deportivo, fue la estrella Fabril en la remontada ante la Arandina con dos goles y la asistencia final a Jairo. Asegura estar “muy feliz” porque ha podido cumplir su “sueño” desde que llegó “con 14 años”. Un camino largo que tuvo una pequeña estancia de un año en el Celta de Vigo, aunque él ya sabía que acabaría recalando en A Coruña: “Tienen convenio y me mandaron entrenar, pero yo ya sabía que vendría al Deportivo”.

Nació en Amoeiro, pero desde muy pequeño supo que lo suyo sería el fútbol y, concretamente, el blanco y el azul. De dar sus primeras patadas en el Santa Teresita a destacar en el Pabellón, club convenido con el Celta de Vigo y por el que terminó un año entrenando como celeste. Sin embargo, el Dépor siempre fue su “primera opción” y no quiso “escuchar más”. Contó con el apoyo de sus padres y tener residencia le fue de ayuda porque “de Ourense a Coruña o de Ourense a Vigo es la misma distancia” pero él siempre fue deportivista “y eso decantó la balanza”.

El pasado fin de semana vivió dos días de pura emoción. El sábado ingresó en los últimos minutos para debutar en Riazor. “Estaba muy ilusionado ya cuando me mandaron calentar. Era un sueño poder entrar”, explica sobre el encuentro frente al Cornellà. No ganar fue “una lástima” pero reconoce que quedó “muy contento”. Además, el ambiente, de sobra conocido por todos, lo vivió con emoción: “Es una experiencia única. Los aficionados viven el deportivismo de una forma que es una locura, transmiten mucho y es más fácil jugar”.

Horas después, el domingo, volvió a calzarse las botas para ser titular con el Fabril. A los nueve minutos anotó desde los once metros; en la segunda parte puso el empate y poco después, dio la asistencia para que Jairo anotase el definitivo 3-2. “Estoy encantado, fue un buen fin de semana. También estoy contento por la victoria con el Fabril, las primeras siempre son complicadas”, remarcó.

Para sus primeros días con el Deportivo está ayudando la posibilidad de que los veteranos estén encima de ellos. “Tenemos muy buena relación con gente como Lucas Pérez, todo un referente, que haga bromas a diario ayuda y da confianza”, explicó Gómez, que cree que, para los canteranos, jugar, es “un orgullo”.

Diego Gómez, que suele actuar en banda tanto en el equipo de Gilsanz como con Imanol Idiakez, habló de su posición preferida, aunque cree que lo mejor es “donde me pongan” ya que está “cambiando mucho” tanto por izquierda o derecha. “Donde me vea Gilsanz”, concluyó.