Dos puntos y dos goles anotados en cinco jornadas no es, ni mucho menos, el arranque esperado para el Fuenlabrada de Carlos Martínez. Un equipo renovado que aspira a vivir una temporada más tranquila de lo que los números están marcando y que trata de encaminar la ruta tras un inicio de curso trastabillado, marcado por las lesiones, los fichajes tardíos y la falta de suerte de cara a portería. Un conjunto que tiene unos patrones claros de juego (directo) y que, aunque todavía no sabe lo que es vencer, ha rascado empates meritorios frente al Barcelona B en el Mini Estadi o Fuenlabrada en El Toralín. Además, ningún equipo ha sido capaz de doblegarlos y dominarlos con claridad.
Los del Fernando Torres han sumado más de una docena de nuevos futbolistas al proyecto en una renovación total a la que todavía sobreviven algunos viejos conocidos, en especial, Cristóbal Márquez, quien a sus 39 años sigue protagonizando el último pase de los kirikos. Un estadio en obras castigado por un hongo que ha maltratado el césped será el escenario de un partido en el que tanto locales como visitantes llegan apurados.
El juego directo
No se regala nada en el Fernando Torres. Esa es la primera advertencia para un Deportivo que se encontrará, delante, a un conjunto marcado por su juego directo en la fase ofensiva. Un estilo de ataque (en largo y por banda) que empieza a ser repetitivo para los pupilos de Imanol Idiakez, pero no por ello más sencillo de sortear. Todo lo contrario. Los zagueros blanquiazules tendrán que tener una especial precaución con los hombres avanzados, habitualmente más descolgados. Aunque en alguna jornada Carlos Martínez haya podido protegerse con un doble lateral, el técnico de Llerena inculca a los suyos una idea que incluye buscar con asiduidad el centro del área y volcar una buena cantidad de jugadores. Aquí, Fer Ruiz es un peligro claro por su llegada desde atrás. Si bien es cierto que la baja de Vigaray, un lateral ofensivo que le dobla con velocidad puede cambiar la tendencia. Es un jugador que ataca con mucho peligro el área desde atrás.
Es habitual que en torno a Diego Gómez, delantero presumiblemente titular, se muevan siempre varios compañeros para aprovechar su distracción (cuando se trata de centros laterales) y aparecer desde atrás; o bien su ventaja aérea (para llevarse la segunda jugada). Dani Nieto, quien frente a la Ponferradina jugó por dentro pero habitualmente ha actuado en banda izquierda, pone la velocidad y calidad extra al ataque. Tiene una clara tendencia a conducir de fuera hacia dentro y buscar la jugada individual. Sabe, quiere y puede. En un plan más defensivo, el exjugador del Racing pasaría al centro junto a Diego y la banda quedaría para Barbosa y Durán (plan mostrado tanto ante la Ponfe como frente al Lugo).
Orden sin balón
Al Dépor le espera un rival que, sin la posesión, es ordenado y compacto. Siempre se coloca en un 4-4-2 con un bloque muy cerrado en el que cede espacio por fuera. La presión, aunque variable, es más bien pasiva con la línea retrasada. En el Fernando Torres han tenido mayor tendencia a saltar sobre la salida de balón (desde Parreño) y con intensidad. De manera, a veces, muy agresiva (en el término positivo). Aprovechan el estado del césped (el club ya informó que han trabajado en su mejora) para realizar saltos muy intensos y forzar el desplazamiento largo. Arriesgar en corto, si el tapete no acompaña, será una temeridad para ambas escuadras y una ventaja para la local, que no lo suele hacer. Sin embargo, la tendencia natural del Fuenla es a juntarse en campo propio, bajar las líneas y esperar a un contragolpe.
Una media sin dueños
Hasta el momento Carlos Martínez ha mantenido una idea fija en la que el centro del campo ha sido la zona que más dudas le ha generado. Ahí han jugado Ale Galindo, Álvaro Bravo, Aarón Sánchez y Benítez, siempre en un doble pivote de rasgos defensivos y más enfocado a mantener orden que a proponer. Ante Barça B y Ponferradina, la pareja Galindo-Bravo fue consistente.
El peligro de Manu Lama
El joven central de 22 años, hijo del narrador Manolo Lama, es una de las armas más interesantes del Fuenlabrada por su buen desplazamiento en largo. Tanto para el pase vertical (suele actuar como central izquierdo) hacia Diego Gómez o Nieto como por su diagonal para encontrar a Fer Ruiz alejado en la banda derecha. El Dépor deberá vigilar y atender su espalda.
Cristóbal Márquez, un viejo pelotero en la mediapunta
El fútbol y la vida vuelan a una velocidad de vértigo. A veces incontrolable, pero hay jugadores por los que parece que la arena gotea de manera más intermitente. Uno de esos casos es el de Cristóbal Márquez. A sus 39 años sigue bailando claqué en la mediapunta kirika y es uno de los talentos a vigilar en la plantilla rival. Suplente frente a la Ponferradina en un día de trincheras y martillos, ha sido capitán e indiscutible las restantes cuatro jornadas de competición y clave en la combinación final de los ataques azulones. Cristóbal pone la nota extra en cada posesión.
Su perfil, más enfocado al último pase y a los metros finales, mezcla bien con la movilidad de Galindo y se convierte en un eje sobre el que girar el juego en el último tercio. Si finalmente es elegido como titular, será José Ángel a quien le tocará vigilar la marca de un jugador que lleva dos décadas pisando con peligro el balcón del área. Tiene gol, visión y calidad para poner en más de un apuro al equipo blanquiazul. Cumple su séptimo curso en el Fernando Torres y ya es un referente.