Fútbol | Diez años del asesinato de Francisco Javier Romero Taboada, ‘Jimmy’

El abogado de los familiares de Jimmy: «Mantenemos la pelea para que la familia tenga derecho a un juicio»

«Es difícil que cualquier familiar tenga la capacidad para soportar un procedimiento lastrado por diez años», denuncia el abogado de la familia de Romero Taboada

Concentración a las puertas de los juzgados coruñeses en 2015 por el asesinato de Jimmy. |  13Fotos

Concentración a las puertas de los juzgados coruñeses en 2015 por el asesinato de Jimmy. | 13Fotos

Marcos Otero

Marcos Otero

Una década después del asesinato de Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, a orillas del río Manzanares en las horas previas del partido que debía enfrentar al Atlético y el Deportivo en el antiguo estadio Vicente Calderón, el empeño de la familia ha sido el que ha hecho posible que el proceso judicial no fuera archivado. Diez años más tarde su principal objetivo es que se celebre un juicio que permita esclarecer lo sucedido aquella mañana del 30 de noviembre de 2014. “Seguimos buscando la justicia”, resume Erlantz Ibarrondo, abogado de la familia del aficionado deportivista.

Han sido años de paralizaciones e incluso de archivos de la causa con los que la familia ha tenido que lidiar sin que ni siquiera los principales sospechosos de la muerte de Romero Taboada fueran imputados. El último episodio de cierre en falso por parte del Juzgado de Instrucción número 20 de Madrid ocurrió en mayo de 2022, a pesar de los indicios que pesaban sobre varios aficionados radicales del Atlético de Madrid. «Mantenemos la pelea para que la familia tenga derecho a un juicio y se dilucide quién es culpable o no», insiste Ibarrondo.

Los diez años que han transcurrido desde la muerte de Jimmy convierten a este procedimiento en un caso «sin parangón», según el abogado que representa a la familia del aficionado coruñés. Solo su insistencia ha sido la que lo ha mantenido abierto.

«No es un procedimiento habitual, sin duda. Lo que ha pasado tampoco es habitual y creo que sin la acusación particular de la familia hace tiempo que se hubiese archivado. Las ocasiones que hemos conseguido revertir el archivo ha sido por los recursos que hemos presentado, entonces es una situación difícil de entender, muy difícil», subraya.

La Audiencia Provincial de Madrid ordenó en octubre del año pasado reabrir la investigación y evitar su archivo por parte del juzgado de instrucción —por el que han pasado ya cuatro jueces durante esta década— después de considerar la declaración de una testigo que incriminaba a uno de los supuestos autores de la paliza que provocó la muerte de Jimmy.

Desde entonces, un año después, la causa sigue atascada pendiente de una prueba solicitada por otra de las partes involucradas en el procedimiento. «Se volvió a reabrir por los recursos que presentamos y llevamos un año pendientes de una prueba que solicitó la representación de LaLiga. Llevamos un año para que se realice esa prueba. Es un procedimiento que para mí no tiene parangón con ningún otro», insiste Erlantz Ibarrondo. «Son diez años con unos indicios muy sólidos y lo que no se podía es dictar un sobreseimiento o un archivo sin ninguna persona contra la que se formulase acusación. No puedo profundizar en la causa, porque pertenece al procedimiento judicial, pero hay unos indicios sólidos que se reafirman en determinadas personas. Era ajeno al derecho y a la lógica que se hubiese podido dictar ese auto sin procesados. La Audiencia Provincial dictó un auto contundente, pero a pesar de esa contundencia, cuando hemos ido al Juzgado de Instrucción para realizar cualquier cosa, es de una lentitud que es una tortura para la familia», denuncia el abogado.

La declaración de esa testigo fue clave para evitar que el proceso se cerrara en mayo de 2021. El juzgado de instrucción no la tuvo en cuenta al tratarse de una expareja de uno de los radicales del Atlético, pero la Audiencia sí la tomó en consideración. De ahí que la representación legal de la familia no entienda la insistencia en dar carpetazo a la causa. «Si durante la instrucción no hubiese habido indicios, pues habríamos tenido que asimilarlo. Pero cuando en la instrucción hay unos indicios de esta entidad, con personas que coinciden en señalar a los autores y que se dicten sobreseimientos que trasladan toda la carga del procedimiento sobre la familia, que tiene que recurrir y que a pesar de eso se solicite una prueba más y se tiene que estar un año esperando... En el fondo de mí, creo que en determinados procedimientos judiciales todas las personas no son iguales», denuncia Ibarrondo.

A lo largo de estos diez años, la familia de Romero Taboada también ha tenido que soportar un juicio paralelo relacionado con la vida personal de Jimmy, miembro de los Riazor Blues y parte de la expedición de aficionados deportivistas que aquella mañana se desplazaron a Madrid para el partido contra el Atlético. «Parece que a quien se juzgaba era a la víctima en vez de a los asesinos. No sé si habrá tenido algo que ver o igual pensaban que la familia y yo como letrado tiraríamos la toalla, pero tenemos un objetivo final y es que haya un juicio. Si en el juicio se considera que esos indicios no son suficientes, ya se dictará una sentencia absolutoria, pero que hay indicios para ir a juicio es evidente», razona el abogado de la familia. «No es solo que se equipare a la víctima con los victimarios, sino que los victimarios tienen menos que acreditar que la propia víctima», añade Ibarrondo.

En medio de la paralización en la que se ha instalado ahora el procedimiento después de un año desde que la Audiencia Provincial de Madrid revocase el archivo, la familia insiste en que se celebre al menos un juicio contra los principales sospechosos señalados por la Policía. «Tienen claro el objetivo, que es un juicio justo. No quieren más. Es una evidencia que hay una persona que ha sido asesinada y que hay un procedimiento judicial en el que se señala siempre a las mismas personas. A pesar de eso llevamos diez años. Yo no encuentro un procedimiento similar, en el que con unos datos tan objetivos encima de la mesa haya habido que rescatar la causa varias veces porque se decidió archivar», expone Erlantz Ibarrondo. «Solo pedimos un juicio justo, que ya está lastrado por diez años de procedimiento que es difícil que cualquier familiar tenga la capacidad para soportar», lamenta.

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