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Tere, Misa, ‘Pecas’ y Athenea, de vuelta a casa: "Teníamos claro que eran el futuro de la selección"

El Real Madrid visitará el sábado (16.30 horas) Riazor con cuatro jugadoras en sus filas para las que el Dépor Abanca fue determinante en sus carreras. Teresa Abelleira, Misa Rodríguez, Athenea del Castillo y María Méndez se reencuentran con su exequipo convertidas en internacionales

Alineación del Dépor Abanca en la temporada 2019-20. Misa, arriba primera por la izquierda; María Méndez, arriba tercera por la izquierda; Teresa, arriba primera por la derecha; y Athenea, abajo primera por la izquierda |  Arcay / Roller Agencia

Alineación del Dépor Abanca en la temporada 2019-20. Misa, arriba primera por la izquierda; María Méndez, arriba tercera por la izquierda; Teresa, arriba primera por la derecha; y Athenea, abajo primera por la izquierda | Arcay / Roller Agencia

Marcos Otero

Marcos Otero

A Coruña

La alineación del Deportivo Abanca en aquella inolvidable temporada 2019-20, la primera del equipo en la máxima categoría, se podía recitar casi de memoria. Solo la pandemia del COVID evitó que se pudiera conocer el techo de aquel equipo comandado por Manu Sánchez que se convirtió en la sensación de la temporada.

«Si no llega a ser por aquella maldita pandemia, con lo que estábamos haciendo y con lo que íbamos a fichar... El sueño era alcanzar la Champions y lo teníamos muy cerca», recuerda Manu Sánchez, arquitecto de aquel equipo junto a Pablo Pereiro, director deportivo.

Ese Dépor Abanca se mantiene como el mejor debutante en Primera y con registros goleadores solo a la altura del Barcelona. Cris Martínez, Nuria Rábano, Gaby, Iris Arnaiz, Peke o Alba Merino compartían once con cuatro compañeras convertidas luego en amigas que este sábado se reencontrarán con su exequipo en Riazor.

Misa Rodríguez, Teresa Abelleira, Athenea del Castillo y María Méndez (Pekas) volverán a A Coruña convertidas en internacionales y las tres primeras como campeonas del Mundo. En su día fueron una apuesta, pero no había dudas sobre que se convertirían en jugadoras clave para el fútbol español.

«Teníamos claro que eran futbolistas que representaban el futuro de la selección», asegura Manu Sánchez. Los inicios, sin embargo, no fueron sencillos y existía cierta incertidumbre tratándose de un conjunto novato en la máxima categoría y plagado de futbolistas muy jóvenes.

«El año del ascenso, viendo la Primera División, tanto Manu como yo creíamos que el equipo podría andar por la mitad de la tabla haciendo la goma», recuerda Pablo Pereiro. A las pocas semanas de la pretemporada, sin embargo, antes del comienzo de la pretemporada, llegó el bofetón de realidad. «Pensamos que el equipo se podía mantener, pero cuando el Granadilla te pasa por encima en el Teresa Herrera... Tuvimos que decirle a mucha gente que estuvieran tranquilos. Quizá nuestro error fue meter a esas alturas un equipo como el Granadilla, que había quedado cuarto o quinto en Primera. Físicamente le dimos una vuelta de tuerca al equipo y buscamos rivales fuertes en Portugal. La cosa empezó a mejorar», añade Pereiro.

El club confiaba en unas futbolistas que había ido reclutando con un exhaustivo trabajo de seguimiento, como en el caso de Teresa Abelleira, abanderada del proyecto del equipo femenino que nació en el año 2016 reuniendo al mejor talento joven de la comunidad gallega. «Teresa no tenía nada que envidiar a nadie, quizá en el aspecto físico, pero no en capacidad futbolística. Misa era una portera brutal. Athenea era algo que no existía en España y a día de hoy no hay futbolistas como ella, encaradoras, de uno contra uno... Era un torbellino. María Méndez ha sido la última en incorporarse a este vagón de la fama, pero siempre tuve clarísimo que iba a ser una de las centrales de la selección por sus condiciones», expone Manu Sánchez.

El trabajo para reclutarlas, sin embargo, tampoco fue sencillo para Sánchez y Pereiro. Había que lidiar con los recelos de las familias, reticentes a dejar salir de casa a sus hijas en edad adolescente. «Cuando fichamos a Teresa, acababa de cumplir los 16, los padres no querían saber nada de piso compartido ni residencia ni nada. La madre encontró información de una residencia de monjas que hay en Puerta Real y se empeñó en que tenía que ir para allí. La pobre tuvo que salir al mes y medio porque tenía una vida de convento prácticamente y no podía ni entrenar», rememora entre risas Manu Sánchez.

El más complicado, Athenea

Más enrevesada fue la incorporación de Athenea del Castillo, que se está recuperando de una lesión y podría estar en Riazor. El club intentó su fichaje para la temporada del ascenso (2018-19), pero llegó un año después luego de un conflicto con el Racing Féminas. La joven futbolista no contaba con contrato profesional y el Deportivo se lo ofreció, pero la Federación cántabra maniobró para bloquear su llegada. «Presentamos la licencia profesional e inicialmente se nos acepta en la Federación, pero a los dos días se nos da de baja. Hubo tiranteces con la territorial cántabra durante diez o doce días, pero al final la Federación nos dio la razón. Athenea vino al Deportivo y el resto ya es historia», expone Pereiro.

«Ella vino a Abegondo el año del ascenso y metió un golazo. Le montó un pollo brutal a su entrenador porque no estaba de acuerdo con el planteamiento. Al acabar el partido Pereiro me preguntó si estaba seguro de lo que íbamos a hacer. Le dije: ‘No te preocupes. Tú fíchala, que yo me encargo de domarla», desvela Manu Sánchez.

A María Méndez, vieja conocida por su pasado en el Oviedo, rival histórico del Dépor en su camino a Primera, se la firmó el mismo día del ascenso luego de meses de trabajo. «Fue el primer fichaje para Primera», apunta Pablo Pereiro.

En Misa encontrarían a una jugadora que al principio lo pasó mal. Venía de tres años sin jugar en el Atlético y los primeros partidos tampoco lo hizo en el Dépor Abanca. «Un día se derrumbó en Abegondo», desvela Manu Sánchez. Acabaría por delante de Sullastres y con el Madrid llamando a su puerta. «Pronto no hubo opción de que renovara», reconoce Pereiro.

El COVID lo alteró todo, porque de otra forma aquel equipo podría haber seguido creciendo. «Iban a terminar volando y marchándose, pero se fueron muy pronto», lamenta Manu Sánchez.

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