Dos aficionados del Dépor viajan de Extremadura a A Coruña por amor al club: "No entiende de zonas ni lugares"

La afición del Deportivo no distingue distancias u orígenes. Los años dorados del club crearon una hinchada fiel. La mayoría, lógicamente, en Galicia. Pero el buen juego blanquiazul despertó pasiones también en el mapa español y muchos seguidores heredaron una pasión contagiada por la magia de aquellos grandes jugadores. Alberto y Ana, dos extremeños de nacimiento, viajaron hasta A Coruña para conocer el club y la ciudad. "Somos extremeños, de fuera, pero el Dépor no entiende de zonas ni lugares, venimos para verlos a ellos", explica él.

No existen vínculos con la tierra. No hay padres o abuelos que hayan pasado de generación en generación esa pasión. Simplemente el fútbol fue el culpable de todo. "Todo el mundo me pregunta por qué soy del Dépor, no tengo ni familiares ni a nadie gallego en mi familia. Lo vi de chico en la tele y ya no se pudo cambiar", relata Alberto, quien junto a Ana han aprovechado la doble jornada para coger unos días y "aprovechar para conocer la ciudad".

Hay que remontarse a los inicios del 2000 para comprender su pasión. Los Diego Tristán, Roy Makaay y compañía le pegaron la afición por un club a cientos de kilómetros de su tierra. "Ahí me empecé a aficionar. Me engancharon los Tristán y compañía". Aunque a él le gustaba uno por encima de todos: "Yo soy mucho de Manuel Pablo, siempre me ha encantado".

Ayer el Dépor ganó ante el Castellón por 5-1. Lo vaticinaron en la previa. "Seis de seis, no se puede pensar en otra cosa", comentaron en las habituales entrevistas prepartido que hace LA OPINIÓN en los aledaños de Riazor. Qué mejor toma de contacto con el fútbol y con un estaido que une pasiones.