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El Dépor, del empacho contra el Castellón al ayuno ante el Mirandés

El equipo blanquiazul volvió a mostrar muy poca producción en área contraria y sufrió en defensa como también le había pasado antes en Riazor ante Sporting y Zaragoza

Pablo Vázquez y Lucas Pérez protestan al árbitro el domingo contra el Mirandés. |  Carlos Pardellas

Pablo Vázquez y Lucas Pérez protestan al árbitro el domingo contra el Mirandés. | Carlos Pardellas

Marcos Otero

Marcos Otero

El Deportivo encajó el domingo una goleada contra el Mirandés (0-4) tan sorprendente como inesperada después de que tan solo tres días antes despachara con contundencia al Castellón (5-1). Los dos partidos, sin embargo, fueron la noche y el día, puede que incluso la victoria contra el conjunto orellut represente un espejismo dada la tendencia en la que se ha instalado el equipo en Riazor esta temporada.

El Dépor se pareció más frente al Mirandés al conjunto que recibió a Zaragoza y Sporting de Gijón que al que zarandeó a los castellonenses en una exhibición de juego y goles de Mella y Yeremay. Los de Gilsanz volvieron a ser ese conjunto con poca presencia en el área contraria y escasa capacidad rematadora, debilidades agravadas por la falta de contundencia defensiva.

El Deportivo apabulló el jueves al Castellón con 17 remates (11 de ellos a portería) aprovechando los espacios de un equipo con una marcada personalidad ofensiva que dejó corredores suicidas por los que se colaron Mella y Yeremay. Esas cifras, sin embargo, contrastan con los de los otros tres partidos recientes disputados en el estadio de Riazor antes del paréntesis navideño.

El Mirandés, que ahogó al Dépor con un bloque medio para anular a Lucas y Soriano y tuvo disciplina para replegarse y contrarrestar la velocidad de Mella y Yeremay, apenas le concedió oportunidades a los blanquiazules. El Deportivo contabilizó cinco remates (dos a puerta), pero no fue capaz de fabricar ninguna oportunida clara. En su propia área el panorama fue desolador.

El Mirandés remató en doce ocasiones sobre la portería de Helton Leite, en muchas de ellas aprovechándose de los desajustes de la defensa deportivista para marcar cuatro tantos.

El volumen es parecido al que consiguieron Sporting y Zaragoza en los partidos previos en Riazor. Los asturianos sumaron 12 remates por cuatro del equipo de Gilsanz.

Ante el Zaragoza unas semanas después la cosa incluso empeoró para los de Gilsanz. Recibió 23 remates, tantos como en todos los encuentros anteriores con el técnico de Betanzos en el banquillo, y solo fue capaz de firmar cinco en el área contraria.

La mayor goleada encajada en Liga en Riazor desde 2017

El Deportivo encajó el domingo contra el Mirandés la mayor goleada (0-4) en Riazor en partido desde el año 2017. El equipo blanquiazul cerró la primera vuelta y se marchó al parón navideño de la peor manera posible con tras recibir un duro correctivo del conjunto burgalés. Hacía más de siete años que el Dépor no recibía una goleada así. Fue contra el Real Madrid, en Primera División, en el tramo final de la temporada 2016-17. Los blancos le endosarían un 2-6 al Deportivo que pondría en cuarentena una permanencia que no llegaría hasta las jornadas finales del campeonato.

La temporada siguiente, en la que el club acabaría descendiendo a Segunda División, recibió cuatro goles en varios partidos en su estadio, pero ninguno fue un 0-4 como el del Mirandés del domingo. En la tercera jornada la Real Sociedad se impuso con contundencia al Dépor en Riazor (2-4). Ya más hacia el tramo final de la competición, sin apenas opciones de salvación, el equipo blanquiazul encajaría otro 2-4 del Barcelona y el mismo resultado por parte del Villarreal.

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