Albentosa: "Seedorf solo conocía a tres jugadores, a los demás nos llamaba por el número"

El central relata su experiencia en el Deportivo

Seedorf, entre Guilherme y Albentosa.

Seedorf, entre Guilherme y Albentosa. / casteleiro/roller agencia

Redacción

"Seedorf solo conocía a tres jugadores, a los demás nos llamaba por el número". Albentosa contó detalles de su pasaje por el Dépor en el podcast Offsiders y reveló la particular manera en la que el holandés dirigió al equipo coruñés durante unos meses. El valenciano lo defendió a él y su labor, a pesar de ese detalle. "Y viene Seedorf. Solo conocía a tres personas: Lucas, Andone y Adrián y a los demás nos llamaba por el número. Para mí, una anécdota. Me llamaba el 6", cuenta riendo y prosigue. "A mí me da igual porque era un ídolo que se había puesto a entrenarme. Estaría lo preparado que estaría, pero la gestión de vestuario fue increible. El rol de líder, de defender a los jugadores en prensa era el primero porque tenía responsabilidad. Como club y como grupo, necesitábamos eso y él lo trajo. Los jugadores dimos mucho más, trabajó el tema mental, pero teníamos mucha desventaja (en la clasificación). Había partidos que eran de no. Muchos de 1-0 fuera y compitiendo. Tácticamente era muy italiano. Defensa, juntos... Hacíamos entrenamientos por la tarde solo de defensas. Dobles sesiones a tope y jugadores vomitando. Media hora solo con defensas pero al límite", relata de sus métodos.

Albentosa admite sus dos años complicados en A Coruña, a donde llegó de la mano de Garitano. "Cuando lo echan yo ya estaba muy en entredicho. Mi confianza... Si no te sientes querido... Seedorf le dio mucha importancia a seis o siete jugadores y, entre ellos, estaba yo. No era todo el mundo el que me silbaba, pero los haters se escuchan mucho. Cambié mucho en esa época porque empecé a trabajar co el psicológico y con un preparador físico. Y nos enfocamos en cambiar el aura", cuenta, mientras se adentra en detalles. "(Al descender) me bajaba el contrato a la mitad. Yo me quería ir, no quería ni ir a entrenar, era la primera vez que me pasaba. Salía por la calle y nos abucheaban, nos insultaban. Adrián (López), que era un trozo de pan, se calentaba. Le digo a Carmelo (Del Pozo) que me quiero ir. Me quisieron el Alavés y el Málaga y cuando fui a firmar, me dicen: 'O firmas en el Nàstic o te quedas aquí apartado'. Mi mujer estaba delante y a mí cayéndoseme la lágrima de la impotencia", sostiene.

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