1-1 | Al Dépor le traicionan las fuerzas en Málaga

Una vez más, y van unas cuantas esta temporada, el Dépor se quedó a medias. Tenía en la mano una victoria merecida contra el Málaga luego de una actuación muy convincente y se vuelve con un empate que sabe a poco. De nuevo la falta de puntería condicionó al equipo, que tuvo ocasiones buenas y variadas para no lamentar un tanto local en el tramo final del encuentro prácticamente en el único remate a puerta de los andaluces. Le faltaron fuerzas a los de Gilsanz

El que se presentó en La Rosaleda fue un Deportivo inédito, porque todo aquel en el que falte Lucas es un Deportivo desconocido. Un proceso gripal había condicionado al delantero coruñés, pero aún así su ausencia en el equipo titular fue una sorpresa inesperada. Sin Barbero, lesionado el viernes en la última sesión de entrenamiento previa a la visita a Málaga, y sin el capitán el Dépor era un interrogante. Las dudas, sin embargo, quedaron despejadas pronto.

No fue sin embargo un Deportivo muy diferente al que se ha podido ver en la primera mitad de la temporada, ordenado a partir de la profundidad que le proporcionan Mella y Yeremay en los costados del ataque. No puede ser de otra forma tratándose de dos de los futbolistas más determinantes de la categoría y cargados de una pizca más de responsabilidad por la ausencia de Lucas.

La tenía también Mario Soriano, acomodado en esa posición en la mediapunta como sustituto de Lucas. Es su zona favorita y el madrileño respondió en una primera mitad entretenida, con alternativas para los dos equipos y en la que las mejores oportunidades cayeron del lado de los blanquiazules. La primera llegó casi al comienzo, a los dos minutos, luego de una recuperación de Mfulu en área propia que desembocó en una contra conducida por Soriano. Encaró Yeremay cerca de la frontal y soltó un disparo que se marchó desviado por poco.

Gilsanz apostó por una fórmula parecida a pesar de las bajas, pero con una pizca más de hormigón. Juntó a José Ángel y Mfulu en el centro del campo por la ausencia del sancionado Villares. Fue un Dépor más pegajoso, nada que ver con el que naufragó con el Mirandés en el último partido del 2024, atento en las ayudas y con la determinación para recuperar la pelota con rapidez.

Fue un Dépor convincente en esa primera mitad, al que solo le faltó coronar algunas de sus jugadas con el gol. Lo rozó Mella a los 20 minutos tras un gran desplazamiento en largo de Pablo Martínez. Lo hizo de cine el canterano para bajar la pelota y encarar a Herrero, pero el remate se le marcharía desviado. Luego sería Yeremay al filo de la media hora el que intentaría el golpeo de primeras en la frontal del área a servicio de Ximo Navarro, pero la más clara sería de nuevo para Mella en el 36.

Soriano, quizá el jugador de la plantilla con las ideas más claras para ver el fútbol de cara, adivinó la carrera del canterano y colocó una asistencia con aroma a gol. Patinó otra vez sin embargo el joven deportivista ante Herrero y mandó el balón a la grada cuando ya se paladeaba el primero de la tarde para los blanquiazules.

No hubiera sido injusto que el Dépor se marchara con ventaja al descanso, a pesar de que el Málaga también tuvo sus opciones y no le perdió la cara a un encuentro igualado en ese primer acto. La balanza, sin embargo, se inclinó un poco más hacia el lado blanquiazul y la tendencia se mantendría en el segundo tiempo.

Nada más arrancar Yeremay enviaría fuera un rechace que se encontró en el área. Respondería de inmediato Lobete con un disparo con todo a favor por encima de la portería después de una mala entrega de Helton. A pesar de ello el partido no desembocó en un intercambio de golpes, principalmente porque José Ángel, inmenso a partir de entonces, se encargaría de frenar el entusiasmo del Málaga y estabilizar el encuentro.

Kevin Medina avisaría con un disparo cruzado que desvió lo justo Ximo antes de que el Dépor se adelantara en el minuto 67 con un tanto que resumió su apuesta en La Rosaleda. De alguna manera también la justificó. Soriano volvió a adivinar una carrera de Yeremay a la espalda de la defensa adelantada del Málaga. El canario se aprovechó de la debilidad de Gabilondo, cargado con una tarjeta amarilla, para colarse en el área, soltar un disparo cruzado al que no llegó Herrero y anotar su octavo gol del curso.

Lo merecía el Dépor, que tendría posibilidades a partir de entonces para ampliar la ventaja y transitar con más tranquilidad por el tramo final del partido. Le traicionarían las ganas de lucirse a Yeremay en muchas acciones para sentenciar, especialmente en una jugada en el 71 en el que se llenaría de balón en el área con Soriano y Bouldini esperando la asistencia. Antes se adornaría incluso con una lambretta a lo Djalminha en el que reclamaría falta de Gabilondo.

Transcurrían los minutos y al Dépor se le empezó a notar que le faltaban fuerzas, especialmente tras la sustitución de José Ángel. No gestionó mejor ese tramo final y la prueba fue el tanto del empate del Málaga en el 87. Fue prácticamente el primer disparo a puerta de los locales. Una llegada de Antoñito por la banda derecha acabó en un centro que entre Chupe y Pablo Martínez embocaron en la portería de Helton. No estuvo bien el central francés en la acción, adelantado por el jugador del Málaga. Dos puntos se irían al limbo de manera amarga para un Dépor que se había ganado los tres.