El Dépor choca con un techo de cristal demasiado duro

El Dépor no ha sido capaz de ganar a ninguno de los primeros diez clasificados | Todas las victorias han sido ante rivales de su zona excepto frente al Eibar

Helton Leite saca de puerta en el partido ante el Levante. |  Carlos Pardellas

Helton Leite saca de puerta en el partido ante el Levante. | Carlos Pardellas

Xane Silveira

Xane Silveira

Camino del sexto mes del curso, el Deportivo, que llegaba a Segunda División con el único objetivo de competir y esperar a que la liga le situase en alguna zona, mira de lejos al play off de ascenso con la sensación de que su pelea, al menos este año, estará en otra zona. Sin embargo, las primeras 24 jornadas dejan un sabor amargado porque el cuadro coruñés ha perdido muchos partidos en los que no se ha sentido del todo inferior. La moneda, ante la duda, siempre sale cruz. Pero, en realidad, hay un dato que explica el querer y no poder continuo del Deportivo: no es capaz de vencer a la primera mitad de la tabla.

Los blanquiazules solo han ganado al Eibar, decimoprimer clasificado, y no han podido con ninguno de los equipos de la zona media-alta y noble de la clasificación. Un techo de cristal que marca las aspiraciones deportivistas y le devuelve a la realidad después de soñar con encontrarse un poco más arriba a estas alturas de año.

La realidad futbolística no engaña: el Dépor no ha sido mucho peor que sus rivales en sus derrotas. Ha merecido más muchos días. Pero en Segunda División, el acierto en las áreas es fundamental y los errores se pagan con puntos. Tras una vuelta y un poco más, los coruñeses han perdido ante Racing de Santander, Almería, Real Oviedo, Mirandés, Huesca, Granada, Córdoba y dos veces contra el Levante. Solo los del Arcángel se cuelan en una tabla muy gráfica. Elche, Zaragoza y Sporting rascaron el empate en una racha que envía a los blanquiazules a la zona baja. De momento, su sitio.

En este tiempo solo el Mirandés (0-4) ha logrado un marcador abultado; Córdoba (2-0) y Burgos (0-2), vencer por más de un gol de diferencia. Pero el factor común es claro: el Deportivo, de momento, tiene un techo de cristal. Uno que no le permite mirar más arriba. Para hacerlo deberá minimizar sus errores y maximizar sus virtudes. Dejar atrás las concesiones y madurar en una liga hecha para castigar cualquier despiste.

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