Fútbol | Deportivo
Denis Genreau: «Mi padre se emocionó mucho cuando le dije que el Deportivo estaba interesado en mí»

Denis Genreau, en la grada de Abegondo. | Iago López

Denis Genreau (París, 1999) se mudó con sus padres a Australia cuando tenía dos años. Regresó a Francia con 21 para establecerse como jugador profesional en el Toulouse. Tras cuatro años en el equipo galo, era el momento de cambiar de aires y el Deportivo, un equipo que ya conocía su familia, es su nuevo destino.
¿Cómo lleva la adaptación?
Los primeros días en el club han sido fantásticos. La adaptación ha sido rápida porque en el vestuario hay gente que habla muchos idiomas: inglés, francés, español... Ha resultado fácil integrarme. La ciudad me parece muy bonita. Llueve mucho, es similar a Australia en algunas épocas del año. La comida está deliciosa y la gente es agradable, así que me siento feliz.
¿Con quién habla más?
Todos han sido muy acogedores. El primer día, Pablo Martínez me explicó cómo funcionan las cosas aquí. Helton me ha ayudado mucho, me siento a su lado en el vestuario y converso mucho con él. Con Eddahchouri me relacionó también porque llegamos a la vez y podemos comunicarnos en holandés, que aprendí en mi año en el Zwolle.
¿Qué enamoró a sus padres de Australia para decidir mudarse?
Viajaron allí en su luna de miel y les encantó Australia por su naturaleza y sus paisajes. Es un país precioso. Volvieron a Francia por trabajo, pero tenían decidido mudarse algún día. Lo hicieron cuando yo tenía dos años, así ya me crié allí. Mi hermana pequeña ya nació en Australia.
En su país hay mucha afición al rugby o al fútbol australiano. ¿Por qué prefirió la pelota esférica sobre la ovalada?
En Australia, los niños siempre están practicando alguno al aire libre. Yo recuerdo haber practicado un montón. A mi padre le encantaba el fútbol, pero le gustaba mucho más el rugby. De pequeño le pedía que me llevase a jugar con la pelota al parque. Él traía los dos balones, el de fútbol y el de rugby, pero yo solo quería jugar con el de fútbol. Hacíamos eso habitualmente, hasta que un día apareció un equipo que necesitaba a un jugador para su entrenamiento y me dejaron unirme.
¿Qué otros deportes probó?
No me atraía mucho el fútbol australiano. Sí que probé el rugby y el baloncesto. A cierta edad tuve que elegir entre baloncesto y fútbol. Por suerte, me quedé con el segundo porque soy muy bajo (se ríe).
Compartió equipo con Tim Cahill en Melbourne. ¿Quién era su ídolo?
Tim es todo un referente, pero diría que mi ídolo en aquel entonces era Aaron Mooy. Estaba conmigo en aquel Melbourne City. Jugaba en la misma posición que yo y era muy bueno técnicamente. Luego, se fue al Manchester City y jugó en el Huddersfield y en el Brighton. También me encantan los de la anterior generación, como Cahill o Viduka.
¿Cómo llevó el salto a Europa?
Mi sueño siempre fue jugar en Europa. Tuve la oportunidad de jugar en el Zwolle cedido. No se trataba tanto de jugar mucho, sino de aprender y mejorar. Hice una buena pretemporada y jugué en las primeras jornadas. Me costó adaptarme al físico y a la velocidad del juego.
¿En qué notó más ese cambio?
Es difícil decirlo porque yo también he evolucionado como jugador. Cuando jugaba en Australia, aún era muy joven y cuando me marché a la segunda división de Francia, ya me había desarrollado más. Quizá si ahora volviese a Australia me resultaría mucho más fácil. Ahora veo los partidos de allí con un montón de talentos jóvenes y me alegra ver que la liga está recuperando su mejor nivel. Me encanta ver que cada vez más jugadores australianos vienen a Europa, pero el cambio es difícil es que aquí se juegan más partidos.
Fichó por el Toulouse en un momento complicado para el club y ayudó a devolverlo a Ligue 1.
Aún se me pone la piel de gallina al recordar aquella temporada. El equipo no paraba de ganar partidos. Ser parte del grupo que consiguió el ascenso fue algo único. Cuando lo logramos, la gente saltó al campo a celebrarlo. Dos semanas después, jugamos en casa para ser campeones de la categoría y marqué el gol para ganar aquel partido. Son momentos tan únicos en el fútbol. No todos los futbolistas tienen la oportunidad de ganar un título, pero conseguir algo así es muy especial.
El Dépor vive su propia remontada de categorías. ¿Le hablaron del ascenso de la temporada pasada?
He visto imágenes y es increíble la fiesta que se montó. Muchos de mis compañeros han vivido aquí lo que yo experimenté en el ascenso del Toulouse hace unos años. Al venir al Dépor tuve un sentimiento parecido a cuando llegué a Francia, vamos día a día. Las mejores metas se alcanzan cuando te centras en el presente.
¿Qué le pide Óscar Gilsanz?
Un centrocampista tiene que organizar al equipo. Valga la redundancia, hay que jugar con los jugadores que te rodean, así que tengo que conocer a quien voy a tener a mi lado. Quiero saber si es rápido o si prefiere el balón al pie. Óscar espera que juegue en el doble pivote y yo quiero sumar en lo que pueda.
Debutó ante el Almería. Un partido inmejorable para empezar.
Cuando llegué al Toulouse, también ganamos, así que ha sido agradable empezar en el Dépor con un buen resultado. Ver al estadio animar y celebrar los goles fue increíble.
¿Conocía el Dépor en Australia?
Cuando empezaron los mejores años del club, en los 90, yo aún no había nacido, pero mi padre sí que lo conocía. Se emocionó mucho cuando le dije que el Dépor estaba interesado en mí. Me dijo que era un gran equipo porque él sí recordaba aquellos años. Hablé con muchos jugadores españoles con los que he jugado y todos me han dicho lo grande que es este club.
¿El fútbol español es un lugar ideal para demostrar sus virtudes?
Tuve la oportunidad de renovar con el Toulouse, pero el interés del Dépor me hizo pensar que era el momento adecuado para probar una nueva aventura. Quería sentirme parte de un equipo que está creciendo y que quiere volver a donde pertenece. A nivel personal, siempre quise probar el fútbol español. Sé que es un desafío, pero hay que salir de la zona de confort para mejorar.
En su presentación reconoció que le gusta lanzar los balones parados, pero en Francia marcó hace un mes su primer gol de cabeza al rematar uno. Vale para todo.
Fue una falta desde el centro del campo. La colgaron y logré rematar. Me sentí como Tim Cahill, que marcaba muchos goles así (se ríe).
Un buen papel en el Dépor le puede abrir las puertas de la selección de Australia. ¿Le ilusionaría volver a solo un año del Mundial?
Es una de mis metas. Voy paso a paso, pero lo tengo en mente porque me siento muy orgulloso al jugar con mi selección. Me quedé fuera de la lista en 2022 pese a participar en algunos partidos de la fase de clasificación. Fue difícil asumirlo. Para ir tienes que jugar regularmente y merecerlo.
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