2-0 | El Dépor pierde el tren y se queda en la frontera

El cuadro coruñés dejó escapar el partido en un segundo tiempo de mínimos que se empezó a torcer tras un penalti de Pablo Vázquez

Resumen, goles y highlights del Eldense 2-0 Deportivo de la jornada 27 de LaLiga Hypermotion

Xane Silveira

Xane Silveira

El Pepico Amat podía haber sido un punto clave en el curso para decir adiós a la lucha por la salvación y para mirar de frente al play off de ascenso. El vestuario quiere soñar con objetivos más altos, pero ante el Eldense lo hizo demasiado. Para cuando se quiso despertar ya no había partido. Tras un primer tiempo igualado y con poco ritmo, el cuadro coruñés se dejó llevar en una segunda parte de mínimos que acabó en revés. Dos bostezos, dos bofetadas y tres puntos que se esfuman sin saber reaccionar. 

Quien sabe dónde acabará el conjunto coruñés en una temporada en la que parecía despegar. Son tantas jornadas que siempre queda tiempo para ese algo más. Pero Elda queda, de momento, como el día en el que el Dépor debía cruzar la frontera y se quedó dormido. Posponiendo el despertador y esperando a que alguien lo levantase de la cama. Sin percatarse de que, quizá, no habrá más trenes este curso. O sí, pero por el Pepico Amat pasaba uno importante y el equipo de Gilsanz no llegó a la hora acordada. Es más, se borró tras el descanso. 

En Elda ni el calor ni la hora acompañaron. El balón giraba de lado a lado sin terminar de alcanzar un ritmo alto. Con cierta modorra. Los locales no tenían prisa y a los visitantes les bastaba con sentirse seguros con el esférico controlado. El Dépor se empachó de balón (67% de posesión en el primer tiempo) para no llegar nunca a buen puerto. Solo Helton Leite se lució para evitar hasta en dos ocasiones el tanto local, primero en un mano a mano ante Víctor García y, al filo del descanso, con una atajada salvadora a un disparo a bocajarro de Javi Llabrés en un despiste defensivo. Era el preludio de la desconexión que vendría posteriormente.

El Dépor zozobró con demasiada calma. Se hartó de tener el balón hasta el punto de que a veces parecía que estorbase. José Ángel se juntó a los centrales,Villares pivotó en el interior, como un guarda que guía a izquierda o derecha el tránsito, y por dentro se agolparon Mario Soriano, Yeremay, Mella y Eddahchouri haciendo continuos movimientos para acabar todos juntos. Demasiado fácil para el 4-4-2 del Eldense en el que los jugadores locales achicaban espacios y, al contragolpe, intentaban saltar a la muy buena presión tras pérdida blanquiazul. Los coruñeses no lograron sacar rédito, pese a la alta capacidad para volver a hacerse con la pelota. 

Hubo un atasco generalizado entre líneas para un Dépor al que le faltó profundidad ofensiva, ese término que tanto repite Gilsanz en sala de prensa. Solo Eddahchouri parecía dispuesto a hacer algún esfuerzo por desmarcarse y romper a la espalda de la zaga. El ariete probó suerte en varias ocasiones y volvió a dejar claro que tiene el gol entre ceja y ceja. Aunque esta vez más como un pistolero solitario con un plan imposible. No siempre va a entrar si nadie le acompaña.

Los blanquiazules dispararon dos veces a portería en 45 minutos, aunque solo una larga cabalgada de Obrador por banda sirvió para romper el esquema alicantino. El lateral conectó con Yeremay, desacertado en la finalización. Sin embargo, Obrador, que estaba cuajando un buen partido, tuvo que retirarse al descanso tras sufrir un golpe de calor. Debutó Tosic, quien pasó totalmente desapercibido.

El Eldense dio un paso al frente tras el descanso. Lo requería el equipo de Oltra y lo permitió un Dépor que no se reenganchó tras la pausa. Los blanquiazules siguieron somnolientos y lo pagaron caro. Tras un par de acercamientos peligrosos, y también un disparo desde la frontal de Eddahchouri, Pablo Vázquez derribó torpemente a Masca en un centro que Helton despejó con facilidad. El 16 disparó al medio y el brasileño, que se movió a un lado, no pudo evitar el 1-0. 

Al Deportivo le hubiese venido bien un buen jarro de agua fría, pero el tanto no sirvió para despertarse de la siesta. Tampoco para activar los cambios o algún tipo de reacción desde el banquillo, que para cuando quiso llegar ya era tarde. En una transición mal defendida, Javi Llabrés contó con espacio, tiempo y facilidades para hacer el segundo. El Eldense corrió y el extremo, ya dentro del área, ajustó su disparo a la base del palo. 2-0.

Para cuando Gilsanz quiso mover el banquillo el Deportivo ya llegaba tarde a su cita. El encuentro se había puesto imposible ante un rival que no iba a regalar ni a conceder ni medio favor a un equipo aletargado. Si en el primer tiempo a la escuadra coruñesa le faltó una marcha más para poder hacer daño, en la segunda le faltaron varias para no desconectar de manera definitiva del encuentro. El técnico betanceiro partió al equipo. Rompió la medular, situó a Mario con Genreau en la base y a Barbero junto a Eddahchouri. En el final también entró Bouldini, pero no hubo reacción ni arreón. Apenas un par de balones largos que fueron regalos para la defensa azulgrana.

Ni este equipo es eso ni parece querer serlo. El partido murió sin que llegase una pequeña chispa. Incluso Yeremay, que siempre tiene algún último truco en la manga, acabó desesperado y ganándose una reprimenda del Pepico Amat. Al Dépor no le salió nada en una segunda mitad de la que se borró desde el principio. La derrota ajusta a siete puntos la distancia con el descenso. Pero sabe, ante todo, a haber dejado escapar un tren: ese que permitiría al conjunto blanquiazul soñar con algo más. 

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