Fútbol | Deportivo

El muro de Anduva para medir al Deportivo

Le espera uno de los fortines de Segunda y el equipo revelación para realizar un exigente test de estrés | Dudas en el lateral izquierdo | Gran amenaza ofensiva de los locales y de la segunda línea en los blanquiazules

David Mella celebra su gol ante el Castellón

David Mella celebra su gol ante el Castellón / Iago López

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Coruña

El Dépor se asoma a un final de temporada tranquilo en el que, además de paladear todos los puntos que lleva, luce ese sello de equipo fiable que ha paseado en todo este 2025, sobre todo fuera de casa. Es impagable. No hay mayor tranquilidad que salir confiado, sin sentirse inferior a nadie y con la sensación de poder pelear cada partido. Ese es el verdadero mérito del grupo y de Óscar Gilsanz. Un superpoder que pondrán a prueba esta tarde en Anduva, uno de los grandes muros de esta Liga, donde el Mirandés ha logrado 42 puntos, donde se muestra casi inexpugnable. Un candidato al ascenso ante un equipo que quiere, ante todo, salvarse. Segundo mejor local ante segundo mejor visitante. Les separan un buen puñado de puntos, pero será de poder a poder.

«En transición son impresionantes, son criminales. Hay que tenerlos controlados, sobre todo, cuando estemos lejos de nuestro área». Alessio Lisci fue el primero en descubrirse y advertir ante las cualidades y el potencial blanquiazul. Él, como muchos, centra sus elogios y sus miedos entre el trío Mella, Soriano y Yeremay, pero el Dépor es, en las últimas semanas, mucho más. Un equipo cuajado, que tiene más registros, al que no le incomoda la pelota y que sabe qué hacer en muchos momentos del partido. Estas credenciales y está progresión le han servido para ganar en este 2025 en Burgos, Eibar, Oviedo y Ferrol. Una amenaza real.

El Mirandés ya le lanzó también una severa advertencia en el partido de la primera vuelta en Riazor. Fue doloroso aquel 0-4 por la contundencia y por el momento en el que llegó. Justo antes de las vacaciones de Navidad, con dos semanas para mascullarlo, y cuando el equipo coruñés se quería permitir el lujo de mirar para arriba. Nada de nada. Fue el mayor de los golpes de realidad. Una penalti, una mala defensa en el área, un pase en profundidad y un gran desmarque al primer palo... Un, dos, tres, cuatro y el Dépor a la lona. Goles de todos los colores de un equipo muy inteligente y dañino. Tiene querencia el Mirandés por el juego directo, pero sabe moverse en más registros. Todo lo que el Dépor quería ser lo que tuvo enfrente en aquel mes de diciembre. Una obra de orfebrería a partir de retazos de los grandes de su entorno. Hoy el Dépor, cinco meses después, es otro equipo, más hecho. Un digno rival.

La única duda en el once del Deportivo es si Óscar Gilsanz mantendrá a Nemanja Tosic o si apostará por un justo Rafa Obrador que ha estado de baja en las tres últimas semanas. Esa puesta a punto escasa del mallorquín, las prestaciones del serbio y esa capacidad suya para hacer de tercer central y ayudar en el juego aéreo encaminan su decisión hacia la continuidad. El resto de la formación inicial se puede recitar ya de carrerilla, aunque Zakaria Eddahchouri debe elevar su nivel y su capacidad para marcar y entrar el circuito ofensivo del equipo para no probar el frío del banquillo. Barbero, al acecho.

Una victoria, una temporada

Un triunfo le dará la salvación virtual al Dépor, aunque en realidad el equipo coruñés parece lejano de esa pelea por abajo que ya vivió el sábado momentos dramáticos que amenazan con prolongarse en las próximas semanas. Si realmente quiere sumarse a la pelea por arriba, algo que a día de hoy está lejano, debe ganar, ganar y volver a ganar, que diría Luis Aragonés, algo parecido a lo que ha conseguido esta temporada fuera de casa y que debería trasladar a Riazor. Hay muchas razones para salir a por los tres puntos. La presión ha bajado, es muy goloso cerrar la temporada a falta de mes y medio y a nadie le amarga soñar. Anduva le pondrá a prueba y es una oportunidad. A aprovecharla.

Tracking Pixel Contents