Dos meses para decidir el futuro del gol en el Deportivo

«Es entendible. Cuando no tienes la suerte de tener esa certeza de cara a gol... por eso se ha traído otro refuerzo como Zaka. Sigo trabajando cada día e intento aprovechar las oportunidades para convencer al míster y tener más minutos». Así explicaba Iván Barbero después de anotar su último gol ante el Cartagena cómo se encontraba anímicamente después de perder la titularidad con la llegada de Eddahchouri. El fichaje del neerlandés le desplazó a un segundo plano. Llegó en enero y tuvo impacto inmediato, pero con el paso de las jornadas no ha logrado sostener el ritmo. Después de sus primeros meses, suma dos dianas en once partidos, nueve de ellos como titular. Barbero, que ha firmado 4 goles y cinco asistencias, volvió a ser de la partida en Miranda 10 semanas después, rescatando el debate por la delantera.

No está siendo el año de los arietes blanquiazules. Nadie, hasta ahora, ha logrado dar estabilidad al puesto y, sobre todo, asegurar cifras de forma regular. El club confió el gol a Iván Barbero, pieza clave la temporada pasada en Primera RFEF. Pero, por si no funcionaba, pagó por el traspaso de Mohamed Bouldini al Levante, un punta más asentado en la categoría, y al que le hizo un contrato de cuatro años. Tras los primeros meses ninguno cuajó. El equipo tenía un problema ofensivo y Fernando Soriano encontró la solución en el mercado extranjero.

El tiempo, sin embargo, ha vuelto a sembrar la duda sobre quién debe acompañar a Yeremay, Mella y Mario Soriano en el frente ofensivo. Tres jugadores demandantes de balón y con mayor tendencia a acabar ellos las jugadas (en especial, los extremos, siendo Mario un jugador de último pase).

El estreno titular de Zaka ante el Almería fue perfecto. Solo necesitó unos minutos para dejar su huella y anotar con un disparo desde la frontal que es característico de su juego. Cuatro jornadas después, volvió a ver portería en casa ante el Córdoba. Sin embargo, pasó otras cuatro sin anotar hasta que en Miranda Gilsanz apostó por devolver al once a Iván Barbero.

El de Roquetas del Mar había dejado su huella varias jornadas atrás, pero el técnico dudó dos semanas más hasta que apostó, otra vez, por el perfil del almeriense. Un jugador con menos colmillo en el área, pero con mayores capacidades asociativas para combinar. Y, en especial, una superioridad física en el juego aéreo que le permitió ser el salvoconducto a los inicios del Dépor en los que Helton desplazaba en largo.

Barbero ha vivido los últimos meses desde el banquillo. Hasta ahora, ha anotado cuatro goles y ha dado otras cinco asistencias. Anota cada 402 minutos, aunque participa en un tanto cada 179. Mientras, Eddahchouri, el último en llegar, firma una diana cada 363, de momento, sin asistencias. Mohamed Bouldini, que apenas ha entrado dos veces al campo desde la llegada de Eddahchouri, ha firmado un solo gol en 636 minutos.

Los próximos dos meses serán importantes de cara al futuro. Eddahchouri firmó un contrato de larga duración, hasta 2028, mismo rango de tiempo de Bouldini. Barbero, sin embargo, tiene por delante solo un curso más, hasta 2026. El próximo verano el club querrá ir un paso más allá en su apuesta deportiva. Cimentar el futuro para lograr el claro objetivo de la entidad: ascender a Primera División. Todas las promociones suelen tener una demanda común: hacen falta muchos goles. Es por eso que acabar la temporada como titular puede cambiar destinos o percepciones de cara a la próxima ventana. Ante el Tenerife Gilsanz deberá apostar por la voracidad ofensiva e individual de Eddahchouri o por la asociación y colectivismo de Barbero.