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Primera RFEF

Rubén Díez: «Yeremay ha cambiado su mentalidad, si quiere es imparable»

«De visitante nos faltaba solidez», explica de aquel Deportivo que se quedó sin ascender

Rubén Díez durante un partido en Riazor

Rubén Díez durante un partido en Riazor / Casteleiro / Roller Agencia

Xane Silveira

Xane Silveira

A Coruña

Rubén Díez vuelve a sonreír después de una temporada complicada en el Ibiza. De la mano de José Juan Romero, un amante del Súper Dépor y de Arsenio Iglesias, disfruta en un Murube que aspira a dar la sorpresa. «Aquí la gente aprieta mucho. Había otros favoritos. Ceuta es una ciudad con mucho ambiente de fútbol, la gente se ha enganchado y se nota», explica el aragonés, ex de Dépor y Tenerife, quien se ha reencontrado con Kuki Zalazar y coincide con el exfabrilista Pedro López: «Todos decimos lo mismo: es imposible hablar mal de A Coruña o del club. Para mí fue un año muy bonito. Acabó agridulce, pero nunca había estado en un equipo así, con tanta masa social, instalaciones... fui muy feliz».

«A todos nos hubiera gustado vivir ese ascenso en primera persona que por suerte se logró al año siguiente», expresa un Rubén que, tras abandonar el Dépor, tuvo una temporada irregular y con pocos minutos en el Ibiza. Este verano dejó definitivamente Tenerife después de dos cesiones y se embarcó en un Ceuta que lidera el Grupo II de Primera RFEF tras ganar ayer al Marbella (3-1). «El año pasado no tuve la continuidad que quería. Creo que encima le estoy devolviendo la confianza al míster», expresa.

Ya desde la distancia valora aquella temporada 2022-23 que acabó con derrota en Castalia y diciendo adiós al ascenso. Cree que a su Dépor le faltó ser «más robusto» fuera de casa: «En Riazor arrollábamos, pero fuera, sabiendo que es difícil dominar, nos faltaba esa solidez para ganar aquellos días que no jugabas bien».

En A Coruña han cambiado muchas cosas desde su paso. Entre ellas, los protagonistas. En aquel vestuario, primero con Borja Jiménez y luego con Óscar Cano, empezaba a asomar la cabeza un Yeremay sin apenas oportunidades. « Era muy pequeño, pero se le veían muchas cosas entrenando. Es verdad que lo que te hace ahora 90 minutos, antes eran jugadas muy sueltas y desconectaba muy rápido. En ese sentido, desde fuera, creo que ha cambiado, su mentalidad ha cambiado y eso le hace competir como lo hace durante 90 minutos y ser el tipo de jugador que es con la calidad y el desequilibrio que tiene. Si él quiere, es imparable», analiza sobre el canario.

Cree, además, que a veces es complicado que los jóvenes tengan más regularidad y hace falta ser «fuerte de cabeza» para poder asentarse: «Sobre todo cuando subes a un primer equipo, eres muy joven y tienes gente buena por delante. Teníamos un equipazo en ese Dépor. Tienes que asumir ese rol de entrar poco a poco y eso a veces es complicado. Pero en el caso de Yeremay se le veían unas cualidades que yo pocas veces he visto en un chico que suba de juvenil o filial. Sabías que si de cabeza se centraba, sería una bomba».

El zaragozano no pierde de vista a un Dépor al que sigue siempre que puede. Ha dejado amigos en el vestuario. Entre otros, un Diego Villares que «siempre da rendimiento» y «se merece» lo que está viviendo. Es uno de esos futbolistas a los que la pirámide del fútbol no les ha dado oportunidades hasta que se las ha ganado a la fuerza: «A según qué edades, o consigues ascender tú mismo, o es muy complicado dar el salto, tanto jugadores como entrenadores. La manera más fácil, entre comillas, porque no es sencillo, es ascender con tu equipo». Y el de Samarugo, a quien ve un futuro Álex Bergantiños, es «un jugadorazo» que se lo ha ganado a pulso.

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