Diego Gómez, un «jugón» con la puerta abierta de Riazor

Las desgracias llevan aparejadas a veces oportunidades. Así el deportivismo, que pierde hasta final de temporada a David Mella, tiene la ocasión de disfrutar de manera continuada en lo que queda de liga de uno de los grandes proyectos de su base. Si Abegondo se ha convertido en los últimos tiempos en una gran fábrica de extremos de élite, es que hay vida más allá de Mella y Yeremay. Algunos ya volaron como Hugo Novoa, otros destacan en el Fabril siendo juveniles, como Adrián Guerrero, y hay quien golpea con fuerza la puerta de Riazor después de haber madurado unos meses en el Arenteiro, como es el caso de Diego Gómez, quien tiene ese costado derecho para él en el primer equipo, justo lo que había soñado durante tantos años.

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Y es que «este jugón, futbolista de calle, de potrero», como recordó en su día uno de sus entrenadores en la base Nacho Lourido en LA OPINIÓN, fue siempre uno de los mejores exponentes de esa generación de 2004, la que vivió a la sombra de la dorada de 2003, pero que se rebeló ante la posibilidad de dejar de brillar. El zurdo de Amoeiro, que rechazó al Celta para venirse al Dépor desde el Pabellón de Ourense, es uno de esos mosqueteros que desean encontrarse en el primer equipo. Rubén López estará de vuelta en junio tras la cesión al Barcelona B y Martín Ochoa tiene contrato hasta 2028, pero su temporada ha sido gris en el Lugo.

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Aún con 20 años dará este paso tutelado por el entrenador que le acompañó en los pasos previos a la élite. Gilsanz fue le exprimió y le sacó todo su rendimiento en el Fabril, a pesar de que tuvo una lesión grave. Un técnico exigente, un jugador con carácter que se deja apretar. Un binomio que ya funcionó y que se reeditará en estas semanas. De hecho, en un partido al que Mella llegó con molestias ya fue Diego Gómez el que ocupó su lugar en la banda derecha. Hay más opciones para el técnico de Betanzos frente al Racing de Santander, pero apostar por el 7 es la predilecta.

Todo por ver al Diego Gómez atrevido, que trabaja en el campo, goleador, que tiene carácter y que encaja como un guante en esa posición por la derecha en la que se va hacia adentro para crear superioridades y desequilibrios. Tiene que soltarse, ser él, es su momento.