Fútbol | Deportivo

Un Dépor-Albacete de revoluciones bajas

En directo Deportivo-Albacete

El equipo manchego regresa tres años después al lugar de crimen para disputar un duelo con los dos equipos salvados y nada en juego | Dudas en la banda derecha y el ataque | Riazor hablará ante las vacilaciones del club con Gilsanz

Helton y José Ángel

Helton y José Ángel / LOF

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Coruña

Cualquier parecido con el pasado es mera coincidencia. De ir a Riazor con el corazón en la boca y la incertidumbre carcomiendo a hacerlo con las manos en los bolsillos y la tranquilidad por bandera para disfrutar de una velada preveraniega. Han pasado casi tres años, la vida ha cambiado para ambos equipos y, sobre todo, las pulsaciones se han desplomado. De aquel Dépor-Albacete que fue puñal para los coruñeses e historia viva para los manchegos a un Dépor-Albacete en el que poco hay en juego más allá del orgullo y la posibilidad de seguir construyendo. Pisan los dos equipos sobre la tierra firme de los 50 puntos, pero eso no se quita que no se vayan a retar dos equipos emergentes que han sabido en esta segunda vuelta reponerse a dos bajas sensibles como son las de Alberto Quiles y Lucas Pérez. También está el caramelo de sellar la salvación matemática, algo que se da por descontado en A Coruña, pero que los blanquiazules podrían lograr ya este domingo con una derrota del Eldense en Almería y un triunfo en Riazor.

Si hay dos futbolistas que ejemplifican la exuberancia de ambos proyectos esos son Yeremay Hernández y Christian Kofane. Uno de 22 años, el otro de 18. A los dos se los rifan grandes equipos europeos y son dos de las innegables apariciones en la Segunda División de esta temporada. Uno, la promesa que no acababa de ser redonda y ya lo es, ese fútbol de barrio que ya es útil y dañino para los rivales. El otro, un delantero total y atrevido surgido casi de la nada. Ambos comandarán los frentes de ataque de dos equipos a los que les sienta bien jugar con espacios, pero que tampoco rehuyen la pelota. El sello de Gilsanz, la maduración de un Alberto González, viejo conocido de Riazor con su endiablado Linares. El Dépor y el Albacete, unos proyectos más completos y con más registros que hace meses.

Seis bajas en los locales y cinco en los visitantes. Nadie llega indemne y con huecos en la enfermería al final de liga y los dos contendientes de esta noche no iban a ser una excepción. El equipo coruñés tiene ahora, al menos, la supuesta suerte de que las ausencias no se concentran en posiciones específicas como ocurría hace unas semanas en el latera izquierdo, aunque sí es cierto que tiene a dos de sus cuatro defensores titulares de baja: Ximo Navarro y Dani Barcia. El elenco de ausentes se completa con Juan Gauto, David Mella y los sancionados Denis Genreau y Omenuke Mfulu, que reducen las opciones de banquillo en el doble pivote. Eso sí, ahí se mantienen los inamovibles José Ángel y Diego Villares, una de las parejas más estables de este Dépor, sea en la categoría que sea.

Yeremay durante el partido del Deportivo ante el Tenerife en Riazor

Yeremay durante el partido del Deportivo ante el Tenerife en Riazor / Casteleiro / Roller Agencia

El Albacete sí que tiene problemas en la zona de centrales . Tenía las bajas de Javi Moreno y Pepe Sánchez y se le cayó a última hora Jon García. Bernabéu, central del filial, entró en la lista y es la opción de emergencia, aunque su técnico también podría jugar con la versatilidad de Agus Medina y de un Jaume Costa recuperado. La delantera del Dépor no es que exija en exceso a las retaguardias, pero sí la segunda línea. Ahí hay una hendidura que debe aprovechar.

Plebiscito, parte uno

Con el paso de las semanas aumenta la incertidumbre en torno a la continuidad de Óscar Gilsanz en el banquillo del Dépor la próxima temporada. Está bien colocado, pero el apoyo no es inequívoco, más allá de que sus números sean de play off de ascenso desde que cogió al equipo en noviembre. La decisión la tomarán la Dirección de Fútbol y, sobre todo, el Consejo de Administración. Riazor también reclama su derecho a tener voz, aunque no tenga voto. Será el primer partido en el que la grada se pueda expresar en ese sentido. Además de este duelo, al Dépor le quedan en casa los partidos ante Granada y Elche y si el club mantiene sus dilaciones, las ganas de hacerse oír serán mayores. Todo en un partido en el que el Dépor no mira a la tabla, pero sí está atento a todo lo que le rodea.

Diego Villares, a la derecha

Diego Villares, a la derecha / Casteleiro | Roller Agencia

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