Fútbol | Segunda RFEF

0-0 | Escándalo, indignación y tablas para el Fabril

El filial no pudo con el UCAM después de un gol anulado y una actuación arbitral engorrosa

Legarra Gorgoñón se hizo notar en Riazor y desquició a la grada y al equipo. |  Iago López

Legarra Gorgoñón se hizo notar en Riazor y desquició a la grada y al equipo. | Iago López

Xane Silveira

Xane Silveira

A Coruña

Entre aplausos y gritos de «sí, que vamos a ascender», el Fabril se marchó con la cabeza alta y la frustración de haberse sentido parte de un espectáculo que no le correspondía. La Condomina dictará sentencia. Allí esperará un escenario idéntico tras una ida llena de golpes no castigados que llevó al límite al equipo de Manuel Pablo.

El filial coruñés se quedó con los bolsillos vacíos, desfondado y frustrado. El UCAM rascó, de manera literal, un empate ensuciado por una actuación arbitral que se comió el protagonismo y acabó con un gol anulado. El colegiado aupó a los murcianos en un duelo sin apenas ocasiones que deja todo abierto para la vuelta. Los blanquiazules deberán vencer para avanzar de ronda.

Gran ambiente en una grada en ebullición. |  Iago López

Gran ambiente en una grada en ebullición. | Iago López

El Fabril, arropado por 5.563 espectadores, saltó con valentía a buscar a uno de los favoritos a la subida, que cedió la pelota y aceptó el 0-0 desde el primer momento. La formación de los jugadores incluye muchos factores. Gestionar los nervios, los calentones y los cara a cara es uno. Al Fabril, esta vez, le tocó muchas de esas situaciones tensas que llevan la sangre al límite. El UCAM fue duro. Muy duro. Y varios de sus jugadores buscaron desde el primer minuto desquiciar al filial coruñés con pérdidas de tiempo, desplazamientos y otras artes que pasaron bajo el radar de Legarra Gorgoñón. El navarro, lejos de cortar esas actitudes, las permitió. Su criterio dispar hizo el resto: el resultado fue un carrusel de cartulinas amarillas para el filial, con tangana final incluida.

Entre medias, las ocasiones tomaron color blanquiazul, aunque fueron escasas. Los primeros intentos locales fueron tímidos. Al Fabril le faltó creérselo más. Arriesgar en busca de un tanto. Lo intentaron sin éxito Mané, Fabi y Kevin, pero Ackermann pasó desapercibido en la primera mitad. Los nervios propios estuvieron a punto de traicionar a un Fabril que tuvo dos errores en salida de balón. El primero acabó con un posible penalti sobre Luque de Canedo no señalado y, casi de forma inmediata, el propio Canedo metió en un lío a Alberto que casi cuesta el 0-1.

Kike y Alfaro plean por una pelota. |  Iago López

Kike y Alfaro plean por una pelota. | Iago López

Kevin Sánchez rozó el gol la primera vez que pudo correr al espacio después de que Mané ganase un duelo a Yeremy y filtrase un pase perfecto a la espalda de la defensa rival. El burgalés, máximo anotador del equipo con diez dianas, se chocó con el guardameta uruguayo, que venció en el mano a mano con ayuda del larguero.

El Fabril no fue capaz de subir el ritmo y tampoco buscó arriesgar en exceso. El técnico canario fue moviendo jugador por jugador sin romper la estructura: Luisão por Ferreiro, lesionado; Garrido en lugar de Kike; Guerrero por la diestra por Fabi; y por último, Darío Germil en punta en lugar de un Mané que llevó parte del peligro local. Guerrero, en el minuto 79, dejó en bandeja el 1-0 tras una llegada por banda derecha y un pase de la muerte que Kevin no engatilló bien. Poco antes, Luque estuvo a punto de decantar la balanza, pero entonces emergió la figura de Alberto: 15ª portería a cero esta temporada para el filial.

Al filo del final, Garrido la tuvo de cabeza en una acción a balón parado. Y ya en el descuento, la actuación de Legarra Gorgoñón encendió Riazor tras anular un gol de Guerrero. El colegiado señaló una falta previa sobre Luisão que dejó un balón suelto que aprovechó Kevin, en fuera de juego por muy poco. El burgalés se quedó con la pelota, intentó disparar y la intervención de un defensa sirvió de asistencia para el extremo diestro, pero el tanto no subió al marcador y calentó aún más el ambiente.

El trencilla navarro fue el protagonista en una tarde muy aciaga que acabó con un cabreo mayúsculo de Riazor y un empate frustrante. La eliminatoria queda abierta, pero al Fabril solo le vale ganar para poder avanzar a la final de la promoción de ascenso a Primera RFEF.

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