La segunda unidad del Deportivo aspira a reinvidicarse en un final tranquilo de liga

El Deportivo nada tiene que jugarse en las dos jornadas que restan para concluir la temporada salvo la honrilla y el dulce sabor de la victoria. Aunque el equipo ya ha hecho los deberes y afronta con tranquilidad los partidos que apenas son un trámite, hay jugadores dentro del vestuario blanquiazul que tienen ante sí las últimas oportunidades de reivindicarse tras un curso con un papel muy secundario en la rotación, primero de Imanol y, luego, de Óscar Gilsanz.

El técnico del Dépor apostó ante el Granada por darle la titularidad a Germán Parreño, inédito desde las dos primeras jornadas. Arrancó el curso como titular, pero Helton le comió la tostada. Desde septiembre solo había jugado en el duelo de Copa del Rey contra el Ourense CF. Contra el conjunto granadino, Parreño dejó una actuación muy agridulce. Aunque tuvo alguna parada de mérito, su error de entendimiento con Pablo Vázquez a la hora de despejar un balón en la frontal le salió muy caro. Tsitaishvili aprovechó la confusión para marcar a placer y encarrilar el duelo antes de cumplirse la media hora de juego. En las dos jornadas que restan, en Zaragoza y en casa ante el Elche, Gilsanz tendrá que sopesar si mantiene la confianza en el guardameta que, el año pasado, fue uno de los artífices del ascenso a Segunda.

Aunque no fue titular, Óscar Gilsanz ya barruntaba en la previa la idea de darle una buena carga de minutos a Charlie Patiño. El mediocampista inglés ya disputó los últimos minutos ante el Albacete, un tramo muy escueto en comparación con toda la segunda parte que disfrutó frente al Granada. Gilsanz le sacó antes de iniciar la segunda parte en el lugar de un Mfulu que volvió a mostrar una versión poco convincente en la medular junto a Villares.

Patiño cambió las dudas que sembró en su titularidad contra el Levante en la primera vuelta, por una versión más solvente. La tesitura del partido, sin nada en juego para los blanquiazules y con un marcador muy favorable al Granada, le permitió hilar su juego con menos presión y más espacios. También sacó músculo en varios lances que le costaron la cartulina amarilla, la primera de la temporada. El jugador británico de 21 años, que tiene contrato con el Dépor hasta 2028, es una de las piezas de la plantilla en la que más miradas se posan en esta recta final de temporada.

Sergio Escudero es otro de los nombres propios que tienen en estos últimos compromisos intrascendentes una oportunidad de oro para acumular minutos. El lateral vallisoletano regresó ante el Sporting tras dejar atrás la lesión de codo que le obligó a pasar por el quirófano. Aunque no estaba previsto que volviese a jugar esta temporada, ya ha dejado algunas pinceladas de la calidad que atesora y que nunca estuvo en duda. Doce minutos en El Molinón le sirvieron para rozar un gol olímpico y para ponerle un centro milimétrico a Barbero. Ante el Granada tuvo media hora para reencontrarse con el público de Riazor y seguir acumulando minutos. Aún tiene otras dos oportunidades para dejar más confirmarse, por contrato y sensaciones, como el carrilero idóneo del Dépor el curso que viene.

La expulsión de Barbero por protestar de forma vehemente en el tramo final ante el Granada le brinda una oportunidad a Bouldini en lo que resta de curso. El marroquí apenas ha marcado un gol en su primera temporada como blanquiazul. Lleva desde enero sin ser titular ni disputar más de un cuarto de hora. Pese a ello, la baja por sanción del ariete de Roquetas de Mar y el incidente de Eddahchouri pueden otorgarle un papel más protagonista.

Diego Gómez ha dado un paso al frente por la lesión de Mella y busca su ansiado primer gol con el Dépor. Otros como Hugo Rama, Jaime, Herrera o Genreau también han ganado presencia recientemente. Gauto, tras dos meses lesionado, volvió al banquillo este sábado y tiene por delante dos duelos para volver a jugar. Pablo Vázquez, sin nada por demostrar, está a dos partidos de hacer el pleno de minutos. Pequeños alicientes para un final tranquilo.