Entrevista | Ex jugador de Deportivo y Zaragoza
Lafita: "El Dépor tiene dinamita arriba"
"El Dépor, a pesar de llevar solo un año en Segunda, está haciendo muy bien las cosas. Fue un palo muy gordo descender a Segunda B, pero se ha sabido reponer y no es fácil subir de nuevo a Segunda, pero lo hicieron creando una base sólida para mantenerse en Segunda y, a corto plazo, aspirar a subir a Primera"

Ángel Lafita / EPA
Jorge Oto
Real Zaragoza-Deportivo con la vida en juego. Casi nada.
Vaya partido, sí, muy especial. Sobre todo, porque me vienen a la mente muchos recuerdos buenos. Me gustaría ver este partido en Primera División porque es donde se merecen estar ambos equipos por afición y club, pero la realidad es la que es y va a ser un encuentro muy emotivo para mí.
Hable de esos recuerdos.
Siempre me gusta quedarme con la parte positiva de las cosas. Y tanto en Zaragoza como en Coruña hubo muchas. En el Dépor recuerdo sobre todo el segundo año, que fue fantástico, jugando en Europa y con el equipo pensando que podía ganar en cualquier campo y la afición volcada con nosotros. Fue un año y medio maravilloso. Y en Zaragoza hay mucha diferencia entre mi primera etapa y la segunda. En la primera teníamos un equipazo, capaz de ganar a cualquiera, metido en Europa y muy respetado en todos los sitios. Pero la segunda fue totalmente distinta, con una situación institucional, digámoslo así, no apta para cardíacos. Y eso, al final, nos afectaba a los jugadores por estar año tras año con el agua al cuello intentando mantener la categoría, que es lo que logramos los tres años que estuve.
¿Cómo cree que se le recuerda en ambos sitios?
Prefiero que me recuerden por la persona más que por el jugador. Al final, he intentado dar lo máximo con todas las camisetas que he vestido. Me habrá salido mejor o peor, pero siempre he tenido la máxima actitud y nadie me ha podido echar en cara que no me lo he dejado todo en el campo, pero lo que espero es haber dejado unos valores como persona que es lo que siempre he tratado de inculcar a mis hijos. Porque al final eres persona antes que jugador y valoro más lo primero que lo segundo.
Porque, aunque también jugó en el Getafe y en el Al-Jazira, fueron Zaragoza y Deportivo los que marcaron su carrera, ¿no?
Sí, porque fueron los que me dieron a conocer, me asentaron como jugador y me dieron la oportunidad de estar en Primera División. Con ellos comenzó todo y gracias a ambos logré una carrera deportiva como la que tuve. Y en esta vida hay que ser agradecido.
Le hicieron disfrutar, pero también sufrir. Tanto dentro como fuera del campo, por aquel litigio por sus derechos.
Como le digo, me apetece recordar solo las cosas buenas con la certeza de que de las no tan buenas he aprendido. En ambos clubs hice un máster tanto en el plano deportivo como extradeportivo, pero estoy seguro de que tampoco hubiese sido después el jugador que fui si no hubiese tenido que pasar antes por aquello.
Le curtió, entonces.
Sí, pero es que creo que las adversidades y las dificultades hacen más fuertes a las personas. También en la vida y, en mi caso, las vivencias que he tenido en el fútbol repercuten después fuera de él a nivel de intensidad, que no tiene nada que ver con la de antes. Ahora mismo, mi presión es muy relativa, muy lejos de aquella que viví cuando jugaba.
Ni un ápice o atisbo de rencor.
En absoluto. Al final, quien vive con rencor no logra vivir con plenitud. No guardo rencor a nada ni a nadie y, de hecho, me quedo con los recuerdos positivos, como le digo. Esas vivencias malas me hicieron aprender, así que nada de rencor, ni mucho menos. Solo agradecimiento a ambos clubs.
El Zaragoza se juega la vida y el Dépor llega salvado hace semanas. ¿Qué le sorprende más?
Creo que no es comparable. El Dépor, a pesar de llevar solo un año en Segunda, está haciendo muy bien las cosas. Fue un palo muy gordo descender a Segunda B, pero se ha sabido reponer y no es fácil subir de nuevo a Segunda, pero lo hicieron creando una base sólida para mantenerse en Segunda y, a corto plazo, aspirar a subir a Primera. Es la idea que tenía el Zaragoza en su día, pero han pasado muchos años y, aunque con la nueva propiedad se cambió de mentalidad y de perspectiva, aún no ha dado sus frutos.
Cinco temporadas seguidas con el agua al cuello y, si no hay tragedia, camino de la decimotercera consecutiva en Segunda. Duro.
Mucho, sí. Se hace muy cuesta arriba, sobre todo porque nadie esperaba esta situación. A todos nos gustaría cambiar esta realidad pero a día de hoy hay que salvar la categoría cuanto antes y, la próxima temporada, esperar otro punto de inflexión y empezar arriba, como viene haciendo el equipo, pero seguir ahí y no entrar en esa dinámica negativa que nos hace perder todo lo recorrido anteriormente.
Doce en Segunda, las mismas que estuvo usted en Primera.
Me da rabia por los chicos. Mis hijos, por ejemplo, nunca han visto al Zaragoza en Primera División. Y lo de la afición es que no tiene nombre. A las buenas es muy fácil estar pero lo difícil y duro es hacerlo en las malas, que es cuando más apoyo necesita el equipo. Y esta afición, día tras día, demuestra que es especial. Es una pasada, algo impresionante y te das más cuenta cuando sales a otros sitios y países y comparas.
¿Qué dicen sus hijos cuando les cuenta que, como jugador del Zaragoza, su padre liquidó al Real Madrid con dos goles en el Bernabéu?
Me miran raro. Afortunadamente, tiramos de Youtube y de algunos reportajes que emite LaLiga en los descansos de los partidos. Ahora tienen 14, 9 y 7 años y solo el mayor me vio jugar, cuando era muy pequeño, en el Getafe y en el Al-Jazira. Cuando salgo en algún reportaje me llaman emocionados y lo vemos juntos. Fíjese que solo me han visto jugar en el partido de Aspanoa y ya llegan emocionados a La Romareda.
¿Qué relación tiene ahora con el fútbol?
Tengo el campus en el Pirineo. Me gusta trabajar con peques en el fútbol porque, al final, tienen esa inocencia e ilusión que cuando entras en el fútbol profesional se acaban perdiendo. Me hace recordar mi infancia cuando iba al campus de Juan Señor. Jamás me he cerrado la puerta a volver al fútbol, pero tampoco lo he buscado. Tengo muy buenos amigos en el fútbol pero no es algo que me llame a día de hoy. Estoy cómodo donde estoy, tengo una vida más desapercibida y, aunque no digo de esta agua no beberé, no me llama.
Anda que no le paraban por la calle. ¿Ya no?
(Risas) Sí, sí, aún lo hacen, sobre todo en Zaragoza, pero nada que ver con lo de antes.
Algún rumor surgió de que podía entrar a formar parte de la estructura del Zaragoza..
No hubo nada, entonces no me he planteado nada. Si algún día lo hay, ya veremos.
¿Se lo plantearía entonces?
Ahora mismo estoy muy bien como estoy. Tengo las empresas que en su día fundé y ese es mi día a día. Tampoco tendría la necesidad, así que lo haría más por tema sentimental que por otras cosas, pero no se ha dado el caso, así que no me lo planteo.
¿Ha vuelto a A Coruña?
Alguna vez, con amigos que tengo ahí, pero nada que ver con temas deportivos.
¿Cómo ve el partido?
El Dépor tiene dinamita arriba y no lo va a poner fácil aunque esté salvado. Pero el Zaragoza tiene que demostrar desde el primer minuto que se está jugando la vida. Deben primar las necesidades y el Zaragoza, sin duda, es el que más necesitado está.
¿Cree que se salvará el domingo?
Espero que sí.
¿Nada de corazón dividido entonces?
Ahora mismo, priorizo la necesidad y el Deportivo ya está salvado y el Zaragoza no.
¿Mejor jugar ante un rival que no se juega nada?
Pues es una buena pregunta. En este tipo de partidos, como en los derbis o en las finales, no hay favoritos. No debes fijarte en los demás, sino pensar únicamente en que te juegas la vida y eso es una necesidad bestial que debe imponerse sobre todo lo demás sin importar el rival.
Y en la despedida a La Romareda. ¿Con qué se queda de ella?
Los dos equipos que marcaron mi carrera para despedir a La Romareda, es curioso. En mi caso, el partido más especial fue mi debut en el Calderón porque fue el que dio paso a todo lo demás. En casa tengo bien grande la foto. Mis mejores partidos con el Zaragoza fueron como visitante, como esos dos goles en el Bernabéu, aunque, sin duda, aquel gol al Racing que nos daba la salvación no se me olvidará nunca. Había un ambiente espectacular y, si aquel día no se cayó La Romareda, ya no iba a caerse jamás.
¿Cómo valora lo que está haciendo Gabi? Usted lo conoce bien de haber compartido vestuario con él.
Lo veo bien. El equipo necesitaba alguien como él porque es un tío con carácter y personalidad. En esta situación no se permite a un entrenador dudar y Gabi no duda, sino que va a muerte con lo que piensa. Creo que su fichaje fue un acierto y hay que estar agradecido de que haya venido porque estaba en una posición muy cómoda en Getafe y le ha echado un par de narices. Olé por ambos.
¿Debería seguir si logra la permanencia?
Sí, más que nada porque habrá logrado el objetivo para el que vino. Cuando llegó estaba la cosa muy mal, mucho peor que ahora, así que, al menos, le daría la posibilidad de que siguiera porque eso significaría que ha cumplido.
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