Deportivo

Charlie Patiño no despeja las dudas

Solo pasaron 10 minutos entre un pase exquisito que le filtró a Soriano y el gol en propia meta

Charlie Patiño, frente al Zaragoza.

Charlie Patiño, frente al Zaragoza. / LOF

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Coruña

Seis meses después Charlie Patiño volvía a la circulación. Casi con dosificador ha catado el césped desde noviembre y en La Romareda se encontró en la lista de los titulares. Una oportunidad de verdad. Para medirlo, para comprobar si ha evolucionado en la sombra en un año de aclimitación. Todos hablan muy bien de él en Abegondo, las referencias son inmejorables. Pero la competición es la que dicta sentencia. Y, para bien o para mal y con algún tímido paso al frente, el inglés dio la impresión de seguir siendo el mismo.

Tiene una relación inmejorable con la pelota, no tiene mejor amiga. Se nota. Lee bien el juego ofensivo. Se ofrece en la salida y siempre aporta soluciones, aunque en ocasiones con algún toque extra o con pases sin excesiva ventaja para el receptor. ¿Es falta de confianza o va en es su forma de jugar? Es otra de las incógnitas por despejar en un futbolista de seda. Académico y plástico, da gusto verle, llena los ojos. Pases diagonales de larga distancia, pisa la pelota, se gira. Justo al empezar la segunda parte se asomó al área y le filtró un pase exquisito que Mario Soriano no pudo embocar en un tiro cruzado. Ahí el deportivismo se animó, solo necesitó diez minutos para recibir un golpe de realidad.

Ya antes de ese gol en propia puerta en el que estuvo blando y mal perfilado, se achicó en una pelota suelta en la medular. No encimó, se alejó y flotó, mientras su par le ganaba a campo abierto. Ante ritmo, tensión y cuando tiene correr hacia atrás, no lo pasa nada bien. Con algún brote verde si se pone al microscopio, las dudas no dejan de ser las mismas. Tiene una clase indudable, pero ¿está listo para jugar en el fútbol profesional?

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