Gilsanz, sobre su futuro en el Deportivo: "Hasta la semana que viene no hablaremos"

Aclara sus decisiones sobre Pablo Martínez: "Tomo una decisión deportiva el día del Albacete y se la comunico a él. Sé que tiene una renovación por partidos que no quiero saber. Él puede pensar que puede haber suspicacia y en esa semana está con la mosca detrás de la oreja y el club habla con él para transmitirle decisión"

Óscar Gilsanz, en La Romareda. |  LOF

Óscar Gilsanz, en La Romareda. | LOF

Carlos Miranda

Carlos Miranda

"Hasta la semana que viene no hablaremos". Óscar Gilsanz, con un mes con una salvación en el bolsillo, va a tener que esperar al final de liga para conocer las intenciones del Deportivo sobre su continuidad en el banquillo, aunque cada día que pasa desgasta la decisión de la entidad en un sentido u otro. Tras el compás de espera, se aguarda una resolución rápida, pero el técnico de Betanzos no podrá barreras temporales: "No me planteo plazos ni los marco. Estoy centrado en el equipo, en el domingo y a ver lo que pasa", cuenta un responsable técnico que se sentará en el banquillo sin saber a ciencia cierta si será el último con él como máximo responsable técnico. No podrá despedirse con todas las de la ley, aunque él pasa de puntillas sobre esta situación: "No me gusta acaparar, el entrenador tiene que estar en segundo plano. No me gustan esas situaciones. Hay que fijarse en el poso que dejan futbolistas importantes (Pablo Martínez y Jaime Sánchez) y es bueno reconocer esa profesionalidad. Mi situación no es importante y menos importante para lo que pueda pasar. A partir del domingo se empezará a dilucidar", insiste quien remarca que "los entrenadores son meno importantes" de lo que piensan ellos y "más de lo que piensa la gente". "Desde el primer día siempre disfruto al máximo (de cada partido) para que todos nos vaya quedando. De Riazor siempre disfruto. Las previas, para los que estamos abajo, las voy a disfrutar seguro", asienta.

Gilsanz habla de lo que le gustaría que la gente recordara de su paso por el Dépor: "Falta un partido. Llegué hace siete meses para un partido al principio y como una persona del club. Son 30 y todo este trayecto es positivo por las sensaciones que recogí. Lo que queda de la temporada es que el club necesitaba estabilizarse. Todos tenemos claro que tiene que estar en esta categoría con opciones de ascender siempre, porque esto no va a parar aqu, pero había que estabilizar y seguir reforzando".

 El técnico busca activar a su equipo para lo que queda: "Al entrenador siempre le preocupa que la imagen sea mala en cualqiuier equipo. Fue la tercera derrota consecutiva, pero estábamos más molestos ante el Sporting, porque la imagen fue peor. Yo siempre quiero ganar y ser competitivo. A nadie le gusta perder y dar imagen de no haber competido. Nos fuimos pronto del partido ante el Sporting", razona.

Quiso aclarar la secuencia los hechos y su decisión ante la salida de Pablo Martínez: "Tomo una decisión deportiva el día del Albacete y se la comunico a él. Sé que tiene una renovación por partidos que no quiero saber. Él puede pensar que puede haber suspicacia y en esa semana está con la mosca detrás de la oreja y el club habla con él para transmitirle decisión. Está desligada mi decisión de la del club, pero es lógico que tenga esa preocupación. Si fuese una decisión anterior, se la hubiese transmitido. Creía que era el momento de que jugase otro y cambiar algo después de una derrota, no tenía nada que ver con situación contractual. Es normal que tenga esa duda y el club se la aclaró", cuenta.

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