Segunda División

Los retos para la pizarra de Antonio Hidalgo en el Deportivo

El técnico catalán necesitará tiempo y trabajo para llevar al Deportivo un paso más allá tras un curso de transición

Antonio Hidalgo presentación como nuevo entrenador del Deportivo

Antonio Hidalgo presentación como nuevo entrenador del Deportivo / Carlos Pardellas

Xane Silveira

Xane Silveira

A Coruña

Queda mucho tiempo para el inicio de la nueva temporada, pero Antonio Hidalgo ya le da vueltas al Deportivo que quiere confeccionar con sus propias manos este verano. El técnico catalán estudia al detalle el material con el que podrá empezar a construir el nuevo proyecto. Todo dependerá del mercado de fichajes, aunque hay varios aspectos de la pizarra en los que su liderazgo y visión servirá para llevar al equipo a dar un paso más en la competición. El curso 24/25 se cerró con una salvación holgada; ahora es turno de dar el siguiente paso y acercarse a la discusión real para, por lo menos, pelear la promoción de ascenso a Primera División.

Riazor, primera clave

A nadie se le escapa que la temporada como local del cuadro coruñés ha sido decepcionante. 26 puntos a favor por 37 que se han escapado de los 63 en juego. Solo Eldense (25), Racing de Ferrol (16) y Cartagena (15) han sacado menos rédito de sus respectivos feudos. Tanto el equipo de Idiakez primero, como el de Gilsanz después, se desenvolvió mejor lejos de casa que ante su propio público. Algo que debe cambiar si realmente el Dépor quiere aspirar a estar en la primera mitad de la tabla.

La salida de balón

Ha sido uno de los grandes problemas de la temporada en el Deportivo. Gilsanz corrigió muchos de los defectos gracias a ubicar a José Ángel entre centrales, de cara, y a Dani Barcia en el perfil zurdo. La baja del central mermó las posibilidades, y parte del trabajo dependerá, primero, de qué jugadores se puedan sumar a la causa. No obstante, es uno de los puntos claros a mejorar: Encontrar fluidez, comodidad, sumar calidad, y añadir capacidad para superar las mejores presiones de la competición allanará el camino para encontrar el vértigo y la calidad ofensiva.

Mejora defensiva

Helton Leite cerró la temporada con 11 porterías a cero. Un número destacable atendiendo a los problemas que fue teniendo el equipo durante gran parte del curso, encajando gol en los 31 choques restantes. Si bien el equipo notó, al igual que en otros aspectos, un alivio bajo el liderazgo de Gilsanz, el conjunto blanquiazul terminó la temporada con 54 goles en contra. Entre los primeros ocho clasificados, solo Granada (7º) y Almería (6º, ya eliminado en la promoción), han igualado o elevado la cifra. El Elche (34) fue el equipo de la Liga Hypermotion que menos tantos recibió, mientras que Mirandés (40), Levante (42) y Oviedo (42) rondaron el gol en contra por duelo. «Intentaremos ser un equipo atrevido, muy ordenado. La categoría así lo exige», expresó el nuevo entrenador en su presentación. La Segunda no engaña: los equipos sólidos obtienen mejores resultados.

Los ataques posicionales

El Deportivo 24/25 fue una máquina de matar con espacios. Un lince en busca de su presa. Pero con el balón a menos revoluciones, el rival replegado, y en plena fase de ataque sin opción a transitar, al equipo de Gilsanz le faltaron mecanismos para ser más eficaz. Para encontrar con mayor facilidad la portería. Dependiente del talento de Yeremay, el desborde de Mella y el juego entre líneas de Mario Soriano, cuando el contrario controlaba las situaciones más individuales, en el plano colectivo el equipo tuvo problemas. Un déficit que también afectó a los delanteros, habitualmente aislados y poco nutridos. El reto de Hidalgo será no perder ni un ápice de frescura tras robo, aprovechar el trabajo que venía de atrás, pero crear un equipo con más recursos cuando no se pueda correr.

El balón parado

Es una de las señas de identidad de Antonio Hidalgo, también de su Huesca, que superó la veintena de tantos en jugadas de estrategia la temporada pasada. No así de un Deportivo que bajó notablemente sus prestaciones tanto defensivas como, sobre todo, ofensivas. Primero porque Pablo Vázquez (dos goles este curso) y Pablo Martínez (sin anotaciones) no fueron capaces de imponerse en área rival como lo hacían en Primera Federación. Después, claro, por la salida de Lucas Pérez y la lesión de Sergio Escudero, los dos grandes lanzadores del equipo. Las escuadras del técnico canovellés siempre han destacado en esta faceta, clave para todos los equipos y punto a mejorar en el Deportivo tras un año escaso de soluciones en el laboratorio.

La unidad B

Dependerá más del mercado que haga la dirección deportiva que de él, pero el Dépor no podrá volver a permitirse una temporada sin un aporte real de su segunda unidad. Este curso ni Idiakez ni Gilsanz lograron encontrar revulsivos que cambiasen los partidos a favor. Los suplentes del equipo tardaron 29 jornadas en tener un impacto real en el resultado. Hasta la asistencia de Hugo Rama en el Carlos Tartiere, ningún gol o pase de gol había servido para sumar más puntos de los que ya tenía en su bolsillo el equipo, dando empates o victorias. Lo poco generado había sido con el marcador ya a favor (como Herrera ante el Albacete o Cartagena), o sin cambiar el rumbo del encuentro (Yeremay ante el Racing o Barbero contra el Levante). Para soñar con grandes momentos en Segunda, Hidalgo tendrá que explotar todos los recursos a su disposición y tener una baraja de cambios que sirvan para sacar puntos en los minutos finales y revolucionar encuentros.

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