Segunda División

Bil y Dipanda, un puente a Camerún para el Deportivo

El club ha abierto una vía para importar talento norteafricano y planea repetir en el futuro

Bil Nsongo con el Fabril

Bil Nsongo con el Fabril / Casteleiro / Roller Agencia

Xane Silveira

Xane Silveira

A Coruña

La continuidad de Bil Nsongo y el ascenso de Rodrigue Dipanda al Fabril tras unos meses en el equipo juvenil refuerzan una idea que se empezó a gestar el verano pasado, cuando el club incorporó a varios jugadores procedentes de Camerún. Fadil Montapon y Bil, procedentes del Canon Yaoundé; Dipanda, de una academia local. Meses después, llegó Mané, de origen senegalés, un caso diferente que también refuerza el plan: explorar los mercados internacionales para encontrar futuras promesas que puedan reforzar la cantera y aportar un perfil diferente. La primera experiencia ha dejado felices a ambas partes, con la intención blanquiazul de construir un puente que permita traer y probar a más jugadores. A lo largo de este curso han pasado por Abegondo más chicos que no han llegado a tener ficha. La entidad coruñesa planea dar continuidad a una ventana con una gran proyección.

No todos han tenido el mismo impacto. Fadil Montapon no llegó a debutar y salió en enero. Sí tuvo una mayor participación Bil Nsongo, que anotó cinco goles y fue el segundo delantero más utilizado de la plantilla, adelantando a Darío Germil en la rotación y compartiendo muchos momentos de juego con Kevin. El Dépor ha cerrado en los últimos días su continuidad, en propiedad, y le tocará competir con los recién llegados del juvenil de División de Honor. Entre ellos, su compatriota Rodrigue Dipanda, quien ha pasado sus primeros meses a las órdenes de Miguel Figueira, compaginando también entrenamientos con el cuadro de Manuel Pablo, con el que disputó dos encuentros en Segunda RFEF.

Ahora Dipanda, de 19 años, sube junto a muchos de sus compañeros al Fabril. Delantero o extremo, puede actuar en cualquier parte del frente de ataque. Su inscripción se dilató y estuvo desde el verano entrenándose sin poder jugar. Firmó entonces un contrato por tres temporadas, para trabajar su proyección con tiempo, sin prisa, permitiendo a los formadores de Abegondo moldear un talento importante que necesita de hábitos y conceptos nuevos para adaptarse al fútbol español. Poco a poco los ha ido adquiriendo. El potencial condicional es notable.

El Fabril, en enero, se reforzó con la llegada de Aliouné Mané. Un caso diferente, con distinta procedencia, pero similar en cuanto al plan: añadir talento, físico y experiencia en un ataque que, por las lesiones, necesitaba algún complemento extra. Regresó a Brasil, pues sus derechos pertenecen al Tietê, aunque hay buena sintonía para que vuelva a vestirse la camiseta blanquiazul. En su caso entrará en el último año sub 23.

El Dépor se ha sumado a una larga lista de clubes que atraen talento africano. Camerún ha sido el país del que han llegado varios jugadores este verano. El club planea extender sus redes por el norte de África. Algunos jóvenes llegarán para sumar de manera inmediata, otros a futuro. Oportunidades de mercado para añadir a la cantera deportivista con vistas a llegar al primer equipo o, por lo menos, para competir en el Fabril.

La experiencia esta temporada ha sido buena para todas las partes. Las comodidades que ofrece el Dépor a través de su residencia juegan a favor de repetir en el futuro con otros jugadores que lleguen a la disciplina coruñesa a probar y, si tienen el nivel suficiente, se puedan quedar. España es, también, una tierra de oportunidades para vivir del fútbol. El Dépor está decidido a construir un puente a futuro que tiene infinitas posibilidades.

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