Fútbol | Deportivo

Óscar Gilsanz se va del Deportivo con un alegato del técnico gallego

Se marcha «agradecido» por permitirle «demostrar que un entrenador de Betanzos, deportivista y que se formó aquí, tiene capacidad para guiar al primer equipo»

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Coruña

Se fue como llegó. Sin ruido y defendiendo lo suyo lo que le rodea. También con un Dépor salvado con holgura tras asumir el cargo de manera interina en el mes de noviembre, cuando era antepenúltimo. No se olvidó entonces de dónde venía, menos ahora. «Me siento muy agradecido por permitirme demostrar que un entrenador gallego, de Betanzos, deportivista, que se formó en el fútbol gallego y en la plantilla de Abegondo tiene capacidad para guiar al primer equipo a conseguir el objetivo», apunta en su despedida un entrenador que hizo extensivo «ese agradecimiento a la dirección deportiva, a la dirección general, al consejo de administración, a la vicepresidenta Michelle (Clemente Escotet) y al presidente Juan Carlos (Escotet), por su apoyo siempre, y a todos los miembros directivos que a lo largo de estos cinco años estuvieron al frente del club, que desde el primer momento siempre confiaron en mí», asegura.

El entrenador de Betanzos, quien finaliza el lunes su vinculación con el Dépor, mostró su «orgullo» por «estos cinco años en los que cada uno fue mejor que el anterior» y no quiso que quedase nadie del día de Abegondo sin recibir su reconocimiento. También dio las razones de su negativa a la oferta del Dépor para continuar en la estructura del club como responsable de la escuela de entrenadores blanquiazul: «Quiero agradecer al club el ofrecimiento de quedarme en la estructura. El puesto en sí yo no estaba convencido de que fuese donde puedo aportar y lo que me llenaba. Más adelante si hay alguna circunstancia que se ajuste, que yo sea el perfil y que me encaje en lo quiero, pues habrá esa posibilidad».

A la espera de Segunda

Se va el entrenador que hizo al Juvenil A del Dépor campeón de España, que sacó al Fabril de Tercera RFEF, además de salvar esta campaña al primer equipo. Una vez anunciado su adiós, Gilsanz mira más allá del Dépor, de Abegondo y del fútbol gallego, donde ha labrado su carrera. Considera que haya llegado el momento de probar en el fútbol profesional después de una trayectoria en las categorías autonómicas y de formación. Ineludiblemente ese deseo le llevará a mirar fuera de Galicia, aunque lo más cerca posible que pueda estar de su tierra. Al haber conseguido la salvación con margen y al haber convertido al Dépor en uno de los mejores equipos de la segunda vuelta, pretende seguir en España y en el fútbol profesional, aunque ahora mismo todos los banquillos de la categoría de plata están ocupados, salvo Valladolid y Mirandés, aunque parecen destinados a Borja Jiménezy a Jorge Cuesta, el primero, ex del Dépor y el segundo, ex del Betanzos. Esta preferencia que le otorga a la Liga Hypermotion y el hecho de que todos esos banquillos estén prácticamente copados le pueden obligar a esperar al otoño cuando empiecen a llegar las primeras destituciones. Mercado cercanos o incluso la Primera RFEF son las alternativas de un entrenador que fue sustituido por Antonio Hidalgo.

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