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1-3 | El Dépor tumba a golazos al Granada

Una soberbia jugada colectiva quiebra la resistencia de un Granada diezmado y abre una noche para ilusionarse, llena de tantos de bella factura | El talento impulsa a un equipo que entra en la liga con una versión avasallante

Mario Soriano festeja su tanto junto a Yeremay Hernández. |  LOF

Mario Soriano festeja su tanto junto a Yeremay Hernández. | LOF

Carlos Miranda

Carlos Miranda

A Coruña

El Dépor estaba un tanto ahogado y no solo por ese pegajoso calor que flotaba en el ambiente. Se acercaba el descanso y no se terminaba de encontrar. El Granada le había salido respondón, no sabía muy bien a qué plan de partido encomendarse. Pero apareció la calidad, esa que al Dépor le sobra. Una jugada, un vendaval. Desde la ruptura de Arnau Comas, la diagonal de Luismi Cruz y el taconazo de Yeremay, hasta la dejada de Eddahchouri y el disparo seco de Mario Soriano. Luz, alegría. El deportivismo se frotaba los ojos, también se agarraba el corazón. ¿Y si esta es la buena? Promete. Fue el primer golazo de una noche que ofreció otros dos, uno de Zaka y otro de Escudero. El Dépor supo aprovecharse de una versión raquítica y condicionada de su rival para dar un golpe encima de la mesa ya en el mes de agosto. Queda un mundo, pero este equipo no ha llegado tarde a la liga. Hace un año se plantó en el fútbol profesional pidiendo permiso, ahora ya ha hecho la competición suya.

Villares conduce el balón ante dos jugadores del Granada. |  LOF

Villares conduce el balón ante dos jugadores del Granada. / | LOF

Todo el lío federativo y con las inscripciones del Granada le daban al Dépor una peligrosa sensación de superioridad en el arranque que los nazarís tardaron menos de un minuto en borrar de la faz del campo. Una duda de Parreño, una voluntariosa presión granadina y el partido arrancaba bajo los códigos de Pacheta. De poco o nada valía que el equipo local alinease a dos futbolista con ficha del B o que su banquillo estuviese poblado de su jugadores de filial. El axioma del 11 contra 11 cobraba todo su valor.

No estuvo nada cómodo el Dépor en el primer acto. El Granada llevaba el duelo a la parcela física, no se descomponía y le hacía dudar. Durante muchos minutos, más allá de las ocasiones que pudiese generar, dio la sensación de que al Dépor le tiraba todo y de que no sabía qué camino coger. ¿Fútbol combinativo o directo? Mientras le iba haciendo una horma al duelo y aclaraba su cabeza, Rodelas estuvo a punto se batir a Parreño en una pelota larga. Minuto 7. No había espacio para la relajación, aunque LaLiga estuviese gateando.

Este mapa de partido no le impidió al Dépor ser dañino en jugadas puntuales. Luismi Cruz fue en ese primer acto la mayor fuente de talento y de peligro. En una diagonal le dejó un caramelo a Eddahchouri que no supo aprovechar. Diez minutos después fue Villares el que se vistió de asistente, pero el holandés no fue capaz de embocar la pelota. No estaban siendo los mejores minutos de Zaka, quien sigue sufriendo en el juego de espaldas y para ser un delantero dominante, que dé salida al torrente ofensivo que se genera en los metros previos a sus dominios. Fue protagonista en el duelo, más con la dejada del primero y con ese gol de la segunda mitad, pero sus prestaciones dejaron a las claras que el Dépor necesita también otro tipo de ariete que redondee su inspiradora apuesta. Sería una pena dejar esta obra inconclusa por una pincelada de menos.

Germán Parreño detiene una pelota con la protección de Arnau Comas. |  LOF

Germán Parreño detiene una pelota con la protección de Arnau Comas. | LOF

El Granada fue creciendo en los instantes finales, aunque le costaba generar ocasiones de verdad . El duelo surcaba hacia el descanso sin que nada que pareciese perturbar su rumbo... hasta que surgió la magia. Comas-Villares-Luismi-Yeremay-Eddahchouri-Mario Soriano para generar una jugada colectiva de highlights y de las que definen un proyecto. ¡Cuánto talento ofensivo tiene este equipo!

El Dépor salió al campo tras el descanso enganchado a la misma rueda de talento. Dos de los protagonistas de esa primera obra de arte alumbraron la segunda. Una combinación entre Luismi Cruz y Eddahchouri generó una pelota en la escuadra del holandés. 0-2, minuto 49. El Dépor demarraba y lo hacía a base de golazos.

Casi hace Yeremay el tercero en la siguiente acción. Fue una cabalgada marca de la casa en la que erró en la definición. La herida del Granada estaba abierta y la sangre no paraba de manar. El equipo nazarí necesitaba cuanto antes un salvavidas y se lo echó unos minutos después Hongla con un trallazo al palo desde la frontal. Más de un disparo se le había ido a las nubes, este fue imposible para Parreño. 1-2 y más de media por delante. El conjunto de Pacheta había vuelto a la vida.

El Deportivo tenía más aire y poderío. El gol no le había hecho excesivo daño. Eso sí, el Granada encontraba espacios, se animaba a entrar en el intercambio, aunque parecía no tener el mejor derechazo. El duelo volvía a estar en todo lo alto. Para entonces Hidalgo había sentado a Luismi Cruz y Zaka para dar entrada a Mella y Bouldini. Declaración de intenciones y piernas frescas. Quizás demasiado pronto.

Manu Lama lo echó todo por tierra, aunque para el Dépor fuese una bendición. Segunda amarilla por una entrada a destiempo al marroquí. El Dépor ganó, en este contexto, aire, fútbol y otro registro al jugar con uno más. Los grados y la escasez de cambios pesaban en los locales. Los coruñeses tocaban, corrían, hacían lo que querían. Solo les quedaba cerrar el duelo, algo que no lograron hasta el descuento con ese disparo seco de Escudero. El Dépor se dio un baño de golazos e ilusión.

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