Segunda División
Hidalgo redobla el orden para dar rienda suelta al talento: así volvió a ganar el Deportivo
El técnico apostó por tres novedades y mayor solidez | Yeremay brilló en su mejor partido, con libertad posicional para aparecer por fuera y por dentro | Parreño emergió para dejar la portería a cero cinco partidos después

Los jugadores del Deportivo se abrazan tras uno de los goles ante el Zaragoza. | Fernando Fernández

El Deportivo logró en Zaragoza una «victoria necesaria», tal y como definió Antonio Hidalgo y repitieron José Gragera o Yeremay tras el partido. Necesaria porque eran ya cinco jornadas sin ganar y porque el grupo requería reencontrarse con las buenas sensaciones. El equipo coruñés corta así una mala racha y puede volver a construirse en base a un resultado positivo tras una jornada en la que el Zaragoza llegó a poner en serios apuros a Germán Parreño, quien volvió a dejar la portería a cero tras más de un mes sin lograrlo.
Reordenar el tablero
Antonio Hidalgo introdujo tres piezas en el once en busca de obtener mayor equilibrio y balance en el juego. El Deportivo se descompensa de manera natural por la acumulación de talento en la parte ofensiva, pero a base de sumar piezas y de añadir trabajo colectivo, el cuadro coruñés estuvo más sólido en defensa. En la primera parte, defendiendo, sobre todo, con balón, y variando su bloque, primero con cuatro atrás, después con Mella sumándose al esfuerzo de la primera línea, e incluso contando con el trabajo de Yeremay sin pelota, algo que le demandó el técnico. «Hoy he estado muy bien, no solo con balón, también sin balón. El míster me pide que trabaje, que luche, que siga», expresó el canario al acabar. Para aportar ese orden se sumó José Gragera al medio, y Arnau Comas en el centro de una zaga de tres con Lucas Noubi (alternando central diestro y lateral) y Loureiro. En un partido sin clarividencia en el juego, emergió el talento individual tras el orden táctico.
Yeremay es trampa
El jugador canario brilló al nivel diferencial que puede dejar cada fin de semana. Le ha costado, pero paulatinamente ha ido recobrando la confianza en su regate, atreviéndose más, lanzándose una y otra vez contra su par. Empezó pegado a la banda, recibiendo directamente de Loureiro, y aprovechando los espacios creados por Quagliata. Para cuando el Zaragoza quiso corregir esas recepciones, Yeremay ya estaba suelto por todo el campo. Confiado. El talento le sobra y en el Ibercaja dio una exhibición, completó seis regates (uno menos que ante el Valladolid, lo que son los datos), pero sobre todo jugó por y para el equipo. Sin balón, esforzándose en banda primero y, después, por dentro, porque aunque comenzó el partido en el costado lo acabó como delantero acompañando a Zakaria Eddahchouri, filtrándose a la espalda de los mediocentros rivales y volviendo loco a todo el Zaragoza.
Su gol, una obra de arte imposible para la mayoría de jugadores de la categoría. Pero un tanto que demuestra que el canario no ha dejado de trabajar en los momentos de mayor dificultad: 70 metros sin pausa antes de culminar e imponer el arte a la fatiga en un taconazo que definió el partido.
El indiscutible Mella
Nadie sabe de qué acabará jugando David Mella el día de mañana, pero el de Espasande ha vuelto del Mundial sub 20 a un nivel físico soberbio. Incansable. Infantigable. De extremo en ataque y como un perro de presa nato persiguiendo a su par en defensa. El canterano dejó acciones defensivas de mucho mérito, en especial una en el interior del área que fue más molestar que cortar, y que sirvió para evitar un tanto. En fase ofensiva, su nervio y velocidad permiten al Dépor hundir zagas y ganar un jugador fijado por fuera. Se impuso en seis de 11 duelos, dejó dos pases clave (pases que acaban en remate) y también ha avanzado en la finalización, atreviéndose más a acabar las jugadas y buscar el gol.
El primer gran día de Comas
El zaguero catalán ha dejado muchas dudas desde su aterrizaje en A Coruña, pero en Zaragoza estuvo contundente, firme y seguro como eje de la línea defensiva, haciendo de tapón ante el juego directo y de corrector al espacio, en especial ante los saltos de Lucas Noubi, que avanzaba en exceso y desprotegía su espalda. El zaguero se marchó por precaución a los 78 minutos (tenía una amarilla) y tras ganar tres de los cuatro duelos en los que participó, sumar tres recuperaciones, bloquear dos disparos y despejar siete balones. Hidalgo necesita su mejor versión para complementar la zaga.
La seguridad de Parreño
El cancerbero ilicitano se ha convertido en una figura indiscutible a base de buenas actuaciones. Suma elegancia y fiabilidad con los pies, pero es por lo que hace dentro del área lo que le ha permitido ganar la confianza absoluta de Antonio Hidalgo, a expensas de la recuperación de Daniel Bachmann, a quien no le ha dado ni media oportunidad. Está sumando puntos para su equipo, que era la duda ante la marcha de Helton. La ha resuelto con solvencia. En Zaragoza, con tres paradas dentro del área. En particular, el pie que le sacó a Toni Moya en un mano a mano todavía con 0-0 en el marcador.
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