Antonio Viñolo: "España es de los pocos países que pueden fabricar un avión completo"

El secretario general de la Asociación Española de Constructores de Material Aeroespacial (ATECMA), Antonio Viñolo se reunió aún el mes pasado en Galicia con directivos del consorcio aeronáutico gallego para analizar la situación de este sector.

-¿Gozan de buena salud los sectores aeronáutico y aeroespacial actualmente en España?

-El sector ha registrado en los últimos años un crecimiento del 12%, por lo que podemos decir que goza de una relativa buena salud. Eso se debe a muchas cosas. Primero a que España es uno de los pocos países que es capaz y tiene todas las actividades necesarias para desarrollar un avión completo. En los años setenta CASA apostó por lo que hoy se conoce como fibra de carbono y acertó, pero pudo equivocarse. Es lo que suele ocurrir cuando apuestas por un sector nuevo, aunque en su caso la Administración española apoyó muchísimo a la empresa. Después se formó ITP, y más adelante, Indra. En cuanto se consolidan empresas cabeceras y tractoras, a su alrededor siempre surgen oportunidades.

-La crisis, ¿le afecta menos que a otros sectores?

-La crisis económica puede ralentizar las entregas de aviones debido a una contracción del tráfico aéreo. Pero si analizamos cómo han sido las últimas crisis, tanto financieras como de otro orden, en el noventa hubo una y el sector se mantuvo estancado año y medio y luego volvió a crecer. En 2001, con el ataque del 11-S, la gente se quedó aterrorizada y había miedo a volar, pero duró un año. Ni Boeing ni Airbus han cambiado mucho sus previsiones a largo plazo.

-¿Qué peso tiene Galicia en la aeronáutica española?

-Muy poco.

-¿Qué nos falta?

-Este sector tiene unas barreras de entrada muy altas. Las grandes empresas, de media, están dedicando el 14% de su facturación a investigación y desarrollo. No es tan fácil para las empresas de otros sectores traspasarse al aeronáutico y aeroespacial. Las normas de calidad son muy estrictas. En la cadena de suministros tú tienes que ser capaz de trazar hasta el último tornillo y remache que pongas en un avión, cosa que no pasa, por ejemplo, en el sector de la automoción.