El desbloqueo del convenio colectivo antes de que finalice el año se perfila como prioridad entre empresarios y sindicatos, que ayer manifestaron su voluntad de alcanzar un acuerdo, pese a las discrepancias. "Con abaratar y facilitar el despido no vamos a ningún sitio", aseguró tajante el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ayer en A Coruña, donde acudió a un acto de la organización cultural Namentres.

-¿Quién tendrá que dar el brazo a torcer el martes? Porque hace falta algo más que voluntad para alcanzar un acuerdo.

-No se trata de dar el brazo a torcer y no es cuestión de voluntad, algunas organizaciones empresariales, no todas, están incumpliendo los acuerdos del 2009, y son convenios pactados por ambas partes. Los interlocutores que no cumplen pierden toda su fiabilidad, y así nos sentamos a negociar con alguien que no sabes si una vez firmado el compromiso establecido lo va a cumplir. Hay que cumplir lo acordado y a partir de ahí, veremos qué se puede hacer. Esperemos que no pierdan la llave para cerrar el capítulo de la negociación del 2009.

-¿Qué propuestas de los empresarios aceptarían?

-Nosotros vamos a ir con nuestras propias propuestas y hasta ahora no he oído a la CEOE nada que no sea para abaratar y facilitar el despido, y eliminar tutelas judiciales. Por ahí no vamos a ningún sitio. Creo que hay que dar un tratamiento a los salarios y que se establezca el crecimiento en función de cómo evolucione la economía, eso sí, con la garantía de que a los tres años se recupere el poder adquisitivo y se vinculen las ganancias de los salarios a las mejoras reales de la productividad.

-¿Qué proponen los sindicatos?

-Tenemos tres ejes de trabajo: Salarios, beneficios empresariales y temporalidad. Los salarios hay que adaptarlos al ciclo económico, por otro lado, vemos también que es necesario que se moderen los beneficios empresariales. Todavía la inflación está en negativo, pero hay factores que indican que podría haber un repunte, se ve ya por ejemplo en los hidrocarburos. Tenemos que establecer un control de precios, y eso se hace moderando el beneficio empresarial, que todavía es alto en muchos sectores, incluso en estas circunstancias. Además la gran apuesta tiene que ser la erradicación de la temporalidad, no podemos permitir que el crecimiento económico se asiente en empleos de baja calidad.

-Cuando habla de ajustar los salarios, ¿se refiere a que es necesario congelarlos?

-No, en España no se necesita congelación salarial. Estamos hablando de mantener el poder adquisitivo, que los salarios al menos evolucionen lo que crezca la inflación, mejorarlos a partir de las ganancias de productividad que se establezcan en las empresas y repartir el beneficio entre trabajadores y empresas.

-¿A qué se refieren cuando hablan de cambio en el modelo productivo?

-Hay que centrarse en la investigación, la innovación y el desarrollo. Es una mala noticia que el Gobierno proponga reducir el gasto en investigación y desarrollo porque este debería ser el motor para incentivar el sector industrial y el turismo para que generen valor añadido.Tenemos que dar el salto a lo que en otros sitios se ha llamado la generación de empleos verdes.

-Estas reformas conllevan tiempo, ¿qué soluciones inmediatas existen?

-Tiene que haber un acuerdo entre empresarios y sindicatos para que los convenios se firmen por tres años y que salarios, beneficios y empleo mejoren el sistema empresarial. Queremos que la negociación mejore la flexibilidad interna de las empresas, lo que supone mejorar la organización del trabajo, mayor participación de los trabajadores y conciliación de la vida laboral y familiar.

-¿Qué se puede hacer para frenar el desempleo?

-No hay fórmulas mágicas, una parte de las medidas están en las políticas que se adopten. Nosotros hemos hecho una propuesta pública: en lugar de proceder al despido de los trabajadores, proponemos que se reduzca la jornada de trabajo con pérdida de salario, con menos ingresos, pero la parte de salario que dejen de percibir los trabajadores que lo compense el Estado y por esa vía podemos fijar cientos de miles de empleos que hoy están en riesgo. Las empresas se ahorran esa parte del salario, pero los trabajadores no ven mermados sus ingresos porque el Estado les compensa.

-Menos horas, menos salario, a cambio de que el Estado incentive, ¿es eso lo más cerca que están los sindicatos de una reforma laboral?

-Sí, yo creo que no es necesaria una reforma laboral y por eso nos hemos negado. Hay que hacer cosas en relación a la temporalidad que es altísima y que perjudica sobre todo a determinados sectores: jóvenes, mujeres, a la población inmigrante...y en relación con eso lo que hay que hacer es que se cumpla la ley. La mayoría de la temporalidad aquí no tiene justificación porque para trabajos estables se contratan trabajadores temporales. Hay que vigilar mucho más la contratación.

-¿Tardará más Galicia en salir de la crisis?

-Galicia no es ajena a los movimientos. Hoy he leído un artículo de Manolo Lago, un economista que me merece mucho respeto, y hablaba de los problemas que está teniendo la economía gallega de empleo en el sector naval, el automovilístico, etc. Galicia no ha padecido tanto los efectos de la construcción, pero no dejan de notarse, y el riesgo de que la crisis se prolongue en el tiempo debería llevar a la Administración gallega en colaboración con la central a tomar medidas para impulsar la actividad económica.

-¿Qué tendría que hacer el Gobierno para provocar una huelga general?

-Vamos a hacer una gran movilización el 12 de diciembre en Madrid para expresar nuestro rechazo por el deterioro las condiciones de vida y de trabajo de la gente. Este Gobierno está manteniendo la protección social y un gasto público importante, pero si por el contrario atiende las peticiones de quienes quieren quitar derechos sociales, no tengo ninguna duda de que responderemos con contundencia.

-¿Cree que Caixanova y Caixa Galicia deberían fusionarse?

-No conozco el proyecto, pero nuestro sistema de cajas está muy debilitado por el riesgo que han contraído y necesitamos una política de fusión de cajas (aunque no tienen por qué ser esas) que permita sortear la crisis, ganar tamaño y que vuelvan a estar presentes tanto en términos sociales, como en la economía productiva permitiendo que el crédito vuelva a fluir a las empresas.

-¿Qué impresión se llevó de participar en el programa Tengo una pregunta para usted?

-La impresión ha sido buena, este tipo de programas tienen la ventaja de que a uno le hacen bajar de la atalaya y conocer lo que opina la gente de la calle. Ha sido interesante y la gente pregunta por lo que más le preocupa y por aquello que ha leído en los medios de comunicación, lo que quiere decir que la sociedad lee más de lo que piensan algunos. Yo repetiría sin ningún tipo de problema.

-¿Le molestó que le preguntaran por su sueldo?

-No, lo que pasa es que no entendí que me estaban preguntando directamente por mi sueldo, entendí que me preguntaban si tenía las cuentas blindadas y por mis condiciones laborales.

-¿Le puedo preguntar cuánto cobra?

-Sí, 2.352 euros al mes.