Ni uno más de los diez proyectos para nuevos parques eólicos que figuran en el reciente registro para recibir las subvenciones que se pagan a las energías renovables verá la luz en Galicia antes de 2012. La cuota establecida por el Ministerio de Industria para garantizar el adecuado crecimiento del sector en toda España en función de las posibilidades de la red de transporte, unos 6.000 megavatios (MW) en los próximos tres años, está agotada. El departamento que dirige Miguel Sebastián lo confirma. Así que los primeros proyectos que salgan de los concursos que prepara la Xunta para repartir otra vez los 2.325 MW pendientes tras la paralización de la subasta impulsada por el bipartito tendrán que esperar hasta entonces para funcionar. Con esos plazos trabaja el Ejecutivo gallego, que los parques se vayan integrando entre 2013 y 2015. Un calendario "involuntario" para la Consellería de Economía e Industria, que arremete contra el registro porque "deja en el limbo jurídico" el futuro de la eólica gallega ante este nuevo embudo para su parón y las dudas sobre las primas que recibirán cuando estén en marcha.

"La política del Ministerio de Industria no tiene ningún sentido", asegura Ángel Bernardo Tahoces, director xeral de Enerxía. La creación del registro cogió "a contrapié" a todas las comunidades, "y a Galicia mucho más". ¿Por qué? Fue a mediados del pasado año, en plena polémica por el concurso que gestionaba el BNG y con sólo un mes de plazo para presentar las solicitudes al Gobierno central. La inscripción tenía que estar acompañada de la autorización administrativa y la licencia de obra de los parques -"ni de broma", según Tahoces, para los promotores beneficiados en el concurso anulado-, con el criterio además de que las primeras que llegaran serían también las primeras en inscribirse. Hasta el fin de existencias. "¿Qué pasa con los proyectos que estaban en tramitación?", se pregunta Tahoces.

Pero las críticas a las "contradicciones" que suscita el registro en la Consellería van más allá. Otra de las obligaciones para acceder a la cuota prevista era contar con una conexión para evacuar la energía. "El Ministerio estableció los límites en función del estudio de Red Eléctrica que calculaba que se podían asumir anualmente 3.000 MW -recuerda el director xeral-. ¿Cómo es posible entonces que hubiera peticiones para 14.000 MW que acreditaron que tenían punto de conexión, que lo da la propia Red Eléctrica?".

Lo que se viene encima a Gobierno central, autonomías y a los propios promotores es, según Tahoces, "un lío jurídico" que espera "clarificar y resolver" en las negociaciones que se están siguiendo con el Ministerio. La Xunta se lo ha planteado. "Vamos a actuar con la máxima contundencia", advierte. Una puerta abierta a un posible recurso de inconstitucionalidad contra el registro por supuesta invasión de competencias autonómicas del que el equipo que lidera Javier Guerra prefiere no hablar. De momento. Aunque sí dejan claro que si no hay una solución "tendrán que hablar los tribunales".

Pese a que la intención inicial del nuevo Gobierno gallego era ver en marcha en 2011 los primeros parques de su concurso y dar aire al sector ante el parón que vive en los últimos años y que el PP achaca al bipartito, la integración de los 2.325 MW -y de los más de 400 que "se desbloquearon", según Economía, en lo que va de legislatura entre los planes empresariales de la etapa Fraga y los pendientes de autorización- se hará entre 2013 y 2015. En ese momento Galicia tendrá un total de 6.500 MW de eólica "instalados".

Menos rentabilidad

A esas alturas debería estar claro cuánto dinero recibirán los promotores por su electricidad. Las instalaciones que entren a partir de ahora en el registro y, por lo tanto, todos los futuros molinos gallegos, se someterán a un sistema de primas para el régimen ordinario -en el que se aglutinan las energías limpias- que, nadie lo duda, será más bajo. Menos rentabilidad de los parques, por lo tanto. En ese escenario trabaja ya el Ministerio de Industria, que prevé presentar este año también el nuevo plan de renovables para decidir cuánta potencia eólica entrará en el sistema a partir de 2012. De ese documento dependerá también el ritmo con el que pueden ir conectándose las instalaciones en la comunidad.