Para los economistas que colaboran en el informe Ardán 2010, Galicia debe aprovechar la coyuntura para mejorar la productividad de sus empresas y por ello marcan una serie de pautas de política económica. Para empezar Albino Prada y Santiago Lago advierten de la necesidad de no "desparramar recursos en todos los potenciales beneficiarios" y llaman la atención sobre algunos vicios del pasado, como "el exceso de inversión en infraestructuras físicas" en detrimento de la inyección en I+D+i y la formación continua. La pieza clave para el futuro de Galicia son los clústers, como forma de cooperación empresarial para conseguir "economías de escala".

La reiterada demanda de las empresas de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para promover la especialización de Galicia está recogida también entre las recomendaciones de los economistas, que advierten del potencial de la industria química o la del ocio. Galicia está en una situación privilegiada en las rutas marítimas, pero como advierte el informe "los defectos del sistema portuario gallego y sus deficientes conexiones ferroviarias" juegan a la contra, así como la falta de plataformas intermodales y logísticas que la conviertan en un "nodo transoceánico de tamaño medio". La apuesta por la exportación, que tan buenos resultados dio en Galicia durante el periodo comprendido entres 2005 y 2008 deben centrarse también y sobre todo ahora en los mercados emergentes, como Brasil o India. Galicia necesita además más industria y crear productos que compitan en calidad.