"Me veréis toda la vida en Inditex". Hace menos de un año, Pablo Isla (Madrid, 1964) soltó a los cuatro vientos esta frase lapidaria que mataba dos pájaros de un tiro: zanjaba los rumores -algo que no le quitaba el sueño- sobre su posible salida del grupo textil y mostraba su total lealtad hacia su patrón, Amancio Ortega, a la vez que se ofrecía para sustituirle en un futuro cercano. Pero como todo en Inditex, el futuro es ahora, y a partir del mes de julio este abogado amante de Shakespeare alcanzará el sillón más alto de la cúpula directiva del gigante gallego sólo cuatro meses después de que el todavía presidente sople las velas de su 75 cumpleaños. Y como siempre en Inditex la transición será sin prisas, pero también sin pausa. Aún quedan seis meses para que se produzca el relevo.

Detrás de esas gafas sin montura se esconde un hombre tímido, aunque en cada una de sus apariciones públicas tenga que bregar con decenas de preguntas de periodistas y analistas españoles e internacionales que intentan buscarle una y otra vez las cosquillas sobre los resultados de la empresa de la que desde 2005 en su vicepresidente y consejero delegado. Siempre, con una paciencia infinita, una amabilidad insultante y una leve sonrisa, Pablo Isla Álvarez de Tejera consigue que el que pregunte se conforme con la respuesta aunque no haya sido la que esperaba. Sabe que una palabra mal dicha o mal entendida puede suponer la caída de las acciones de Inditex. Y eso que el actual consejero delegado de la firma le da una "importancia máxima" a la comunicación, una "herramienta esencial para transmitir tanto interna como externamente los valores de la compañía". Para él, la comunicación es un "elemento constante y diario".

Licenciado en derecho por la Universidad Complutense de Madrid, en 1988 -con sólo 24 años- ingresó en el Cuerpo de Abogados del Estado como el número uno de su promoción. Ya desde el colegio destacaba por su gran inteligencia. Es un líder nato, pero sobre todo es capaz de hacer equipos. Los crea y luego delega en ellos. Para él un jefe de Inditex debe tener "la capacidad para motivar y dinamizar equipos capaces de afrontar los retos de una compañía en continuo crecimiento". Y por eso considera que en la multinacional que pasará a presidir en julio "el liderazgo sólo se entiende a partir de la concepción del equipo humano como principal activo de la empresa". Y parece que esta receta le está funcionando. Desde que asumió la tarea de liderar la expansión internacional del gigante textil, el 15 julio de 2005, casi ha duplicado el número de tiendas de Inditex y ha elevado el beneficio de la compañía en un 46%. Ahora se entiende por qué Amancio Ortega no le quiere dejar escapar.

A finales de 2004 Inditex encargó a la firma de cazatalentos Korn Ferry la búsqueda de un sustituto para José María Castellano. La compañía quería un directivo preferiblemente español, joven, con experiencia en el mundo de la distribución y capaz de dirigir equipos. Y, evidentemente, que quisiese cambiar su domicilio habitual a A Coruña. Tras varios meses de incertidumbre y barajar una decena de candidatos el elegido fue Pablo Isla. Tenía 41 años, pero pese a su juventud ya contaba con una dilatada carrera profesional. Había estado en la empresa pública, en el sector bancario, y desde 2000 presidía la tabacalera Altadis. Isla cambiaba el negocio del humo por el de la moda para liderar uno de los proyectos más apasionantes que un directivo puede encarar.

El actual consejero delegado reconoce que su función es la de un "director de orquesta", que sabe en cada momento "cuándo y con qué tempo debe dar paso a cada instrumento, que está en manos de sendos especialistas, los mejores para interpretar una determinada partitura".

Una muy parecida a la que entre 1989 y 1991 tocó en el servicio jurídico del Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones. Después pasó a la Dirección General del servicio jurídico del Estado y fue delegado español ante la Comisión de las Naciones Unidad para la Unificación del Derecho Mercantil Internacional. El año de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Exposición Universal de Sevilla solicitó la excedencia como funcionario para incorporarse a la asesoría jurídica del Banco Popular. Un año después, ascendió a la dirección de los servicios jurídicos del banco.

Con sólo 32 años, en mayo de 1996, se convirtió en el director general de Patrimonio del Estado en el Ministerio de Economía. Dos años y medio después abandonó el cargo para retornar al Banco Popular como secretario general. En julio de 2000 dejó de nuevo la entidad financiera tras aceptar la presidencia del consejo de administración y la copresidencia de Altadis, en sustitución de César Alierta, que había sido nombrado presidente de Telefónica. Cinco años después dio el salto a Inditex. En la actualidad también es miembro del consejo de administración de Telefónica y controla de forma directa o indirecta el 0,022% de las acciones de la multinacional textil. Hace sólo dos años recibió uno de esos premios que dan caché a quien lo recoge. Fue elegido, por la Asociación Española de Directivos (AED), Directivo del Año 2008 por su trayectoria profesional en el Grupo Inditex. Uno de sus logros había sido que el ejercicio anterior la facturación de la multinacional con sede en Arteixo había superado la barrera de los 10.000 millones de euros. El jurado estuvo presidido por Isidre Fainé, presidente de honor de la AED y primer ejecutivo de La Caixa.

Aunque no tiene tanta alergia a los eventos sociales como Amancio Ortega, a Pablo Isla tampoco le atraen los saraos. Le encanta pasar inadvertido aunque es difícil. El viernes, por ejemplo, no pudo evitar ser fotografiado, mientras, al igual que suele hacer su jefe, revisaba, casi de incógnito, en las tiendas del centro de A Coruña cómo marchaba el primer día de rebajas. Lejos de los focos periodísticos también se le puede ver cada año junto a su mujer y sus hijos en el concurso de saltos de Casas Novas.

Pese a esa reticencia que tiene a estar en el punto de mira de todos, sorprendió el pasado mes de marzo por la brevedad y contundencia con la que zanjó las especulaciones sobre una posible marcha a la presidencia de Telefónica para sustituir a César Alierta, o a la dirección general de Caja Madrid. A la entidad financiera acababa de llegar Rodrigo Rato, que ya conocía a Isla de su etapa al frente de la dirección general de Patrimonio. "Es absolutamente ridículo", repitió en dos ocasiones cuando fue preguntado por su posible salida del gigante textil. "Me veréis toda la vida en Inditex", zanjó el consejero delegado. Y aunque la frase pueda pecar de exagerada la propuesta de Amancio Ortega para que sea su sustituto le acerca más a aquel deseo que expresó en alto hace menos de un año.

Devorador de libros

“Soy un devorador de libros, tanto ensayos como ficción”, se define Pablo Isla. Y en su altar literario está la obra de William Shakespeare. También le gusta la novela contemporánea, tanto nacional como internacional, así como la poesía de todas las épocas. Pese a su ajetreada agenda —muchos de los que le conocen aseguran que no saben de dónde saca el tiempo— también frecuenta el cine, donde ve “películas europeas de todos los géneros y estilos”. Juega al pádel y al tenis.

Muy amigo de sus amigos, sigue teniendo su pandilla de toda la vida en Madrid. Vive en A Coruña, pero también tiene casa en Madrid. Cuando puede se escapa al Santiago Bernabéu para ver a su Real Madrid. Ahora, por su vinculación con Inditex y sus hijos —tiene tres: un niño y dos niñas, la última nacida en A Coruña— también es un declarado simpatizante del Deportivo.

Raulista confeso, no encajó demasiado bien que el siete madridista no acudiera a la Eurocopa de Suiza y Austria de 2008 donde España ganó el campeonato. “En la lista de 24 convocados bien podría estar Raúl”, se quejó una vez conocida la convocatoria de Vicente del Bosque.

Sus más estrechos colaboradores sólo hablan —no podía ser de otra forma— maravillas de él. Jesús Echevarría, director general de comunicación de Inditex, y que cumplía una función parecida con Isla en Altadis, asegura que su jefe “se ha hecho con Inditex seguramente por su propia manera de entender la gestión empresarial y la responsabilidad individual”. Lorena Alba, directora general de Logística de la multinacional, explica que el futuro presidente de la compañía “tiene una extraordinaria capacidad de trabajo y es sorprendente su virtud de análisis de lo esencial de cada frente de negocio, pero quizá es más importante su predisposición a escuchar. Sabe que cualquier persona, con independencia de su posición en la organización, puede aportarle información relevante para la gestión”. Kostas Antimissaris, director general de Uterqüe, afirma que Pablo Isla “transmite seguridad, confianza en el trabajo en equipo y una serenidad que traslada a los equipos sin que se pierda en ningún momento un nivel de exigencia muy alto”.