El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) materializará la próxima semana la inyección de 2.465 millones de euros en NCG Banco, que supondrán el 93% de las acciones de la nueva entidad. El 7% restante lo detentará Novacaixagalicia. Tras el varapalo de saber que la caja, con un valor en libros de 1.714 millones, pasaba a ser valorada en 181, arranca una nueva etapa en el sistema financiero autonómico, que ha sufrido una reconversión brutal, pues en dos años ha pasado de dos cajas, a una y ahora a un banco, pues la caja sólo gestionará la obra social, y está abocada a convertirse en fundación, y el negocio financiero lo traspasó a NCG Banco.

El reto es que la caja, más adelante fundación, alcance antes de finales de año hasta el 15% del banco para garantizar un mínimo de beneficios para mantener la obra social, y que los inversores privados recompren parte de su participación al fondo público. La operación complicada pasaría porque NCG Banco compre activos de la caja, y con esa liquidez la entidad adquiera a su vez acciones del banco.

El presidente ejecutivo de NCG Banco, José María Castellano, sigue negociando con fondos americanos y empresarios gallegos para captar entre 500 y 700 millones de euros. Quiere traerlos también antes de que termine el año, aunque legalmente tiene de plazo 12 meses. Esta demora para cerrar los pactos con los potenciales socios privados, que se explica por la crisis económica mundial, que azota especialmente a España, complica la situación. Los fondos tendrán que recomprar al FROB a precios de mercado y el interés anual es del 12,5%, y no al mismo precio que compró el FROB, como se dijo desde la caja y la Xunta. Si materializan la operación en diciembre, el interés será del 3,12%.

Mientras el capital foráneo no llega, desembarca el FROB y empezará nombrando a sus consejeros en el banco, que pueden ser entre uno y tres, y éstos tendrán tantos votos como los que resulten de aplicar al número total de votos su porcentaje de participación en la entidad. O lo que es lo mismo, con el 93% del banco en sus manos, tendrán la mayoría de los votos.

En todo caso, la gestión del banco estará en manos de Castellano y su equipo, que ha recibido el plácet del Banco de España. Al gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, le preguntaron el viernes por qué nacionalizaba Novacaixagalicia, CaixaCatalunya y Unnim, pero no las intervenía para hacerse con la gestión. Su respuesta es que cree que "estas tres cajas sí son viables, tras un fuerte proceso de reducción de capacidad".

En todo caso, la actividad de la entidad gallega y las de las dos catalanas estará supervisada de cerca por los consejeros del FROB. Tanto que cada tres meses, NCG Banco enviará al FROB un informe sobre el grado de cumplimiento de las medidas contempladas en el plan de recapitalización aprobado, y es que el fondo estatal entra en el banco gallego porque a cambio éste se ha comprometido a "mejorar su eficiencia, racionalizar su administración y gerencia y redimensionar su capacidad productiva, y todo ello con la finalidad de mejorar sus perspectivas futuras", tal como establece el real decreto para el reforzamiento del sistema financiero, y el cual impuso a bancos y cajas nuevos mínimos de solvencia.

Si el FROB detecta que NCG Banco se desvía del camino trazado, y que ha recibido incluso el visto bueno de la Comisión Europea, que interviene cuando en una entidad financiera reciba dinero público, podrá imponer "la adopción de las acciones que sean necesarias para asegurar que el plan de recapitalización se lleva efectivamente a término". La ayuda pública de 2.465 millones de euros impone otras exigencias. Además de una fiscalización estrecha, NCG Banco no puede entrar en la guerra del pasivo, ni aprovechar la inyección de fondos para comprar otras entidades. Tampoco puede usar el apoyo público con fines publicitarios o comerciales.

Cuando NCG Banco reciba los fondos del FROB su capital principal ascenderá a 5.275 millones de euros, lo que equivale a un ratio del 10,45% y un coeficiente de solvencia del 15,67%. Además, el nuevo banco se propone seguir priorizando el saneamiento, precisamente en cumplimiento del plan que negoció con el Banco de España para asegurar su viabilidad, y así destinar a dotaciones 1.970 millones de euros durante los próximos cinco años. El objetivo, afrontar posibles contingencias futuras.

Estas fuertes dotaciones extraordinarias, que la entidad pretende concentrar ya durante este año, se suman a los 3.008 millones de euros de saneamiento bruto ya realizados.

Obra social

La caja también abre una nueva etapa. Su gran desafío ahora es preservar la obra social. No será fácil. Como tiene el 7% del banco, recibirá el 7% de los beneficios que reparta NCG Banco, y está previsto que solo distribuya el 30% de los mismos. El consejero de la caja Xosé Luis Veiga Lage llamaba el viernes la atención sobre que la caja tendrá para obra social a partir de 2015 poco más de cinco millones de euros, pues los beneficios estimados para el banco son de 300 millones.

La pregunta que se hacía el consejero es si con estos cinco millones de euros puede pagar las nóminas de 335 empleados y pagar la luz de 97 infraesctructuras sociales y culturales, por no pensar ya en la puesta en marcha de actividades. Lo dudaba y daba por extinguida la obra social, que solo este año tiene un presupuesto de 87 millones. Hasta 2015, la caja reservó un fondo que garantiza unos recursos anuales de 25 millones.