El banco francobelga Dexia negó este miércoles las informaciones apuntando a una posible nacionalización aparecidos en los medios de comunicación, mientras el regulador financiero belga suspendió su cotización en la Bolsa de Bruselas.

La entidad, sin embargo, avanza en las negociaciones con un grupo de inversores y el Gobierno de Luxemburgo para desprenderse de su filial en este país.

Dexia ha emitido esta tarde un comunicado a petición del regulador bursátil belga en el que niega tajantemente todas las informaciones sobre una posible nacionalización.

"Dexia desea enfatizar que no ha sido informado de ninguna decisión o borrador de decisión con relación a las opciones futuras del grupo", señala la nota.

El operador bursátil NYSE Euronext ha suspendido la cotización de los títulos del banco francobelga, a petición del regulador del mercados de valores de Bélgica, con lo que sus acciones tampoco cotizan en París.

La cotización se suspendió a las 15.58 hora local (13.58 GMT) hasta nuevo aviso y a petición de FSMA, según un comunicado emitido por NYSE Euronext en Bruselas.

Minutos antes de la suspensión, los títulos de Dexia perdían a las 15.54 hora local (13.54 GMT) un 17,24 % y cotizaban a 0,85 euros.

Una fuente de NYSE Euronext de Bruselas explicó que cuando suspende una cotización avisan automáticamente a los otros mercados donde está registrada una empresa, como ha ocurrido en el caso de París, según han confirmado a Efe en la Bolsa parisina.

Los títulos no son negociados en París. El libro de órdenes se encuentra en Bruselas, de acuerdo con una fuente de Euronext.

Una portavoz indicó en París a Efe que "por el momento no hay perspectivas" de que se pueda decidir un levantamiento de la medida antes del final de la sesión de hoy.

El Consejo de Administración del banco se reunirá el próximo sábado en París para "estudiar diferentes opciones relativas al futuro del grupo".

Los medios belgas informaron hoy de que el Gobierno federal analiza la posibilidad de nacionalizar la entidad y desestimó un plan para dividir en tres el grupo.

El Ejecutivo belga se reunió de urgencia la noche del martes para apoyar la creación de un 'banco malo' que agrupe los activos tóxicos de la entidad.

Pese a que Dexia negó tener noticias de las decisiones del Gobierno belga, en Luxemburgo el banco confirmó que negocia la venta de su filial en este país con un grupo internacional de inversores, entre los que figura también el Gran Ducado en calidad de accionista minoritario.

Las negociaciones podrían cerrarse aproximadamente dentro de un mes, afirmó hoy en una rueda de prensa el ministro de Finanzas luxemburgués, Luc Frieden.

El Ejecutivo luxemburgués quiere poseer una participación por "el carácter sistémico" de Dexia en su país, donde es el mayor proveedor de servicios bancarios.

Aunque ni el banco ni el ministro dieron a conocer el nombre de los inversores interesados en adquirir la filial, los diarios económicos belgas 'De Tijd' y 'L'Echo' aseguraron que se trata del fondo soberano de Catar, que pagaría 900 millones de euros por la filial sin sus activos tóxicos.

Dexia informó el lunes de su mala situación a causa de la gran exposición a la deuda griega y a problemas de liquidez.

Los clientes han retirado hasta el momento unos mil millones de euros en depósitos de la entidad, lo que ha empeorado aún más su situación.