Aunque la tradición de las prejubilaciones millonarias en el sector financiero viene de lejos, sin que ni las primeras ayudas públicas a las entidades en 2008 con el famoso fondo de adquisición de activos sirvieran de freno, las últimas conocidas hasta ahora, las de Novacaixagalicia, colocan de nuevo el espinoso asunto en el ojo del huracán y con una virulencia inédita. La caja gallega sigue sin confirmar ni desmentir los más de 20 millones de euros -algunas fuentes hablan de entre 25 y 26 millones- por los retiros del ya ex director general, el adjunto, el responsable de la oficina de integración y el de la división inmobiliaria. Los dos primeros, José Luis Pego y Javier García de Paredes, con 54 y 51 años, respectivamente. "Inadmisible", critica la vicepresidenta Elena Salgado. La misma reacción con hasta las mismas palabras en Cristóbal Montoro, el responsable económico de los populares. La polémica despertó ayer una enorme tormenta política y descontento social, con cruce de acusaciones entre partidos, a la espera de conocer los pagos que recibieron otros destacados directivos en su salida, vinculados a Caixa Galicia, como el que fue su máximo responsable, José Luis Méndez, y sus dos hijos.

"Personalmente, me parece bastante inadmisible", arremetía Salgado desde Luxemburgo justo antes del comienzo de la reunión del Ecofin en la que se aborda la necesidad de seguir reforzando el capital del sector. La vicepresidenta económica se apura a introducir dos importantes matices en el debate. "Legalmente -recuerda- habrá que ver si esas retribuciones se ajustaban a lo que se había dispuesto por parte del consejo y los estatutos". Dos planos, personal y legal, "completamente distintos". "Pero me parece que hemos hecho bien en decir que a partir de ahora las remuneraciones tengan que ser también supervisadas por el Banco de España", indica Elena Salgado, en referencia a la potestad del FROB de marcar pautas en sueldos de altos cargos en las cajas que recurrieron al fondo para cumplir el decreto de solvencia. Casi 2.500 millones en el caso de Novacaixagalicia.

"Es inadmisible. Los directivos no pueden tener esas ventajas salariales, menos aún cuando las entidades que dirigen tienen que ser rescatadas", critica Cristóbal Montoro. El encargado del área económica en las filas populares presenta las prejubilaciones en Novacaixagalicia y en la CAM como "una falta de respeto a toda la ciudadanía" porque la salida de la crisis tiene que seguir un reparto "ponderado" de los costes. El también diputado da por hecho que la decisión en ambas entidades tuvo que llevar el beneplácito del consejo de administración y la comisión de retribuciones. "Y eso es inadmisible", insiste. "Me parece mal -resume-, francamente mal". Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, tampoco ahorra calificativos. "Una situación -dice- bastante escandalosa".

Pese a que la Xunta cuenta con un representante en la comisión de control -encargada de vigilar que la gestión directiva es la adecuada- de Novacaixagalicia, que ya lo tuvo en el último año de vida de ambas entidades por separado con la justificación de que el Estatuto lo avalaba y la aspiración de "reforzar la supervisión", el presidente niega que su equipo conociera las retribuciones a los altos cargos de la caja y las discutidas indemnizaciones. El Ejecutivo autonómico, según Alberto Núñez Feijóo, "no conocía, ni informaba ni mucho menos autorizaba las retribuciones ni las indemnizaciones". "Mi opinión es igual a la de los demás ciudadanos -señala-. No hace falta ser más explícito y clarificador". Feijóo apunta también a los órganos internos de Novacaixagalicia, "los que tienen constancia de esas decisiones". "Espero y deseo que se tome la decisión procedente y consecuente con la situación de crisis que estamos viviendo", concluye.

La oposición en Galicia coincide en reclamar la devolución de las indemnizaciones. "No sé si jurídicamente es posible, pero en la medida en que son indecentes, por decencia deberían hacerlo", clama Abel Losada, portavoz parlamentario de los socialistas, que presentarán varias iniciativas en la Cámara gallega para conocer las indemnizaciones de "todos" los directivos, como "la del señor Méndez y algún pariente próximo". El Bloque empezó la semana pidiendo una comisión de investigación en el Parlamento. Carlos Aymerich teme que los pagos se realizaran con "los parabienes de la Xunta". "Además de que se depuren las responsabilidades que haya en la entidad, que se depuren las que tengan que ver con las decisiones políticas", pide el portavoz parlamentario de los nacionalistas. Desde el PP de Galicia mantienen que esas cantidades "nunca debieron cobrarlas". "Nos parece bien -señala Pedro Puy- cualquier acción que adopten los nuevos gestores para reconducir la situación".

El alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, reclamó ayer que se revisen las indemnizaciones recibidas por algunos directivos que abandonaron Novacaixagalicia después de que ayer se conociera que varios altos cargos de la entidad recibieron sumas millonarias por su salida de la caja gallega. El regidor coruñés tachó de "intolerable" el pago de sumas tan elevadas y denunció que las cuantías de las indemnizaciones "son desproporcionadas a la realidad que viven miles de gallegos". Además, recordó que se trata de una entidad de todos los gallegos, con una obra social, y no de un negocio puramente privado.

"No comparto la decisión y espero y deseo que se revisen las cuantías de las indemnizaciones porque superan el límite de lo tolerable para una sociedad que lo está pasando mal", señaló. "Las familias, los autónomos y los trabajadores se están apretando el cinturón hasta límites insospechados y es normal que vean estos comportamientos como algo absolutamente inaceptable y entiendan que deben ser corregidos", sentenció Negreira.

El alcalde coruñés, además, culpó de la situación de la entidad gallega al Ejecutivo central. "Quien empezó el proceso para que no existiesen cajas solidarias fue el Gobierno de España. Hay gente que puso palos en las ruedas para que la Xunta no tuviese representación en las cajas. Fue un artificio. Hay muchos que no están para pedir responsabilidades sino para darlas", concluyó.